Esta semana pasaron muchas cosas y ¡pucha! Vaya si tiraron tuits sobre todas ellas.  Hay semanas en las que cuesta encontrar uno bueno, pero hay otras que son tan productivas, que sobran los tuits para premiar.  Sandeces o “muladas” como dicen ustedes acá siempre hay, pero esta semana hubo un tema al que le puse más atención, tal vez por el tiempo que pasé en Buenos Aires, pero que hizo que los mamertos de todo el continente alzaran su voz casi al unísono.  Esta semana, el día 7 en el que acá “queman al diablo” en Argentina se quemó a la diabla, a esa mujer que ha abusado y robado por tanto tiempo subida en el apellido de su marido muerto.  Y hablo de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.  Ahora ya no usa el Fernández, tal vez porque el presidente es Fernández y no quisiera que se confundan.  La Cristi, la Cretina (como también le dicen), la CFK fue condenada a 6 años de cárcel y le dieron prohibición perpetua para volver a ser funcionaria por actos de corrupción, ese mal endémico, regional, mundial, no sé.  Tal vez es un mal humano y ahí si fletamos.  

Corruptos todos, ¡todos narcos! Como canta La Bersuit, ¡pero cuidado y tocan a la Cristi!  Pensar y cantar como La Bersuit que todos son corruptos y todos abusan y todos son narcos, pero imposible que lo sea la familia Kirchner es de mamertos, y sobre todo, de estúpidos.  Como dije, la izquierda latinoamericana casi en pleno salí a atacar el fallo judicial y a defenderla a la Cristi, sin tener en cuenta las pruebas y los años de juicio.  Ni modo, así son los del club, de ese que se llama Foro de Sao Paulo.  

Pero acá, un político joven y por lo tanto impulsivo (ya si lo que hizo fue mulada, como dicen acá, no lo sé) tuiteó en defensa de la Cristi y diciendo que el fallo era “ridículo”.  Supongo que la habrá leído todo, claro, porque si no el ridículo lo hace él.  

El premio al tuit más mamerto de la semana se lo ganó el diputado Semilla Samuel Pérez Álvarez de familia ya conocida en esta sección.  Samuel tuiteó esto:

Justo por estos días se dictó sentencia en un juicio acá, en contra de otra mujer política que abusó de su puesto y que también fue vicepresidenta: Roxana Baldetti.  A ella (junto con su pareja presidencial, Otto Pérez) se la encontró culpable de asociación ilícita y fraude aduanero, pero no de enriquecimiento ilícito, lo que es muy bobo.  ¡Por supuesto que forró de lana, la señora!  Ya le han quitado muchas propiedades porque no pudo comprobar su origen.  Muchos salieron a criticar ese fallo porque obvio que robó la Baldetti, pero cuando allá encuentran que la Cristi robó y se enriqueció (como es claro para cualquier argentino) salen mamertos como Samuel a defender lo indefendible solo porque la Cristi es supuestamente progresista.  ¡Ladrona, es lo que es ella! Corrupta como cualquier otro político de estos nuestros países.  Samuel la defiende por reflejo, por compadrazgo, por pose, por mamerto.

Supongo que es tan creíble que la casa de Baldetti en la montaña, una mansión que he visto en fotos, la hizo de vender champú, como ella dijo, como es de creíble que los hoteles y las estancias en Santa Cruz, en Rio Negro, en toda la Patagonia son producto de su sueldo de política y de ahorro.  ¡Hay que joderse, Samuel!

Por pibe se le puede pasar a Samuel la tontería de su tuit, pero es un político también él, así que lo que queda pensar es que son coyotes de la misma loma y, dadas las condiciones, él haría lo mismo que ella en el poder.  Algo que ustedes los chapines tiene que tomar en cuenta el otro año que votan.  

Felicidades, pues, diputado Samuel Pérez Álvarez, por ganarse el premio al tuit más mamerto de la semana.  No creo que haya ni vaya a haber una dupla de padre e hijo premiados acá por sus brillantes tuits.  Familia prolija, esa.