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La aportación del objetivismo a la interferencia lógica, segunda parte

“Ninguna proposición que forma el hombre es verdadera si no puede integrarse sin contradicción con la suma total de su conocimiento.”

Objetivismo
Warren Orbaugh |
21 de noviembre, 2022

Vimos en mi artículo anterior la naturaleza jerárquica del conocimiento de la teoría Objetivista de inducción, elaborada por Leonard Peikoff, presentada en The Logical Leap y en su curso sobre inducción. Ahora veremos la segunda parte que se basa en que los conceptos son clasificaciones abiertas. La segunda parte de la teoría de Peikoff es la explicación del mecanismo de generalizar, es decir, de cómo la mente pasa de “esto hizo tal cosa” a “todo esto hace tal cosa”. Lo que permite esa generalización es la naturaleza abierta de los conceptos, que posibilita la aplicación de estos a nuevos concretos, siendo esa la esencia de lo que es generalizar. Las generalizaciones de primer nivel son, al igual que toda proposición, contextuales.

No La validez de la inferencia depende de que la conclusión sea lógica y verdadera o no, es decir, que identifique un hecho de la realidad sin contradicción alguna con el conocimiento relevante.

La prueba de su verdad es su conformidad con la realidad. Parte de lo observado y su prueba se reduce a lo observado.

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Se basa en las leyes axiomáticas:

a. Ley de Identidad: 

              A es A, un ente es lo que es, con una naturaleza específica cuya estructura le da su particular identidad.

b. Ley de No contradicción:

              A no es A y ‘no-A’ al mismo tiempo, es decir, un ente no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido, o dicho de otro modo, no se puede negar y afirmarsimultáneamente un mismo predicado de un mismo sujetoy bajo el mismo aspecto.

      c.  Ley del Tercio excluso:

              X es A o ‘no-A’, es decir, que todo tiene que ser o no ser, no hay tercera posibilidad. Dicho de otro modo, no existe término medio entre dos proposiciones contradictorias o lo que es lo mismo, dos proposiciones contradictorias no pueden ser verdaderas al mismo tiempo.

      d.  Ley de Causalidad, 

              A es A → Aⁿ 

La ley de Causalidad, A es A → Aⁿ, quiere decir que A sólo hace lo que ser  A permite y su efecto es Aⁿ cuando  se da la suma total de condiciones necesarias y suficientes para que el consecuente siga al antecedente  tomando en cuenta que tanto antecedente como consecuente interactúan según sus atributos.

Estas leyes por ser axiomáticas, no se pueden negar  sin tener que aceptarlas: Al tratar de negar la ley de Identidad debe aceptarse que lo que se expresa quiere decir exactamente lo que se intenta decir, esto es, que A es A. Al tratar de negar la ley de No-Contradicción debe aceptarse que lo que se expresa quiere decir eso y no lo contrario. Al tratar de negar la ley de Causalidad debe aceptarse la existencia de una causa eficiente de la negación, (quien profiere), y por lo tanto ya se aceptó la validez de dicho axioma. 

Las cinco reglas de la inferencia inductiva según Peikoff son:

1. En toda etapa, es esencial formar conceptos válidos, porque sólo los conceptos válidos permiten una inducción válida.

2. La inducción empieza con lo evidente, con generalizaciones de primer nivel, que sirven de base a generalizaciones de nivel superior y a las que éstas últimas se deben reducir.

3. La inducción requiere el descubrimiento contextual de conexiones causales, usando el método de Diferencia y Concordancia de Mill.

4. La inducción, en cada etapa posterior al primer nivel, requiere la integración con otro conocimiento, y en los niveles superiores requiere el descubrimiento de principios que integren las nociones fundamentales de una diversidad de campos.

5. En las ciencias físicas, después de la etapa inicial, los pasos antes mencionados dependen y deben hacerse sólo por la matemática.

La estructura del razonamiento inductivo es:

Observación + aplicación de la totalidad del marco conceptual → generalización

Para que la generalización sea válida, esta no debe contradecir ni la observación, ni un marco conceptual válido.

Expresado en símbolos:

            {[(g →gⁿ) Λ MC= {A, B, C, D, E, F, …Z}] →G }↔  MC= {A, B, C, D, E, G(g →gⁿ), …Z } 

Por ejemplo: Veo que al soltarla la pelota cae, que hay una fuerza (gravedad) que la hala hacia la tierra. Luego supongo que todo objeto cae porque se ve sujeto a la atracción de la fuerza de gravedad. Trato de integrar esta generalización con mi marco conceptual, es decir con toda la estructura cognitiva que poseo. Pero observo que los globos llenos de helio no caen, sino por el contrario, suben. ¿Será entonces que no se puede generalizar que todo cuerpo cae? Examino este nuevo dato en relación a mi marco conceptual, a todo el resto de mi conocimiento.He visto que hay cosas que no se hunden en el agua; flotan. Hay dos fuerzas que se equilibran aquí: la cosa que se ve atraída por la gravedad y la masa de agua que contrarresta esa fuerza. Entonces el globo flota porque el helio pesa menos que el aire. Pero para flotar sé que deben existir dos fuerzas en equilibrio: una es la de la masa del aire, y la otra es la de la gravedad. Luego todo objeto cae porque se ve sujeto a la atracción de la fuerza de gravedad.

La diferencia entre la deducción y la inducción, consiste en que en la primera la conclusión del silogismo es necesaria porque de lo contrario se niega un producto específico de la facultad conceptual (alguna premisa), mientras que en la segunda la conclusión de la generalización es necesaria porque de lo contrario se niega el sistema conceptual completo. Si la conclusión es inválida, es, en ambos casos un ‘non sequitur’.

La inducción es la aplicación lógica del contexto y la jerarquía al tema en cuestión, y como dice Rand:

“Ninguna proposición que forma el hombre es verdadera si no puede integrarse sin contradicción con la suma total de su conocimiento.”

 

 

El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.

 

 

La aportación del objetivismo a la interferencia lógica, segunda parte

“Ninguna proposición que forma el hombre es verdadera si no puede integrarse sin contradicción con la suma total de su conocimiento.”

Warren Orbaugh |
21 de noviembre, 2022
Objetivismo

Vimos en mi artículo anterior la naturaleza jerárquica del conocimiento de la teoría Objetivista de inducción, elaborada por Leonard Peikoff, presentada en The Logical Leap y en su curso sobre inducción. Ahora veremos la segunda parte que se basa en que los conceptos son clasificaciones abiertas. La segunda parte de la teoría de Peikoff es la explicación del mecanismo de generalizar, es decir, de cómo la mente pasa de “esto hizo tal cosa” a “todo esto hace tal cosa”. Lo que permite esa generalización es la naturaleza abierta de los conceptos, que posibilita la aplicación de estos a nuevos concretos, siendo esa la esencia de lo que es generalizar. Las generalizaciones de primer nivel son, al igual que toda proposición, contextuales.

No La validez de la inferencia depende de que la conclusión sea lógica y verdadera o no, es decir, que identifique un hecho de la realidad sin contradicción alguna con el conocimiento relevante.

La prueba de su verdad es su conformidad con la realidad. Parte de lo observado y su prueba se reduce a lo observado.

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Se basa en las leyes axiomáticas:

a. Ley de Identidad: 

              A es A, un ente es lo que es, con una naturaleza específica cuya estructura le da su particular identidad.

b. Ley de No contradicción:

              A no es A y ‘no-A’ al mismo tiempo, es decir, un ente no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido, o dicho de otro modo, no se puede negar y afirmarsimultáneamente un mismo predicado de un mismo sujetoy bajo el mismo aspecto.

      c.  Ley del Tercio excluso:

              X es A o ‘no-A’, es decir, que todo tiene que ser o no ser, no hay tercera posibilidad. Dicho de otro modo, no existe término medio entre dos proposiciones contradictorias o lo que es lo mismo, dos proposiciones contradictorias no pueden ser verdaderas al mismo tiempo.

      d.  Ley de Causalidad, 

              A es A → Aⁿ 

La ley de Causalidad, A es A → Aⁿ, quiere decir que A sólo hace lo que ser  A permite y su efecto es Aⁿ cuando  se da la suma total de condiciones necesarias y suficientes para que el consecuente siga al antecedente  tomando en cuenta que tanto antecedente como consecuente interactúan según sus atributos.

Estas leyes por ser axiomáticas, no se pueden negar  sin tener que aceptarlas: Al tratar de negar la ley de Identidad debe aceptarse que lo que se expresa quiere decir exactamente lo que se intenta decir, esto es, que A es A. Al tratar de negar la ley de No-Contradicción debe aceptarse que lo que se expresa quiere decir eso y no lo contrario. Al tratar de negar la ley de Causalidad debe aceptarse la existencia de una causa eficiente de la negación, (quien profiere), y por lo tanto ya se aceptó la validez de dicho axioma. 

Las cinco reglas de la inferencia inductiva según Peikoff son:

1. En toda etapa, es esencial formar conceptos válidos, porque sólo los conceptos válidos permiten una inducción válida.

2. La inducción empieza con lo evidente, con generalizaciones de primer nivel, que sirven de base a generalizaciones de nivel superior y a las que éstas últimas se deben reducir.

3. La inducción requiere el descubrimiento contextual de conexiones causales, usando el método de Diferencia y Concordancia de Mill.

4. La inducción, en cada etapa posterior al primer nivel, requiere la integración con otro conocimiento, y en los niveles superiores requiere el descubrimiento de principios que integren las nociones fundamentales de una diversidad de campos.

5. En las ciencias físicas, después de la etapa inicial, los pasos antes mencionados dependen y deben hacerse sólo por la matemática.

La estructura del razonamiento inductivo es:

Observación + aplicación de la totalidad del marco conceptual → generalización

Para que la generalización sea válida, esta no debe contradecir ni la observación, ni un marco conceptual válido.

Expresado en símbolos:

            {[(g →gⁿ) Λ MC= {A, B, C, D, E, F, …Z}] →G }↔  MC= {A, B, C, D, E, G(g →gⁿ), …Z } 

Por ejemplo: Veo que al soltarla la pelota cae, que hay una fuerza (gravedad) que la hala hacia la tierra. Luego supongo que todo objeto cae porque se ve sujeto a la atracción de la fuerza de gravedad. Trato de integrar esta generalización con mi marco conceptual, es decir con toda la estructura cognitiva que poseo. Pero observo que los globos llenos de helio no caen, sino por el contrario, suben. ¿Será entonces que no se puede generalizar que todo cuerpo cae? Examino este nuevo dato en relación a mi marco conceptual, a todo el resto de mi conocimiento.He visto que hay cosas que no se hunden en el agua; flotan. Hay dos fuerzas que se equilibran aquí: la cosa que se ve atraída por la gravedad y la masa de agua que contrarresta esa fuerza. Entonces el globo flota porque el helio pesa menos que el aire. Pero para flotar sé que deben existir dos fuerzas en equilibrio: una es la de la masa del aire, y la otra es la de la gravedad. Luego todo objeto cae porque se ve sujeto a la atracción de la fuerza de gravedad.

La diferencia entre la deducción y la inducción, consiste en que en la primera la conclusión del silogismo es necesaria porque de lo contrario se niega un producto específico de la facultad conceptual (alguna premisa), mientras que en la segunda la conclusión de la generalización es necesaria porque de lo contrario se niega el sistema conceptual completo. Si la conclusión es inválida, es, en ambos casos un ‘non sequitur’.

La inducción es la aplicación lógica del contexto y la jerarquía al tema en cuestión, y como dice Rand:

“Ninguna proposición que forma el hombre es verdadera si no puede integrarse sin contradicción con la suma total de su conocimiento.”

 

 

El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.