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El número dos

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Carolina Castellanos |
02 de junio, 2023

En prácticamente cualquier actividad, sea deportiva, educativa, artística u otro, el enfoque está en el número uno, el primer lugar, el actor principal, el jefe, etc.  En la política sucede lo mismo. No tendría por qué ser diferente a la conducta humana en el resto de actividades.

En todo proceso electoral, ponemos más atención a quienes dirigen los partidos políticos, previo a presentar o anunciar quien será el ungido o el elegido para ser el candidato a la presidencia. Una vez nombrado, todo el enfoque se centrará en esta persona.

Somos un país demasiado presidencialista. Durante la gestión de cualquier gobierno, el foco está puesto en esta persona. Cuando se trata de un dictador, como el caso de Nicaragua, lo es aún más. Si bien el presidente tiene una enorme responsabilidad, ésta debe y tiene que estar delegada hacia todo el gabinete.

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¿Qué sucede con el número dos? En el actual gobierno, no tenemos ni la menor idea. Cualquier cosa que haya hecho, buena o mala, mediocre o grandiosa, no lo sabemos. De alguna forma logró mantenerse debajo del ojo público, incluyendo a la prensa. Nosotros le pagamos su sueldo. Tenemos derecho a recibir la rendición de cuentas. Si la llega a presentar al entregar el cargo, será muy tarde.

Estamos en plena campaña electoral. Faltan veinticuatro días para votar. Nuevamente, conocemos a los candidatos a la presidencia, pero no tenemos mayor información de quienes aspiran a la vicepresidencia. Las cámaras, las críticas y las alabanzas van hacia el presidenciable. ¿Y el número dos? ¿Quién es, qué ha hecho en su vida laboral, qué planifica hacer durante su mandato, si llega a ganar en el proceso electoral?

Lo mismo sucede con los interminables listados a diputados. Son tantos (demasiados para un país tan pequeño), que es imposible conocerlos a todos. Escuchamos a los más bulliciosos, a algunos que van por reelección y ya. Iremos a marcar la papeleta correspondiente, sin tener idea de quiénes conforman esos listados.

Una vez en el gobierno, el número dos se mantendrá allí, como el segundo, excepto en algunos casos puntuales donde sí han salido a la luz para tratar de tener algún protagonismo durante su gestión.

Iremos a votar el 25 de junio y habrá dos candidatos que pasen a la segunda vuelta electoral. Ese “segundo” tendrá muchísimo poder. Hará lo que sea para convencer al electorado que deben elegirlo. Lo más preocupante es el hecho que habrá muchas negociaciones, probablemente entre los dos ganadores, con los demás candidatos y, muy importante, con los alcaldes electos. Éstos ofrecerán mover a “su gente” en favor de un candidato u otro.

Al final del día, el nombre del juego es dinero y poder. No debemos perder de vista a ese segundo lugar. Tiene una posición privilegiada y poderosa.

El número dos

Carolina Castellanos |
02 de junio, 2023
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En prácticamente cualquier actividad, sea deportiva, educativa, artística u otro, el enfoque está en el número uno, el primer lugar, el actor principal, el jefe, etc.  En la política sucede lo mismo. No tendría por qué ser diferente a la conducta humana en el resto de actividades.

En todo proceso electoral, ponemos más atención a quienes dirigen los partidos políticos, previo a presentar o anunciar quien será el ungido o el elegido para ser el candidato a la presidencia. Una vez nombrado, todo el enfoque se centrará en esta persona.

Somos un país demasiado presidencialista. Durante la gestión de cualquier gobierno, el foco está puesto en esta persona. Cuando se trata de un dictador, como el caso de Nicaragua, lo es aún más. Si bien el presidente tiene una enorme responsabilidad, ésta debe y tiene que estar delegada hacia todo el gabinete.

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¿Qué sucede con el número dos? En el actual gobierno, no tenemos ni la menor idea. Cualquier cosa que haya hecho, buena o mala, mediocre o grandiosa, no lo sabemos. De alguna forma logró mantenerse debajo del ojo público, incluyendo a la prensa. Nosotros le pagamos su sueldo. Tenemos derecho a recibir la rendición de cuentas. Si la llega a presentar al entregar el cargo, será muy tarde.

Estamos en plena campaña electoral. Faltan veinticuatro días para votar. Nuevamente, conocemos a los candidatos a la presidencia, pero no tenemos mayor información de quienes aspiran a la vicepresidencia. Las cámaras, las críticas y las alabanzas van hacia el presidenciable. ¿Y el número dos? ¿Quién es, qué ha hecho en su vida laboral, qué planifica hacer durante su mandato, si llega a ganar en el proceso electoral?

Lo mismo sucede con los interminables listados a diputados. Son tantos (demasiados para un país tan pequeño), que es imposible conocerlos a todos. Escuchamos a los más bulliciosos, a algunos que van por reelección y ya. Iremos a marcar la papeleta correspondiente, sin tener idea de quiénes conforman esos listados.

Una vez en el gobierno, el número dos se mantendrá allí, como el segundo, excepto en algunos casos puntuales donde sí han salido a la luz para tratar de tener algún protagonismo durante su gestión.

Iremos a votar el 25 de junio y habrá dos candidatos que pasen a la segunda vuelta electoral. Ese “segundo” tendrá muchísimo poder. Hará lo que sea para convencer al electorado que deben elegirlo. Lo más preocupante es el hecho que habrá muchas negociaciones, probablemente entre los dos ganadores, con los demás candidatos y, muy importante, con los alcaldes electos. Éstos ofrecerán mover a “su gente” en favor de un candidato u otro.

Al final del día, el nombre del juego es dinero y poder. No debemos perder de vista a ese segundo lugar. Tiene una posición privilegiada y poderosa.