Desde que Obama entró al poder, el estilo de la política exterior de los Estados Unidos cambió, para peor.  Pasaron de sugerencias a imposiciones, de argumentaciones persuasivas al vil y más burdo chantaje.  Claro, de Chacón a Robinson la intromisión empeoró gradualmente, y se sostuvo de Robinson a la fecha.  Ahora chantajean con el retiro antojadizo de visas y la inclusión ilegal en la Engels, creada para castigar opositores a sus ideas socialistas, globalistas y progre, como claramente se estipulan en la página de la Casa Blanca, como prioridad del gobierno Biden-Harris.

Pasaron de ser diplomáticos a ser chantajistas activistas políticos para imponer su agenda, y no sólo en Guatemala, sino en todo el Hemisferio.  Guatemala es un objetivo particular por lo que el énfasis ha sido un tanto mayor desde que nos obligaron a tragarnos el experimento de la ONU con la historia de que sólo en Guatemala hay corrupción.  Vean Hunter Biden, o los escándalos en Europa con políticos, reyes, empresarios, etc.  Ahora sabemos que en todos lados se cuecen habas y es muy fácil apuntar a los defectos del vecino ignorando los propios. Su posición geográfica la hace un punto geopolítico estratégico para los Estados Unidos, y para quienes desean darle problemas a los Estados Unidos.

Ese experimento, al politizar la administración de justicia, logró infundir no miedo sino pánico en líderes de todos los sectores, empezando por el político y el económico.  

El económico, a quienes afectuosamente he llamado avestruces en múltiples ocasiones cuando me he enfadado por adoptar posiciones que considero pusilánimes, tiene un problema que muchos no parecen entender, y en el que yo misma no me había molestado en analizar.  

En este mundo globalizado (término que significa entrelazado económicamente), las empresas grandes de nuestros países tienen que hacer negocios con bancos y empresas aún más grandes principalmente de Estados Unidos, Canadá y Europa.  Esos grandes conglomerados han abrazado muchos principios del Nuevo Orden Mundial y para decirlo en buen chapín, los meten con tirabuzón a quienes hacen negocios con ellos exigiendo que en los países de la contraparte se haga como ellos hacen.  No les sorprenda si los negocios con nombre masculino o femenino deben cambiarlo a "género neutro" y no digamos los emblemas y las banderas.  

Si bien la gran mayoría de empresarios aman a Guatemala y a sus hijos y hacen mucho de eso superficialmente, entiendo que existan algunos pocos empresarios super convencidos que así debe ser (no patria, full LGBTQI+ aunque incluya pedofilia) que deben obedecer a las presiones de Popp para a su vez ejercer presión en el Presidente de la República para que no vaya a elegir a la Fiscal General Dra Consuelo Porras para otros 4 años al frente del MP.  Poco les importa que sea la persona más calificada, que no lo pudo negar ni los Decanos corruptos de la Comisión de Postulación que votaron contra ella y se resistieron hasta donde pudieron para no incluirla en la lista de 6 candidatos finales, no la quieren.

Y no la quieren sencillamente porque si ella es confirmada en ese cargo saldrá más temprano que tarde a bailar lavado de dinero de USAID por ONGs y personajes siniestros de ese gremio de parásitos resentidos social confusos (viajan en primera y viven como reyes pero odian el Capitalismo).  Eso es lo que les duele.  Que se destape su caja de porquerías apestosas y que la opinión pública en Guatemala al fin tenga que abrir los ojos y ver que los "paladines de la justicia" alabados por entes vendidos a Soros como el NY Times y el New Yorker son en realidad, una partida de ampones depravados de la peor calaña porque ni siquiera conocen la Omertá.

Espero el Señor Presidente les sonría mientras lo presionan y con el carácter indomable que dicen que tiene les de una vil patada en las sentaderas.  Así sacamos popcorn y vemos cómo uno a uno de los que la han hecho caen por sus propias porquerías y finalmente pagan los elotes que se comieron.