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¡Empieza la carrera!

Pero, nos toca involucrarnos, desde afuera del proceso, denunciar con evidencias e interrogar a los candidatos, vía redes sociales o cualquier otra, hasta que respondan a los temas que sí son importantes para nosotros.

Elecciones 2023
Carolina Castellanos |
20 de enero, 2023

¡Qué Dios nos agarre confesados! Casi podría terminar el artículo aquí. Estamos en el inicio de lo que será otro proceso electoral sumamente complejo, lleno de ataques en todas las direcciones posibles, campañas de desprestigio, recursos legales e ilegales y cuanta cosa se le ocurra a alguien por allí.

Hay varias cosas que podemos hacer. La primera y más importante, para no empeorar el ambiente, es no caer en las campañas negras. Ya empezaron a surgir rumores y acusaciones sin fundamento que buscan dañar el proceso electoral, a algún candidato o partido en particular. Constantemente veo que los “chats” se han vuelto cajas de resonancia de quienes quieren sembrar odio, duda, desorden, desconfianza y cuanta cosa, hacia candidatos, grupos de la sociedad civil y, por supuesto, a partidos políticos.

Me parece que, a diferencia de los desestabilizadores de siempre (oenegeros, políticos fracasados o aquellos que no consiguieron ubicación en ningún lugar), ahora todos los que usamos las redes sociales estamos expuestos a caer en la trampa de la desinformación y campañas negras.

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Sumado a lo anterior, tenemos a un Tribunal Supremo Electoral que lo que más genera es desconfianza. Aquellos tiempos en los que tuvimos personas de la talla de Arturo Méndez Herbruger, QEPD, quedaron en el olvido. En esta ocasión, la guinda en el pastel es el conteo de los votos. Gracias a la intervención de Giovanni Fratti, el sistema llamado Smartmatic quedó fuera del proceso. Aun así, la amenaza sigue latente.

Estamos llamados a mantener la cordura y el enfoque en esta tormenta que se avecina. Más relevante aún es poner atención a lo importante. Me refiero a los mensajes de los candidatos. Desde los que corren para alcaldías y diputaciones, hasta los que le apuestan a la presidencia, todos saldrán con las ya acostumbradas promesas de cambio hacia el desarrollo, generación de empleos, fin de la corrupción y de la pobreza, entre muchas otras.

¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Pienso que desde que inició la era democrática y empezamos a elegir libremente, después de los golpes de estado que sucedían uno tras otro. ¿Escucharemos algo diferente? Probablemente, siempre que a los directores de campaña o a los candidatos se les ocurran. La clave está en el “cómo” lo van a hacer. Esto no lo dirán en los “mitines”, pero sí debería aparecer en sus páginas web y redes sociales. Habrá que investigar antes de hablar y acusar. Y, si lo amerita, pues señalar las mentiras y cantos de sirena de sus mensajes.

Es difícil discernir entre la verdad y la mentira pues los políticos son maestros del engaño (por supuesto, con las contadas excepciones de algunos que sí merecen nuestro respeto). Sin embargo, nosotros que sí vivimos en la realidad, sabemos que mensajes como acabar con la corrupción y la pobreza, son globos inflados con helio que volarán hasta el infinito.

También es importante “escuchar” lo que no están diciendo. Generalmente no se meten en temas escabrosos que les puedan restar votos. Hablar de apoyo al empresario es sacrilegio en ciertos sectores de la población. Usted y yo sabemos que la inversión y la consecuente generación de empleo es la base para el progreso. Para ello necesitamos que nos dejen trabajar, que faciliten la creación de empresas, que quiten tanto trámite y requisito, que haya libertad de contratación y despido de personal, etc. ¿Qué candidato hablará de esto y dirá cómo lo va a hacer? Ojalá sean muchos.

Nos toca investigar, preguntar, opinar, comentar con otros y discutir temas trascendentales. También debemos denunciar cualquier anomalía que veamos, como violaciones a la ley electoral o cualquier otra cosa.

Usted, amable lector y yo, somos personas productivas y no tenemos el tiempo, ni las ganas, de andar atrás de los candidatos para ver lo que están haciendo y diciendo. Pero, nos toca involucrarnos, desde afuera del proceso, denunciar con evidencias e interrogar a los candidatos, vía redes sociales o cualquier otra, hasta que respondan a los temas que sí son importantes para nosotros.

No dejemos a la suerte nuestro futuro.

¡Empieza la carrera!

Pero, nos toca involucrarnos, desde afuera del proceso, denunciar con evidencias e interrogar a los candidatos, vía redes sociales o cualquier otra, hasta que respondan a los temas que sí son importantes para nosotros.

Carolina Castellanos |
20 de enero, 2023
Elecciones 2023

¡Qué Dios nos agarre confesados! Casi podría terminar el artículo aquí. Estamos en el inicio de lo que será otro proceso electoral sumamente complejo, lleno de ataques en todas las direcciones posibles, campañas de desprestigio, recursos legales e ilegales y cuanta cosa se le ocurra a alguien por allí.

Hay varias cosas que podemos hacer. La primera y más importante, para no empeorar el ambiente, es no caer en las campañas negras. Ya empezaron a surgir rumores y acusaciones sin fundamento que buscan dañar el proceso electoral, a algún candidato o partido en particular. Constantemente veo que los “chats” se han vuelto cajas de resonancia de quienes quieren sembrar odio, duda, desorden, desconfianza y cuanta cosa, hacia candidatos, grupos de la sociedad civil y, por supuesto, a partidos políticos.

Me parece que, a diferencia de los desestabilizadores de siempre (oenegeros, políticos fracasados o aquellos que no consiguieron ubicación en ningún lugar), ahora todos los que usamos las redes sociales estamos expuestos a caer en la trampa de la desinformación y campañas negras.

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Sumado a lo anterior, tenemos a un Tribunal Supremo Electoral que lo que más genera es desconfianza. Aquellos tiempos en los que tuvimos personas de la talla de Arturo Méndez Herbruger, QEPD, quedaron en el olvido. En esta ocasión, la guinda en el pastel es el conteo de los votos. Gracias a la intervención de Giovanni Fratti, el sistema llamado Smartmatic quedó fuera del proceso. Aun así, la amenaza sigue latente.

Estamos llamados a mantener la cordura y el enfoque en esta tormenta que se avecina. Más relevante aún es poner atención a lo importante. Me refiero a los mensajes de los candidatos. Desde los que corren para alcaldías y diputaciones, hasta los que le apuestan a la presidencia, todos saldrán con las ya acostumbradas promesas de cambio hacia el desarrollo, generación de empleos, fin de la corrupción y de la pobreza, entre muchas otras.

¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Pienso que desde que inició la era democrática y empezamos a elegir libremente, después de los golpes de estado que sucedían uno tras otro. ¿Escucharemos algo diferente? Probablemente, siempre que a los directores de campaña o a los candidatos se les ocurran. La clave está en el “cómo” lo van a hacer. Esto no lo dirán en los “mitines”, pero sí debería aparecer en sus páginas web y redes sociales. Habrá que investigar antes de hablar y acusar. Y, si lo amerita, pues señalar las mentiras y cantos de sirena de sus mensajes.

Es difícil discernir entre la verdad y la mentira pues los políticos son maestros del engaño (por supuesto, con las contadas excepciones de algunos que sí merecen nuestro respeto). Sin embargo, nosotros que sí vivimos en la realidad, sabemos que mensajes como acabar con la corrupción y la pobreza, son globos inflados con helio que volarán hasta el infinito.

También es importante “escuchar” lo que no están diciendo. Generalmente no se meten en temas escabrosos que les puedan restar votos. Hablar de apoyo al empresario es sacrilegio en ciertos sectores de la población. Usted y yo sabemos que la inversión y la consecuente generación de empleo es la base para el progreso. Para ello necesitamos que nos dejen trabajar, que faciliten la creación de empresas, que quiten tanto trámite y requisito, que haya libertad de contratación y despido de personal, etc. ¿Qué candidato hablará de esto y dirá cómo lo va a hacer? Ojalá sean muchos.

Nos toca investigar, preguntar, opinar, comentar con otros y discutir temas trascendentales. También debemos denunciar cualquier anomalía que veamos, como violaciones a la ley electoral o cualquier otra cosa.

Usted, amable lector y yo, somos personas productivas y no tenemos el tiempo, ni las ganas, de andar atrás de los candidatos para ver lo que están haciendo y diciendo. Pero, nos toca involucrarnos, desde afuera del proceso, denunciar con evidencias e interrogar a los candidatos, vía redes sociales o cualquier otra, hasta que respondan a los temas que sí son importantes para nosotros.

No dejemos a la suerte nuestro futuro.