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Entendamos lo de Nahualá

No es sólo en Nahualá donde hemos visto este problema. Lo vemos a diario en El Estor, en Huehuetenango dónde las narco-guerrillas dominan zonas enteras y no entra nadie, y en otros puntos del altiplano.

Betty Marroquin |
12 de enero, 2022

Lo que toda Guatemala presenció el jueves pasado en Nahualá es otra muestra del grado de desorden que se vive en el interior del país gracias a los mal llamados Acuerdos de Paz y a decisiones tomadas por los ex Presidentes Julio César Méndez Montenegro (qepd), Alvaro Arzú (qepd), Oscar Berger, Alfonso Portillo, Alvaro Colón con Sandra Torres (que era Presidente de facto), y Otto Pérez principalmente.  Los Acuerdos de Paz permitieron que la izquierda obtuviera un triunfo en papel sobre el Ejército que los derrotó en el campo de batalla luego de 36 años de un conflicto armado interno causado por los terroristas, no por el Ejército.  Digamos las cosas como son. Se la historia porque la viví, no me la contó un trasnochado maestro comunista en la escuela, o en la Universidad.

El entonces Presidente Julio César Méndez Montenegro accedió que Guatemala entrara en el nefasto Pacto de San José al firmar el doctor Carlos García Bauer, doctor Luis Aycinena Salazar y los licenciados Vicente Días Samayoa y Daniel Barreda de Evián la retorcida Convención Interamericana de Derechos Humano. Gracias a esa acción, aceptamos reconocieran la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, base sobre la cual se fundamenta la lucrativa industria del resarcimiento, y por la cual se encuentran en prisión preventiva nuestros soldados y oficiales héroes de guerra por una izquierda que no sólo es envidiosa y mezquina sino rencorosa, obtusa, irracional y vengativa.

Berger, Portillo y Colóm redujeron el tamaño del Ejército, y llevaron a cabo la "modernización" de la Policía Nacional Civil dirigida por Helen Mack (terrorista) y de la bien intencionada Adela Torrebiarte (qepd), quien como muchos de la "alta sociedad" que la izquierda odia e insulta a diario, se alió a ellos quizás como dijo Churchil, para que "el cocodrilo se la comiera por último" ya que está más que demostrado en infinidad de ejemplos que con la izquierda (socialistas o comunistas) no se negocia porque jamás respetan nada. Lo único que respetaron fue el Acuerdo negociado en El Salvador con Arzú de firmar la Paz a cambio que diera de baja a todos los Oficiales del Ejército que les ganaron la guerra. Irónicamente le tocó al gobierno del General Romeo Lucas García (qepd) ratificar este nefasto error que hoy tiene en prisión a su hermano, el General Benedicto Lucas. Otto Pérez Molina era Comisionado Presidencial de Seguridad en tiempos de Berger y apoyó estos errores.

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Berger dio un certero golpe al Ejército, posiblemente influido por el terrorista Eduardo Stein Barillas, y redujo a la mitad el número de efectivos del Ejército, acción que además de dar ánimos y fortalecer al crimen organizado y a las narco-guerrillas, ha generado hoy en día problemas profundos a los pensionados militares en el IPM. Portillo lo redujo aún más, quitándole otros 6 mil efectivos. Además, el mega intelectual terrorista Edgar Gutiérrez siendo mano derecha del presidente asesino confeso y lavador de dinero convicto de Alfonso Portillo, metió sus tentáculos en el Ejército debilitandolo aún más. Hasta entes de izquierda reportaron que gracias a esa reducción aumentó el cultivo de amapola en Tajumulco y Tacaná, pero para la izquierda, eso es digno de aplausos, ¿correcto? Stein es tan cara dura que hasta declaró en esas épocas que la policía no se corrompe como el Ejército.

Irónicamente fue Colóm quién abrió la puerta nuevamente para aumentar el número de efectivos del Ejército por la lucha contra la droga pero también dio de baja a algunos Oficiales experimentados. Pérez aceptó con un Congreso aleccionado por el Embajador McFarland que Guatemala se suscribió al nefasto Estatuto de Roma y apoyó que ningún oficial ni militar estadounidense podría ser juzgado por el mismo. Los Estados Unidos no están sujetos ni al Pacto, ni al Estatuto, ni a la CIDH, ni a ningún ente que pueda juzgar a un funcionario estadounidense civil o militar.

Esto nos da una idea de porqué el Ejército de Guatemala no está en el combate a la narco-guerrilla y por qué la PNC no procede como también debería de hacerlo. Sabemos que el Procurador de los Derechos Humanos defiende a invasores, ladrones, mareros y terroristas, y disfruta, porque no disimula, cuando un agente de policía o un soldado va preso o es asesinado. Ni se inmuta.  Esto explica el porqué de lo sucedido el jueves pasado. Los presidentes que no son militares no son estrategas, se asesoran del Jefe del Estado Mayor de la Defensa para el efecto, y del Ministro de Gobernación. Por eso es tan importante que ambos cargos sean gente que sí sepa cómo proceder.

El caso de Nahualá data de mucho tiempo atrás. El historiador Augusto de León Fajardo relata que en 1524, cuando en SacCaJá (que significa Agua Amarga y Blanca, Salcajá de hoy) Juan de León Cardona dió por concluida la misión contra los Achíes ordenada por las autoridades desde México. Pedro de Alvarado decidió levantar su campamento después que naciera su hija mestiza Leonor Alvarado Xicoténcatl y su madre ya pudiera viajar, decidiendo continuar camino hacia el oriente de esa zona.  Se separaron los contingentes. De León Cardona colocó a sus gente en Almolonga (manantial) en la entrada sur de la antigua caldera volcánica y a sus aliados texcocanos en AtotonilcoPán (hoy Totonicapán, lo encontré también escrito Pan Atotonilco) en la entrada norte de la Caldera, como centinelas. También puso un  pequeño contingente de texcocanos (del linaje Tzoc --tzocuitl=jilguero--) en Ix-Tehuacán, ante una posible entrada de achíes desde el noreste.  Los texcocanos eran pochtecas (comerciantes) y no agricultores, por lo que los achíes del Calpul del linaje de los Saquil, se asentaron junto a ellos, aprovechando lo disponible de sus tierras agrícolas.

En 1860, la relación entre los Saquil y los Tzoc ya era muy tensa, sobre todo porque el Alcalde Manuel Tzoc había aprovechado el respaldo del presidente Rafael Carrera para desalojar de sus tierras labrantías a campesinos achíes para instalar a otros grupos indígenas, ex soldados de la campaña contra el Estado de Los Altos. Esas tierras han estado en disputa desde entonces.

En 1865, a la muerte de Carrera, la tensión llevó a una batalla campal con palos y piedras entre los Saquil y los Tzoc, que causó muchos muertos; y los texcocanos decidieron abandonar el lugar y asentarse en el paraje XePatuj, en el cráter del volcán del NahualJá (que significa espíritu del agua), donde las aguas de lluvia forman innumerables arroyuelos que dan origen al río NahualAtl (que significa agua, hoy Nahualate).  Para 1873, con el respaldo del gobierno de turno la emigración de texcocanos hacia ese lugar se había hecho completa; añadiendo gentes de los linajes Tzep, Tajay, Caitunaj, Ixmatá, Tambriz, Chum y Guachay.  El paraje Chuipatan (hoy finca El Alto) se mantuvo como una zona deshabitada entre ambas comunidades, como medio de separación entre ellas.

Como buenos comerciantes, los nahualeños prosperaron, moviendo mercancías desde la bocacosta hasta las tierras al sur del río Motagua, y para 1934 tenían los recursos para comprar la vía férrea del fracasado Ferrocarril de los Altos y usar sus rieles como postes para llevar la electricidad de la hidroeléctrica de Santa María. Fueron el segundo lugar de la región que estuvo electrificado y las construcciones del pueblo eran de piedra volcánica canteada.  ChuíPatán empezó a ser usado por campesinos de ambos lados y la separación desapareció. Hoy, muchos derechos de tierras han sido dados en garantía a coyotes para cubrir el precio del viaje a los EUA. Al igual que en otras zonas del altiplano, urge que el Registro de la Propiedad dé títulos de propiedad a los campesinos que han heredado sus tierras sin documentación.

Para 1998, la difícil situación sísmica en el pueblo de Santa Catarina Ixtahuacán (está situado sobre una falla normal, cuyos lados se mueven en sentidos opuestos) se complicó con muchísimos derrumbes causados por la tormenta Mitch y para el año 2000 fué declarado inhabitable por el CONRED. Buscando un nuevo lugar, bajo la dirección del Vicepresidente Flores Asturias, se propuso un lugar equivalente; que no fué aceptado por los catarinos que querían estar junto a la carretera interamericana, ya que erróneamente atribuían la prosperidad y la riqueza de los nahualeños a esa proximidad.  Finalmente fueron asentados en el paraje Nueva Catarina Ixtahuacán en la región de Alaska, sin agua. Ello aumentó la presión por usar Chuipata; donde se han formado pequeñas aldeas catarinas.  Seguramente es por eso que el gobierno actual al transar el cese de hostilidades entre los lugareños les ofreció dinero para que tengan agua y demás infraestructura.

No hay un límite municipal en ese lugar y los vecinos de ambos municipios reclaman derechos de uso de esas tierras.  Los coyotes cuidan lo que les quedó como suyo y que han vendido; las armas de los buzones de las guerrillas fueron desenterradas, y la situación es confrontativa, volátil y violenta.  En nada ayuda que Ixtahuacán haya sido territorio donde operó el Ejército Guerrillero de los Pobres y Nahualá fue y parece que sigue siendo un semillero de la ORPA. Las rivalidades y odios perduran.

En esta era moderna, si queremos que el Ejército y la PNC cumplan con su trabajo lo más urgente es desatar las manos de ambas instituciones denunciando el nefasto Pacto de San José, retirando a Guatemala de la CIDH y de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, además de retirarnos del Estatuto de Roma.  Sólo así podrán los efectivos cumplir con su trabajo. No es sólo en Nahualá donde hemos visto este problema. Lo vemos a diario en El Estor, en Huehuetenango dónde las narco-guerrillas dominan zonas enteras y no entra nadie, y en otros puntos del altiplano. Un Estado se compone de territorio, y no es un municipio, es TODO el territorio nacional que hoy conforma la República de Guatemala.

 

Entendamos lo de Nahualá

No es sólo en Nahualá donde hemos visto este problema. Lo vemos a diario en El Estor, en Huehuetenango dónde las narco-guerrillas dominan zonas enteras y no entra nadie, y en otros puntos del altiplano.

Betty Marroquin |
12 de enero, 2022

Lo que toda Guatemala presenció el jueves pasado en Nahualá es otra muestra del grado de desorden que se vive en el interior del país gracias a los mal llamados Acuerdos de Paz y a decisiones tomadas por los ex Presidentes Julio César Méndez Montenegro (qepd), Alvaro Arzú (qepd), Oscar Berger, Alfonso Portillo, Alvaro Colón con Sandra Torres (que era Presidente de facto), y Otto Pérez principalmente.  Los Acuerdos de Paz permitieron que la izquierda obtuviera un triunfo en papel sobre el Ejército que los derrotó en el campo de batalla luego de 36 años de un conflicto armado interno causado por los terroristas, no por el Ejército.  Digamos las cosas como son. Se la historia porque la viví, no me la contó un trasnochado maestro comunista en la escuela, o en la Universidad.

El entonces Presidente Julio César Méndez Montenegro accedió que Guatemala entrara en el nefasto Pacto de San José al firmar el doctor Carlos García Bauer, doctor Luis Aycinena Salazar y los licenciados Vicente Días Samayoa y Daniel Barreda de Evián la retorcida Convención Interamericana de Derechos Humano. Gracias a esa acción, aceptamos reconocieran la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, base sobre la cual se fundamenta la lucrativa industria del resarcimiento, y por la cual se encuentran en prisión preventiva nuestros soldados y oficiales héroes de guerra por una izquierda que no sólo es envidiosa y mezquina sino rencorosa, obtusa, irracional y vengativa.

Berger, Portillo y Colóm redujeron el tamaño del Ejército, y llevaron a cabo la "modernización" de la Policía Nacional Civil dirigida por Helen Mack (terrorista) y de la bien intencionada Adela Torrebiarte (qepd), quien como muchos de la "alta sociedad" que la izquierda odia e insulta a diario, se alió a ellos quizás como dijo Churchil, para que "el cocodrilo se la comiera por último" ya que está más que demostrado en infinidad de ejemplos que con la izquierda (socialistas o comunistas) no se negocia porque jamás respetan nada. Lo único que respetaron fue el Acuerdo negociado en El Salvador con Arzú de firmar la Paz a cambio que diera de baja a todos los Oficiales del Ejército que les ganaron la guerra. Irónicamente le tocó al gobierno del General Romeo Lucas García (qepd) ratificar este nefasto error que hoy tiene en prisión a su hermano, el General Benedicto Lucas. Otto Pérez Molina era Comisionado Presidencial de Seguridad en tiempos de Berger y apoyó estos errores.

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Berger dio un certero golpe al Ejército, posiblemente influido por el terrorista Eduardo Stein Barillas, y redujo a la mitad el número de efectivos del Ejército, acción que además de dar ánimos y fortalecer al crimen organizado y a las narco-guerrillas, ha generado hoy en día problemas profundos a los pensionados militares en el IPM. Portillo lo redujo aún más, quitándole otros 6 mil efectivos. Además, el mega intelectual terrorista Edgar Gutiérrez siendo mano derecha del presidente asesino confeso y lavador de dinero convicto de Alfonso Portillo, metió sus tentáculos en el Ejército debilitandolo aún más. Hasta entes de izquierda reportaron que gracias a esa reducción aumentó el cultivo de amapola en Tajumulco y Tacaná, pero para la izquierda, eso es digno de aplausos, ¿correcto? Stein es tan cara dura que hasta declaró en esas épocas que la policía no se corrompe como el Ejército.

Irónicamente fue Colóm quién abrió la puerta nuevamente para aumentar el número de efectivos del Ejército por la lucha contra la droga pero también dio de baja a algunos Oficiales experimentados. Pérez aceptó con un Congreso aleccionado por el Embajador McFarland que Guatemala se suscribió al nefasto Estatuto de Roma y apoyó que ningún oficial ni militar estadounidense podría ser juzgado por el mismo. Los Estados Unidos no están sujetos ni al Pacto, ni al Estatuto, ni a la CIDH, ni a ningún ente que pueda juzgar a un funcionario estadounidense civil o militar.

Esto nos da una idea de porqué el Ejército de Guatemala no está en el combate a la narco-guerrilla y por qué la PNC no procede como también debería de hacerlo. Sabemos que el Procurador de los Derechos Humanos defiende a invasores, ladrones, mareros y terroristas, y disfruta, porque no disimula, cuando un agente de policía o un soldado va preso o es asesinado. Ni se inmuta.  Esto explica el porqué de lo sucedido el jueves pasado. Los presidentes que no son militares no son estrategas, se asesoran del Jefe del Estado Mayor de la Defensa para el efecto, y del Ministro de Gobernación. Por eso es tan importante que ambos cargos sean gente que sí sepa cómo proceder.

El caso de Nahualá data de mucho tiempo atrás. El historiador Augusto de León Fajardo relata que en 1524, cuando en SacCaJá (que significa Agua Amarga y Blanca, Salcajá de hoy) Juan de León Cardona dió por concluida la misión contra los Achíes ordenada por las autoridades desde México. Pedro de Alvarado decidió levantar su campamento después que naciera su hija mestiza Leonor Alvarado Xicoténcatl y su madre ya pudiera viajar, decidiendo continuar camino hacia el oriente de esa zona.  Se separaron los contingentes. De León Cardona colocó a sus gente en Almolonga (manantial) en la entrada sur de la antigua caldera volcánica y a sus aliados texcocanos en AtotonilcoPán (hoy Totonicapán, lo encontré también escrito Pan Atotonilco) en la entrada norte de la Caldera, como centinelas. También puso un  pequeño contingente de texcocanos (del linaje Tzoc --tzocuitl=jilguero--) en Ix-Tehuacán, ante una posible entrada de achíes desde el noreste.  Los texcocanos eran pochtecas (comerciantes) y no agricultores, por lo que los achíes del Calpul del linaje de los Saquil, se asentaron junto a ellos, aprovechando lo disponible de sus tierras agrícolas.

En 1860, la relación entre los Saquil y los Tzoc ya era muy tensa, sobre todo porque el Alcalde Manuel Tzoc había aprovechado el respaldo del presidente Rafael Carrera para desalojar de sus tierras labrantías a campesinos achíes para instalar a otros grupos indígenas, ex soldados de la campaña contra el Estado de Los Altos. Esas tierras han estado en disputa desde entonces.

En 1865, a la muerte de Carrera, la tensión llevó a una batalla campal con palos y piedras entre los Saquil y los Tzoc, que causó muchos muertos; y los texcocanos decidieron abandonar el lugar y asentarse en el paraje XePatuj, en el cráter del volcán del NahualJá (que significa espíritu del agua), donde las aguas de lluvia forman innumerables arroyuelos que dan origen al río NahualAtl (que significa agua, hoy Nahualate).  Para 1873, con el respaldo del gobierno de turno la emigración de texcocanos hacia ese lugar se había hecho completa; añadiendo gentes de los linajes Tzep, Tajay, Caitunaj, Ixmatá, Tambriz, Chum y Guachay.  El paraje Chuipatan (hoy finca El Alto) se mantuvo como una zona deshabitada entre ambas comunidades, como medio de separación entre ellas.

Como buenos comerciantes, los nahualeños prosperaron, moviendo mercancías desde la bocacosta hasta las tierras al sur del río Motagua, y para 1934 tenían los recursos para comprar la vía férrea del fracasado Ferrocarril de los Altos y usar sus rieles como postes para llevar la electricidad de la hidroeléctrica de Santa María. Fueron el segundo lugar de la región que estuvo electrificado y las construcciones del pueblo eran de piedra volcánica canteada.  ChuíPatán empezó a ser usado por campesinos de ambos lados y la separación desapareció. Hoy, muchos derechos de tierras han sido dados en garantía a coyotes para cubrir el precio del viaje a los EUA. Al igual que en otras zonas del altiplano, urge que el Registro de la Propiedad dé títulos de propiedad a los campesinos que han heredado sus tierras sin documentación.

Para 1998, la difícil situación sísmica en el pueblo de Santa Catarina Ixtahuacán (está situado sobre una falla normal, cuyos lados se mueven en sentidos opuestos) se complicó con muchísimos derrumbes causados por la tormenta Mitch y para el año 2000 fué declarado inhabitable por el CONRED. Buscando un nuevo lugar, bajo la dirección del Vicepresidente Flores Asturias, se propuso un lugar equivalente; que no fué aceptado por los catarinos que querían estar junto a la carretera interamericana, ya que erróneamente atribuían la prosperidad y la riqueza de los nahualeños a esa proximidad.  Finalmente fueron asentados en el paraje Nueva Catarina Ixtahuacán en la región de Alaska, sin agua. Ello aumentó la presión por usar Chuipata; donde se han formado pequeñas aldeas catarinas.  Seguramente es por eso que el gobierno actual al transar el cese de hostilidades entre los lugareños les ofreció dinero para que tengan agua y demás infraestructura.

No hay un límite municipal en ese lugar y los vecinos de ambos municipios reclaman derechos de uso de esas tierras.  Los coyotes cuidan lo que les quedó como suyo y que han vendido; las armas de los buzones de las guerrillas fueron desenterradas, y la situación es confrontativa, volátil y violenta.  En nada ayuda que Ixtahuacán haya sido territorio donde operó el Ejército Guerrillero de los Pobres y Nahualá fue y parece que sigue siendo un semillero de la ORPA. Las rivalidades y odios perduran.

En esta era moderna, si queremos que el Ejército y la PNC cumplan con su trabajo lo más urgente es desatar las manos de ambas instituciones denunciando el nefasto Pacto de San José, retirando a Guatemala de la CIDH y de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, además de retirarnos del Estatuto de Roma.  Sólo así podrán los efectivos cumplir con su trabajo. No es sólo en Nahualá donde hemos visto este problema. Lo vemos a diario en El Estor, en Huehuetenango dónde las narco-guerrillas dominan zonas enteras y no entra nadie, y en otros puntos del altiplano. Un Estado se compone de territorio, y no es un municipio, es TODO el territorio nacional que hoy conforma la República de Guatemala.