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El poder de la palabra

El uso de la palabra es una herramienta que puede mover montañas, convencer a dudosos, inspirar a incrédulos, y sobre todo, comunicar conocimiento a las personas que se encuentran en el proceso de aprendizaje.

Palabras
Diana Brown |
09 de noviembre, 2022

¡Qué compleja es la comunicación! Se cree que con hablar una palabra, se comunicó lo que realmente se quiere decir; con escribir una frase, todos los conceptos están claros y se debe comprender la esencia. ¿Será cierto?

Pero, y aquí una de las palabras complicadas que establece una situación, “pero”, (ésta se debe usar con cautela, porque predispone negativamente al que la escucha) se sabe que la comunicación es una amalgama de detalles, desde, en la comunicación persona a persona, el lenguaje corporal, la respiración, el tono de la voz, la mirada fija o vaga, la elección de la palabra perfecta, y la estructura de la oración, donde se ubica los complementos (adjetivos, adverbios, preposiciones, artículos, etc.) en el orden de la misma, que por ese aparente insignificante detalle, modifica la comprensión del participante; y la comunicación escrita, que permite una re-visita en varios momentos previos, y provoca novedosas comprensiones, muy de acuerdo con el momento vital del lector. La palabra escrita se queda plasmada, y pueda gozar de otra excepción, y aquí aplica otra palabra que pueda predisponer, depende de innumerables factores.

El medio de comunicación universal es la palabra.

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Esta goza de una definición “oficial” por el detalle de las excepciones que establecen los diccionarios; por excelencia, la Real Academia que la define como: “Unidad lingüística, dotada generalmente de significado, que se separa de las demás mediante pausas potenciales en la pronunciación y blancos en la escritura."  Aquí se contempla la pausa potencial en el uso de la palabra oral, (y se podría complementar con el concepto de la pausa portentosa) que y en la palabra escrita con el uso ideal de la puntuación, que permite al lector examinar la frase propuesta, compuesta por las palabras perfectamente ubicadas, para comunicar el deseado sentido, o provocación, de pensamiento. El lenguaje corporal, cuando se usa con consciencia y propósito, complementa de igual manera, enfatizando los puntos a compartir; o, si el énfasis es inconsciente, delata inseguridades o debilidades posibles, entrampando la finalidad de esa comunicación.

Ejemplo, se invita a la lectura de una poesía, o un fragmento de una lectura lirica; el uso de la correcta colocación de adjetivos que permite que el lector visualice o la cosa, o el hecho de cierta manera. La frase “una flor blanca y delicada”, no es igual que “una blanca y delicada flor”, el orden de las palabras nos invita a una interpretación y visión distintas.

La comunicación es un arte, las palabras son las brochas que pintan los escenarios, mediante los patrones de construcción de comprensión y compartir la misma complementada con experiencias y descubrimientos del comunicador. Y el éxito de una productiva y provocadora comunicación es la autoconciencia, y el uso de una aguda percepción e inclusión del alrededor, circunstancias y personas,

Este conjunto de percepción, integración, observación de expresiones y actitudes, enriquecen las habilidades de una comunicación competente; ésta en las conversaciones diarias, los mensajes breves o misivas largas, ensayos o investigaciones, artículos de opinión o propuestas políticas, en planteamientos escritos; luego si el mensaje es verbal, se complementa con lo comentado, el uso de las manos, la respiración, el tono de la voz, la mirada, las pausas.

El uso de la palabra es una herramienta que puede mover montañas, convencer a dudosos, inspirar a incrédulos, y sobre todo, comunicar conocimiento a las personas que se encuentran en el proceso de aprendizaje. Se ha allí la necesidad de conocer el entorno de cada palabra, y de acuerdo con el entorno de la persona quien la emite y quien la escucha; gozar de una debida planificación, si se es docente, o líder que necesita compartir conceptos, allí esencial conocer los valores de los que lo escuchen.

El estudio de la semántica, la etimología de cada palabra, la concordancia entre sus complementos, o a la contradicción, según lo que fuese el propósito, es esencial, si el propósito de esa comunicación es “Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.” DRAE

El estudio de la influencia de la palabra, y como incorporarla en el diario vivir de cada persona, se estudia en la programación neuro lingüística; no es concepto reciente, es de varias décadas atrás. Existen capacitaciones, cursos, pero para iniciar en la aventura del uso de la palabra y su influencia, es suficiente con libros, artículos, o búsqueda en línea. Lo importante es estar consciente del impacto de las palabras; en los ambientes laborales, académicos, familiares. El uso indebido, inconsciente, de un vocablo puede cambiar reacciones y respuestas, y se ha aquí, la importancia de pensar antes de responder, revisar escritos, y respirar, pues la respiración permite una debida contemplación (¿o contemplación debida?) el orden de las palabras coloca la importancia del concepto.

Docentes, padres de familia, estudiantes, administradores, directores, coordinadores, se invita a visitar su vocabulario propio, enriquecerlo, para así perfeccionar la comunicación pacifica, en la búsqueda de una educación integral, porque se sabe que …

¡La educación es prioridad nacional!

El poder de la palabra

El uso de la palabra es una herramienta que puede mover montañas, convencer a dudosos, inspirar a incrédulos, y sobre todo, comunicar conocimiento a las personas que se encuentran en el proceso de aprendizaje.

Diana Brown |
09 de noviembre, 2022
Palabras

¡Qué compleja es la comunicación! Se cree que con hablar una palabra, se comunicó lo que realmente se quiere decir; con escribir una frase, todos los conceptos están claros y se debe comprender la esencia. ¿Será cierto?

Pero, y aquí una de las palabras complicadas que establece una situación, “pero”, (ésta se debe usar con cautela, porque predispone negativamente al que la escucha) se sabe que la comunicación es una amalgama de detalles, desde, en la comunicación persona a persona, el lenguaje corporal, la respiración, el tono de la voz, la mirada fija o vaga, la elección de la palabra perfecta, y la estructura de la oración, donde se ubica los complementos (adjetivos, adverbios, preposiciones, artículos, etc.) en el orden de la misma, que por ese aparente insignificante detalle, modifica la comprensión del participante; y la comunicación escrita, que permite una re-visita en varios momentos previos, y provoca novedosas comprensiones, muy de acuerdo con el momento vital del lector. La palabra escrita se queda plasmada, y pueda gozar de otra excepción, y aquí aplica otra palabra que pueda predisponer, depende de innumerables factores.

El medio de comunicación universal es la palabra.

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Esta goza de una definición “oficial” por el detalle de las excepciones que establecen los diccionarios; por excelencia, la Real Academia que la define como: “Unidad lingüística, dotada generalmente de significado, que se separa de las demás mediante pausas potenciales en la pronunciación y blancos en la escritura."  Aquí se contempla la pausa potencial en el uso de la palabra oral, (y se podría complementar con el concepto de la pausa portentosa) que y en la palabra escrita con el uso ideal de la puntuación, que permite al lector examinar la frase propuesta, compuesta por las palabras perfectamente ubicadas, para comunicar el deseado sentido, o provocación, de pensamiento. El lenguaje corporal, cuando se usa con consciencia y propósito, complementa de igual manera, enfatizando los puntos a compartir; o, si el énfasis es inconsciente, delata inseguridades o debilidades posibles, entrampando la finalidad de esa comunicación.

Ejemplo, se invita a la lectura de una poesía, o un fragmento de una lectura lirica; el uso de la correcta colocación de adjetivos que permite que el lector visualice o la cosa, o el hecho de cierta manera. La frase “una flor blanca y delicada”, no es igual que “una blanca y delicada flor”, el orden de las palabras nos invita a una interpretación y visión distintas.

La comunicación es un arte, las palabras son las brochas que pintan los escenarios, mediante los patrones de construcción de comprensión y compartir la misma complementada con experiencias y descubrimientos del comunicador. Y el éxito de una productiva y provocadora comunicación es la autoconciencia, y el uso de una aguda percepción e inclusión del alrededor, circunstancias y personas,

Este conjunto de percepción, integración, observación de expresiones y actitudes, enriquecen las habilidades de una comunicación competente; ésta en las conversaciones diarias, los mensajes breves o misivas largas, ensayos o investigaciones, artículos de opinión o propuestas políticas, en planteamientos escritos; luego si el mensaje es verbal, se complementa con lo comentado, el uso de las manos, la respiración, el tono de la voz, la mirada, las pausas.

El uso de la palabra es una herramienta que puede mover montañas, convencer a dudosos, inspirar a incrédulos, y sobre todo, comunicar conocimiento a las personas que se encuentran en el proceso de aprendizaje. Se ha allí la necesidad de conocer el entorno de cada palabra, y de acuerdo con el entorno de la persona quien la emite y quien la escucha; gozar de una debida planificación, si se es docente, o líder que necesita compartir conceptos, allí esencial conocer los valores de los que lo escuchen.

El estudio de la semántica, la etimología de cada palabra, la concordancia entre sus complementos, o a la contradicción, según lo que fuese el propósito, es esencial, si el propósito de esa comunicación es “Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.” DRAE

El estudio de la influencia de la palabra, y como incorporarla en el diario vivir de cada persona, se estudia en la programación neuro lingüística; no es concepto reciente, es de varias décadas atrás. Existen capacitaciones, cursos, pero para iniciar en la aventura del uso de la palabra y su influencia, es suficiente con libros, artículos, o búsqueda en línea. Lo importante es estar consciente del impacto de las palabras; en los ambientes laborales, académicos, familiares. El uso indebido, inconsciente, de un vocablo puede cambiar reacciones y respuestas, y se ha aquí, la importancia de pensar antes de responder, revisar escritos, y respirar, pues la respiración permite una debida contemplación (¿o contemplación debida?) el orden de las palabras coloca la importancia del concepto.

Docentes, padres de familia, estudiantes, administradores, directores, coordinadores, se invita a visitar su vocabulario propio, enriquecerlo, para así perfeccionar la comunicación pacifica, en la búsqueda de una educación integral, porque se sabe que …

¡La educación es prioridad nacional!