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El cartón de lotería y la libertad de escoger

Entre tantos que están proponiendo soluciones y la arrogancia de creer que son dueños de la verdad absoluta, el próximo a ocupar la silla presidencial estará solo, acosado por la crítica y las presiones de tantos actores.

.
Carolina Castellanos |
28 de abril, 2023

En este proceso electoral tendremos el mayor número de binomios presidenciales en la historia democrática de nuestra Guatemala. Serán veintitrés en total, aunque podrían ser más pues aún hay dos o tres pendientes de resolución.

Algunos medios han publicado ya el orden en el que estarán ubicados en la papeleta. Entre tantos, con símbolos y fotos, es fácil cometer un error. La recomendación es sencilla: definir con antelación a qué binomio beneficiarán con el voto y asegurar que lo marquen correctamente. Esto implica no “salirse del cuadrito”, que será pequeño, porque el voto será clasificado como inválido.

Le he llamado “cartón de lotería” a la papeleta pues, aún si estamos convencidos de haber elegido correctamente, según el criterio de cada quien, el binomio favorecido con la mayoría de los votos será como ganar una lotería. Para nosotros los votantes, el tiempo dirá si escogimos bien.

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Hace algunos días conversé con un buen amigo que vive en Nicaragua. Le comenté que me parecía que eran muchos candidatos. Su respuesta fue contundente: “que envidia que por lo menos puedan escoger”. No tuve más que comentar al respecto. Cambió mi opinión. Qué bueno que hay muchas opciones; tenemos suficiente de dónde escoger.

Hay opiniones respecto a que son demasiados pues se divide el voto “de la derecha”. Bueno, también el voto de la izquierda está dividido. Y hay varios binomios que son una incertidumbre en cuanto a su ideología y sus correspondientes planes de gobierno.

Habiendo tantas opciones, la cantidad de ideas y planes es enorme. Sin embargo, quien resulte ganador seguramente no tomará en cuenta ninguna más allá de las propias. Una vez “sentado en la silla”, la montaña de problemas, prioridades, aduladores y oportunistas, será inmanejable. Los planes de gobierno se harán añicos ante las presiones de los diferentes sectores, la urgencia de resolver algunos temas, la importancia de otros y la larga fila de temas pendientes o inconclusos de la administración anterior.

De pronto quisiéramos ver un poco de unión entre todos para llegar a acuerdos de importancia y trascendencia nacional. Esto es más que imposible. Entre tantos que están proponiendo soluciones y la arrogancia de creer que son dueños de la verdad absoluta, el próximo a ocupar la silla presidencial estará solo, acosado por la crítica y las presiones de tantos actores. Quienes fueron su competencia en la campaña electoral, se convertirán en la oposición.

Así las cosas, la unión de tanto candidato, la compaginación de planes y el desarrollo de una agenda de país que incluya ideas y propuestas de los 23 binomios, es una utopía.

El cartón de lotería y la libertad de escoger

Entre tantos que están proponiendo soluciones y la arrogancia de creer que son dueños de la verdad absoluta, el próximo a ocupar la silla presidencial estará solo, acosado por la crítica y las presiones de tantos actores.

Carolina Castellanos |
28 de abril, 2023
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En este proceso electoral tendremos el mayor número de binomios presidenciales en la historia democrática de nuestra Guatemala. Serán veintitrés en total, aunque podrían ser más pues aún hay dos o tres pendientes de resolución.

Algunos medios han publicado ya el orden en el que estarán ubicados en la papeleta. Entre tantos, con símbolos y fotos, es fácil cometer un error. La recomendación es sencilla: definir con antelación a qué binomio beneficiarán con el voto y asegurar que lo marquen correctamente. Esto implica no “salirse del cuadrito”, que será pequeño, porque el voto será clasificado como inválido.

Le he llamado “cartón de lotería” a la papeleta pues, aún si estamos convencidos de haber elegido correctamente, según el criterio de cada quien, el binomio favorecido con la mayoría de los votos será como ganar una lotería. Para nosotros los votantes, el tiempo dirá si escogimos bien.

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Hace algunos días conversé con un buen amigo que vive en Nicaragua. Le comenté que me parecía que eran muchos candidatos. Su respuesta fue contundente: “que envidia que por lo menos puedan escoger”. No tuve más que comentar al respecto. Cambió mi opinión. Qué bueno que hay muchas opciones; tenemos suficiente de dónde escoger.

Hay opiniones respecto a que son demasiados pues se divide el voto “de la derecha”. Bueno, también el voto de la izquierda está dividido. Y hay varios binomios que son una incertidumbre en cuanto a su ideología y sus correspondientes planes de gobierno.

Habiendo tantas opciones, la cantidad de ideas y planes es enorme. Sin embargo, quien resulte ganador seguramente no tomará en cuenta ninguna más allá de las propias. Una vez “sentado en la silla”, la montaña de problemas, prioridades, aduladores y oportunistas, será inmanejable. Los planes de gobierno se harán añicos ante las presiones de los diferentes sectores, la urgencia de resolver algunos temas, la importancia de otros y la larga fila de temas pendientes o inconclusos de la administración anterior.

De pronto quisiéramos ver un poco de unión entre todos para llegar a acuerdos de importancia y trascendencia nacional. Esto es más que imposible. Entre tantos que están proponiendo soluciones y la arrogancia de creer que son dueños de la verdad absoluta, el próximo a ocupar la silla presidencial estará solo, acosado por la crítica y las presiones de tantos actores. Quienes fueron su competencia en la campaña electoral, se convertirán en la oposición.

Así las cosas, la unión de tanto candidato, la compaginación de planes y el desarrollo de una agenda de país que incluya ideas y propuestas de los 23 binomios, es una utopía.