Ética, concepto efímero, frágil en el sentido que por ser intrínseco a la vida interna personal sufre por momentos de particulares interpretaciones; no es un dato científico, ni un dato “duro”, sino que análisis y observaciones interpretadas, y aplicadas por comprensiones individuales a la vida diaria.

Si se define, es el ideal de actuación que comparten los filósofos, padres de familia y docentes; una persona ética forma parte de la ciudadanía, y en su conjunto, forma un país con valores y moral, conceptos complementarios que sufren el mismo destino, interpretación personal.

El apoyo permanente de la Real Academia Española define ética como el “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida.”  Y de allí, se continua con el análisis semántico de “moral”: Doctrina del obrar humano que pretende regular el comportamiento individual y colectivo en relación con el bien y el mal y los deberes que implican.”

Y desde estos grandes conceptos que generan reflexiones profundas, se establecen normas de conducta en todos los ámbitos: familiar, laboral, académico, gubernamental, agrupaciones voluntarias, y demás. Un concepto interesante, que comparte una propuesta, la palabra “ética” viene del griego ethos, que significa “carácter, o perteneciente al carácter”; es una fortaleza espiritual. Y, sobre todo, la importancia de este actuar ético, sin la observación de terceras personas, solo una auto observación, desde lo profundo del alma y la consciencia serena que confirma que el actuar es ético para la paz espiritual.

Las palabras éticas, moral y carácter tienen una connotación, o como diría Emilio Lledó una vida propia, de rectitud, y corrección. Y sobre todas las cosas, estos conceptos son base para la transparencia que es estandarte en la vida moral, y en el proceso educativo. Esta ideal de transparencia no solo se refleja en los momentos de evaluaciones, es aunada a momentos de investigaciones, el declarar que algunas ideas puedan no ser propias, e identificar al autor de estas mismas, y desde ese punto entonces, iniciar las deliberaciones propias, de las cuales en un futuro, otra persona pueda citar como fuente, para la continuación del aprendizaje.

Los filósofos-pedagogos demuestran que el proceso educativo es una construcción de saberes, con andamiajes fuertes de base, que permitan un crecimiento constante de una totalidad activa en aumento del conocimiento. Clave es que el reconocimiento del pensador, como será del que construye sobre sus conceptos.

La ética, la moral, los valores se aprehenden desde el ejemplo de personas probas; los padres de familia, los docentes e idealmente los gobernantes, los ejemplos. Existe el estudio de la ética en la academia, sobre todo la interpretación y las aplicaciones de las propuestas, pero como todo en un proceso educativo, el ejemplo es el mejor maestro por excelencia.

Existen conceptos de ética aplicada, para su contemplación y aplicación en situaciones complejas, no fáciles para una toma de decisiones; exigen un análisis desde distintas aristas y juicio ponderado: ética médica, jurídica, docente, científica, militar, con situaciones que requieren un estudio de referencias cruzadas, para arribar a una decisión ética y moral.

Los valores emanen desde el seno familiar; estos se fortalecen en el centro educativo, y la observación de otras personas, en su actuar, o positivo o negativo. Lo negativo tiene  una consecuencia no deseada, un resultado de castigo, pero no es por ello por lo que no se debe hacer, no por evitar el castigo, no se debe hacer porque no es correcto.

Ante los medios de comunicación, las instancias de recreo, películas, series televisas, juegos virtuales, y el actuar de personas, es precisa una defensa permanente de la actuación ética. No se debe dejar influenciar por un cansancio moral de una lucha contra la corriente de la vida moderna. El futuro de una nación, de esta nación, pende de un actuar ético.  La observación de los resultados de un actuar no ético mina a la paz espiritual crea un constante desgaste a lo moral colectivo.

La ética no es cuestión de opción, es guía de una vida serena. Los Rotarios gozan de un código de ética que es perfecto para toda persona; un auto cuestionamiento antes de actuar o hacer. Se preguntan, ¿Es la verdad?; ¿Es equitativo para todos los interesados?; ¿Creará buena voluntad y mejores amistades?; ¿Beneficiará a todos los interesados?; este código de ética se llama la Prueba Cuádruple, y es el cuestionamiento que cada persona se debe hacer, “De lo que pensamos, decimos o hacemos”.

Pensar en los demás, amigos, colegas desconocidos; y que el actuar propio sea transparente, y coherente, dedico al bien.

¡La educación es prioridad nacional!