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El futuro es ahora

La combinación de metodologías con fundamentos tradicionales implementadas con dinámicas novedosas es la ruta para el cambio necesario en la educación, apoyándose en la tecnología. 

Diana Brown |
29 de marzo, 2022

Dos años de educación a distancia, con las modalidades posibles y alcanzables según las capacidades de cada centro educativo y el sector a que perteneciera, permitieron una continuidad en el aprendizaje de los estudiantes del país, indudablemente unos con mas éxito que otros. La tecnología se estableció como herramienta indispensable por su alcance posible por  la rapidez de la comunicación, y la facilidad de la implementación de poderosas plataformas de contenidos académicos y el poder establecer grupos de alumnos en un aula virtual.

Se empieza tímidamente el retorno a una relativa presencialidad en las aulas, con el reto de inevitables brechas detectadas por la adaptación de métodos tradicionales con dinámicas innovadoras en medios inusuales. Y así otro conglomerado de necesidades aparecen, en esos ambientes variopintos, que exigen creatividad para su respuesta.

La situación de cada centro educativo es única; no todos cuentan con la conectividad necesaria para una educación virtual, ni la infraestructura tecnológica para su implementación. Paralelamente, existen infinidad de plataformas educativas, con y sin costo, cada vez con más recursos, más interactividad y un continuo perfeccionamiento para responder a las necesidades emergentes y patentes de un nuevo enfoque educativo.  Es de detectar cuáles son los adecuados para cada comunidad, cada centro educativo, cada grupo de estudiantes.

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La combinación de metodologías con fundamentos tradicionales implementadas con dinámicas novedosas es la ruta para el cambio necesario en la educación, apoyándose en la tecnología.  Hay dispositivas actuales, que pueden usarse de modo asincrónico, aprovechando momentos de conectividad para la descarga de material didáctico y luego con intranet, proveer las fuentes de información necesarias para la investigación, el cuestionamiento, la búsqueda y el encuentro, con el conocimiento necesario para el continuo proceso del aprendizaje, y el uso de la misma tecnología, destreza obligada desde hoy en adelante.

 Hay contenidos preestablecidos, accesos sin costo no sólo  a las fuentes didácticas y bibliotecas virtuales, también a hojas de trabajo, actividades dinámicas, y la apertura de incluir contenidos propios de la cultura, de los currículum, oficiales y ampliados, para gozar de un apoyo integral de acuerdo con cada entorno. Necesariamente se debe contar con dispositivos de trabajo de alta calidad, o una computadora de escritorio, o una computadora portátil, o una tableta con memoria suficiente, o hasta un teléfono inteligente.

Cualquier dispositivo tiene un costo; la capacitación docente inicial y continua, es necesaria y pueda estar incluida; se encuentran opciones comprobadas en países que hayan implementado dinámicas parecidas, y por no promover alguna marca en especifica, se encuentran en línea opciones viables, dependiendo de la disponibilidad de recursos y la voluntad de implementar una estrategia nacional en ellas, entendiéndose así, una igualdad de calidad en dispositivos, un acceso  robusto y estable al ancho de banda, y a la energía eléctrica, por si la comunidad, o el área no cuente con el servicio.

Para iniciar una recuperación de la calidad educativa nacional, todos los integrantes del sistema educativo, público, privado, por cooperativo y municipal, deben tener estos insumos como elementos básicos: de nuevo, luz eléctrica; dispositivos de la misma capacidad y calidad para todos los alumnos, equitativamente, también en el sector privado de educación, no todos los alumnos gozan de dispositivos adecuados para esa continuidad en el proceso; el ancho de banda estable y robusto, con un costo razonable, si no sin costo, pues la inversión en la educación es una entrega a la ciudadanía, y apoyo a la nación, un aporte cívico patente.

Los años de recuperación educativa serán cargados de emergentes retos; el retorno a las aulas presenciales es una nueva realidad, no un regreso a una “normalidad”, es la incursión a un futuro novedoso. La referida normalidad de antes es de antes, valga la redundancia. El presente, y el futuro, pertenecen a la adaptación y flexibilidad de inclusión del cambio, lección aprendida durante los años 2020 y 2021, e idealmente aplicada desde el 2022 en adelante. El aprendizaje es un proceso vivo, el futuro no es estático, es móvil; los estudiantes aprendieron la adaptabilidad, su aplicación es precisa para el ahora en adelante, pues el futuro es ahora.

¡La educación es prioridad nacional!

El futuro es ahora

La combinación de metodologías con fundamentos tradicionales implementadas con dinámicas novedosas es la ruta para el cambio necesario en la educación, apoyándose en la tecnología. 

Diana Brown |
29 de marzo, 2022

Dos años de educación a distancia, con las modalidades posibles y alcanzables según las capacidades de cada centro educativo y el sector a que perteneciera, permitieron una continuidad en el aprendizaje de los estudiantes del país, indudablemente unos con mas éxito que otros. La tecnología se estableció como herramienta indispensable por su alcance posible por  la rapidez de la comunicación, y la facilidad de la implementación de poderosas plataformas de contenidos académicos y el poder establecer grupos de alumnos en un aula virtual.

Se empieza tímidamente el retorno a una relativa presencialidad en las aulas, con el reto de inevitables brechas detectadas por la adaptación de métodos tradicionales con dinámicas innovadoras en medios inusuales. Y así otro conglomerado de necesidades aparecen, en esos ambientes variopintos, que exigen creatividad para su respuesta.

La situación de cada centro educativo es única; no todos cuentan con la conectividad necesaria para una educación virtual, ni la infraestructura tecnológica para su implementación. Paralelamente, existen infinidad de plataformas educativas, con y sin costo, cada vez con más recursos, más interactividad y un continuo perfeccionamiento para responder a las necesidades emergentes y patentes de un nuevo enfoque educativo.  Es de detectar cuáles son los adecuados para cada comunidad, cada centro educativo, cada grupo de estudiantes.

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La combinación de metodologías con fundamentos tradicionales implementadas con dinámicas novedosas es la ruta para el cambio necesario en la educación, apoyándose en la tecnología.  Hay dispositivas actuales, que pueden usarse de modo asincrónico, aprovechando momentos de conectividad para la descarga de material didáctico y luego con intranet, proveer las fuentes de información necesarias para la investigación, el cuestionamiento, la búsqueda y el encuentro, con el conocimiento necesario para el continuo proceso del aprendizaje, y el uso de la misma tecnología, destreza obligada desde hoy en adelante.

 Hay contenidos preestablecidos, accesos sin costo no sólo  a las fuentes didácticas y bibliotecas virtuales, también a hojas de trabajo, actividades dinámicas, y la apertura de incluir contenidos propios de la cultura, de los currículum, oficiales y ampliados, para gozar de un apoyo integral de acuerdo con cada entorno. Necesariamente se debe contar con dispositivos de trabajo de alta calidad, o una computadora de escritorio, o una computadora portátil, o una tableta con memoria suficiente, o hasta un teléfono inteligente.

Cualquier dispositivo tiene un costo; la capacitación docente inicial y continua, es necesaria y pueda estar incluida; se encuentran opciones comprobadas en países que hayan implementado dinámicas parecidas, y por no promover alguna marca en especifica, se encuentran en línea opciones viables, dependiendo de la disponibilidad de recursos y la voluntad de implementar una estrategia nacional en ellas, entendiéndose así, una igualdad de calidad en dispositivos, un acceso  robusto y estable al ancho de banda, y a la energía eléctrica, por si la comunidad, o el área no cuente con el servicio.

Para iniciar una recuperación de la calidad educativa nacional, todos los integrantes del sistema educativo, público, privado, por cooperativo y municipal, deben tener estos insumos como elementos básicos: de nuevo, luz eléctrica; dispositivos de la misma capacidad y calidad para todos los alumnos, equitativamente, también en el sector privado de educación, no todos los alumnos gozan de dispositivos adecuados para esa continuidad en el proceso; el ancho de banda estable y robusto, con un costo razonable, si no sin costo, pues la inversión en la educación es una entrega a la ciudadanía, y apoyo a la nación, un aporte cívico patente.

Los años de recuperación educativa serán cargados de emergentes retos; el retorno a las aulas presenciales es una nueva realidad, no un regreso a una “normalidad”, es la incursión a un futuro novedoso. La referida normalidad de antes es de antes, valga la redundancia. El presente, y el futuro, pertenecen a la adaptación y flexibilidad de inclusión del cambio, lección aprendida durante los años 2020 y 2021, e idealmente aplicada desde el 2022 en adelante. El aprendizaje es un proceso vivo, el futuro no es estático, es móvil; los estudiantes aprendieron la adaptabilidad, su aplicación es precisa para el ahora en adelante, pues el futuro es ahora.

¡La educación es prioridad nacional!