Existen varias razones, variadas e interconectadas como motivos para que un menor no acompañado ingrese a los Estados Unidos. Por ejemplo, un menor no acompañado puede provenir de un país con pobreza extrema con perspectivas de futuro limitadas y ha sido  “elegido” por su familia para una “vida mejor en USA”. La familia paga para que el menor sea introducido de contrabando, después de lo cual, se presenta una solicitud de asilo. Una vez obtenido el estatuto de refugiado, se presenta una solicitud de reunificación familiar. En cierta medida, esto se debe a que la presentación de una solicitud de asilo es el principal método por el cual un menor no acompañado puede obtener un estatus legal en los Estados Unidos. Se dan varias razones para el asilo y buscar protección, como crisis, torturas en el país de origen, pobreza, catástrofes naturales, persecución política o peligro por su étnia, ó religión ó la asociación de un miembro de la familia con actividades políticas o de otro tipo. Un menor puede haber salido de su país acompañado de un “coyote”, de sus padres, su tutor u otros miembros de la familia. Sin embargo, cuando se viaja de manera irregular, es peligroso y los integrantes pueden perderse unos a otros en el camino, lo que hace que el menor, si sobrevive el viaje, entre a USA sin compañía.

La principal motivación de “una vida mejor”, es más una aspiración de los padres, un menor fue “elegido” por sus padres para viajar a USA, para vivir el sueño que tenían y/o para acceder a una educación que no está disponible en el país. A menudo, los padres tienen grandes expectativas para el menor no acompañado, particularmente con respecto a las remesas. La falta de perspectivas en el país de origen, las condiciones de vida, la falta de recursos y la pobreza, sumados a la  búsqueda de sustentar económicamente a la familia a través de las remesas, también pueden ser considerados como “factores motivadores” y la imagen positiva retratada tanto por amigos y parientes que han emigrado a USA como por medios de comunicación, en particular las redes sociales.

Los menores no acompañados que se encuentran recluidos en centros de detención para inmigrantes que residen irregularmente están separados de los adultos hasta que finaliza el procedimiento de evaluación de la edad, la determinación de su país de origen y el reconocimiento de su estatus como tales. Ha habido críticas a los procedimientos y condiciones de detención sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía después de ser liberados de la detención, los menores no son remitidos a ninguna institución de protección y  por lo tanto, el paradero de la mayoría de ellos son desconocidos.

Las víctimas menores de edad de las redes de trata tienen entre 12 y 18 años, muchos son son explotados con fines de mendicidad, actos delictivos,  trabajo forzado y prostitución. Los delincuentes son sospechosos de haber comprado o alquilado a los menores a padres de escasos recursos para viajar con ellos a USA con la intención de explotarlos, de particular preocupación son las desapariciones de los menores desde las instalaciones de alojamiento.

Como consecuencia del creciente número de menores no acompañados surgen nuevos desafíos, con respecto a las capacidades de los centros de atención y acogida para la correcta acogida e integración de menores no acompañados.

El papel y el cuidado proporcionado por un tutor ó representante desde las etapas iniciales de entrada de un menor no acompañado parece ser crucial para determinar el curso de acción más apropiado a tomar, basado en el principio del interés superior del menor se debería tambien investigar a los padres.