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El aprendizaje subliminal

La comunicación familiar abierta asegura un conocimiento sano de las realidades que existen en el mundo, y afianza la formación balanceada del hijo.

Diana Brown |
07 de junio, 2022

El aprendizaje no está únicamente en los libros. Es activo en la vida diaria; gran parte de manera subliminal e informal. Un ejemplo clásico: la “M” de una cadena de alimentos de despacho rápido, que el niño desde los tres años identifica a la marca, y los productos, por observarlos estando en el automóvil, y al solicitar alguno de los productos hace la relación inmediata, y su “lectura informal” nace, además de  su preferencia.

Al elegir libros de lectura de la temprana edad, que más de implementar palabras que se encuentran en letra de tamaño mayor, se usan los dibujos y retratos para ejemplificar las acciones, los actores, los roles, y la trama de la historia, así también creando la relación entre la palabra y la acción, provocando la identificación con la vida propia del niño, creando el nexo entre el código escrito, su retrato, y su realidad.

Esa educación subliminal, no solo de relación, abarca la realidad diaria, se proyecta en esas escenificaciones dentro de los libros. Al elegir alguno, es importante revisar si hay igualdad de representación de hombres y mujeres; que los roles de ambos reflejan las oportunidades para ellos, como por ejemplo: que las mujeres se representen en escenas de academia, laboratorios científicos, o profesiones prácticas como la mecánica, y más, ser médicas o abogadas, no únicamente retratada como ama de casa, que es un rol tradicional y digno, pero no en único para la mujer. Y el hombre, puede ejemplificar un rol activo en el hogar, apoyando con el cuidado de la familia, los quehaceres domésticos, la cocina, la costura, distintas avenidas y roles vitales que existen y se viven. Los libros elegidos deben escenificar las grandes posibilidades, a que el niño que observe un balance en los roles. ¿Por qué? Porque así, si elige una profesión no tradicional de acuerdo con las costumbres, no será con temor, sino con confianza, que todo es posible y todo se puede hacer para así continuar creciendo.

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Esta comunicación subliminal se vive diariamente; también dentro de los libros de lectura, tanto de recreación como los del desarrollo académico y profesional. ¿Cómo? De igual manera, por la elección de las palabras para la comunicación de los conceptos a compartir; cada vocablo tiene su propio entorno, y de acuerdo con la cultura, se comunica más que su simple definición, es la vida propia de cada palabra, con connotaciones e inferencias, que al no estar consciente de ellas, influyen en la formación de conceptos profundas, y pueden modificar hasta las creencias del crecimiento.

Se llega entonces a los medios de entretención del cine, y programas de televisión, que son aún más poderosos, por combinar lo visual, lo auditivo, además del mensaje hablado por los protagonistas. Se tornan modelos modernos de actuación, si no conscientemente, si inconscientemente; qué estilos de vida se vuelven aceptables, motivo de admiración. Entra a este reino la música, con su letra y el vestuario de los artistas, sus actuaciones en la tarima mundial. Y quedan las redes, otra influencia poderosa en el desarrollo de los valores.

El adulto puede, y debe, darse cuenta de los ingresos de estímulos visuales, auditivos y literarios, y al reconocerlos, no dejarse influir en lo profundo, sino si gozar de la creatividad de los artistas y autores. Pero, y siempre hay un pero, obligatoriamente el padre de familia, y el educador,  que elige material de cualquier índole, tiene que objetivamente revisar el contenido con la lupa de buscar alguna educación entre líneas que no esté de acuerdo con su filosofía familiar; elegir libros de historia que relatan los hechos objetivamente, sin sesgo; acompañar a los hijos, de todas las edades, en la observación de series televisivas y películas, y si hubiese alguna escena no adecuada, explicarla, porque no es negar la variedad que existe en el mundo, sino explicar, de manera pausada y detallada, de qué se trata.

La comunicación familiar abierta asegura un conocimiento sano de las realidades que existen en el mundo, y afianza la formación balanceada del hijo. No se puede negar las influencias presentes; es de conocerlas y razonarlas, con explicaciones legítimas y procedentes, sin emociones, a que el niño, adolescente, joven, observe y puede formar su propio criterio.

La educación no solo se encuentra en el aula, está  viva en el diario actuar. Hay que observar el entorno, y mediarlo con intercambios y charlas a nivel familiar. Todos los días hay nuevos estímulos: es de estar alerto a ellos. Y recordar que…

¡La educación es prioridad nacional!

El aprendizaje subliminal

La comunicación familiar abierta asegura un conocimiento sano de las realidades que existen en el mundo, y afianza la formación balanceada del hijo.

Diana Brown |
07 de junio, 2022

El aprendizaje no está únicamente en los libros. Es activo en la vida diaria; gran parte de manera subliminal e informal. Un ejemplo clásico: la “M” de una cadena de alimentos de despacho rápido, que el niño desde los tres años identifica a la marca, y los productos, por observarlos estando en el automóvil, y al solicitar alguno de los productos hace la relación inmediata, y su “lectura informal” nace, además de  su preferencia.

Al elegir libros de lectura de la temprana edad, que más de implementar palabras que se encuentran en letra de tamaño mayor, se usan los dibujos y retratos para ejemplificar las acciones, los actores, los roles, y la trama de la historia, así también creando la relación entre la palabra y la acción, provocando la identificación con la vida propia del niño, creando el nexo entre el código escrito, su retrato, y su realidad.

Esa educación subliminal, no solo de relación, abarca la realidad diaria, se proyecta en esas escenificaciones dentro de los libros. Al elegir alguno, es importante revisar si hay igualdad de representación de hombres y mujeres; que los roles de ambos reflejan las oportunidades para ellos, como por ejemplo: que las mujeres se representen en escenas de academia, laboratorios científicos, o profesiones prácticas como la mecánica, y más, ser médicas o abogadas, no únicamente retratada como ama de casa, que es un rol tradicional y digno, pero no en único para la mujer. Y el hombre, puede ejemplificar un rol activo en el hogar, apoyando con el cuidado de la familia, los quehaceres domésticos, la cocina, la costura, distintas avenidas y roles vitales que existen y se viven. Los libros elegidos deben escenificar las grandes posibilidades, a que el niño que observe un balance en los roles. ¿Por qué? Porque así, si elige una profesión no tradicional de acuerdo con las costumbres, no será con temor, sino con confianza, que todo es posible y todo se puede hacer para así continuar creciendo.

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Esta comunicación subliminal se vive diariamente; también dentro de los libros de lectura, tanto de recreación como los del desarrollo académico y profesional. ¿Cómo? De igual manera, por la elección de las palabras para la comunicación de los conceptos a compartir; cada vocablo tiene su propio entorno, y de acuerdo con la cultura, se comunica más que su simple definición, es la vida propia de cada palabra, con connotaciones e inferencias, que al no estar consciente de ellas, influyen en la formación de conceptos profundas, y pueden modificar hasta las creencias del crecimiento.

Se llega entonces a los medios de entretención del cine, y programas de televisión, que son aún más poderosos, por combinar lo visual, lo auditivo, además del mensaje hablado por los protagonistas. Se tornan modelos modernos de actuación, si no conscientemente, si inconscientemente; qué estilos de vida se vuelven aceptables, motivo de admiración. Entra a este reino la música, con su letra y el vestuario de los artistas, sus actuaciones en la tarima mundial. Y quedan las redes, otra influencia poderosa en el desarrollo de los valores.

El adulto puede, y debe, darse cuenta de los ingresos de estímulos visuales, auditivos y literarios, y al reconocerlos, no dejarse influir en lo profundo, sino si gozar de la creatividad de los artistas y autores. Pero, y siempre hay un pero, obligatoriamente el padre de familia, y el educador,  que elige material de cualquier índole, tiene que objetivamente revisar el contenido con la lupa de buscar alguna educación entre líneas que no esté de acuerdo con su filosofía familiar; elegir libros de historia que relatan los hechos objetivamente, sin sesgo; acompañar a los hijos, de todas las edades, en la observación de series televisivas y películas, y si hubiese alguna escena no adecuada, explicarla, porque no es negar la variedad que existe en el mundo, sino explicar, de manera pausada y detallada, de qué se trata.

La comunicación familiar abierta asegura un conocimiento sano de las realidades que existen en el mundo, y afianza la formación balanceada del hijo. No se puede negar las influencias presentes; es de conocerlas y razonarlas, con explicaciones legítimas y procedentes, sin emociones, a que el niño, adolescente, joven, observe y puede formar su propio criterio.

La educación no solo se encuentra en el aula, está  viva en el diario actuar. Hay que observar el entorno, y mediarlo con intercambios y charlas a nivel familiar. Todos los días hay nuevos estímulos: es de estar alerto a ellos. Y recordar que…

¡La educación es prioridad nacional!