En los últimos días las lluvias han afectado todo el territorio, empezando con el agujero de Villa Nueva que se convirtió en un reto para la administración tanto municipal como los encargados de las carreteras del país y a eso se le suma el estado crítico de la red vial de todo el país con contadas excepciones.

El tema de la caverna en Villa Nueva es preocupante porque ocurrió en una de las carreteras más transitadas y por ella pasa el comercio y exportaciones del país, mientras el tratamiento al tema se sabe que no fue abordado de la forma que se habría esperado.

Este hundimiento ha afectado de manera importante la circulación hacia el Sur y su regreso y no digamos a los vecinos de Villa Nueva que ya sufrían con el transito lento y ahora agrava la situación este problema que no es el único provocado por las inclemencias del tiempo.

Esto es un motivo para pensar cuales serán las repercusiones para todos por varios razonamientos en el que se puede incluir los atascos que se ocasionan para trasladarse hacia los lugares como el Sur.

Esto también lastima no sola la incomodidad evidente del tránsito pesado, sino además la que represente en productividad, el transporte de mercaderías de los vehículos de carga, algo que se puede asemejar a los bloqueos de carreteras que al igual que este, atrasan la entrega de productos y con esto también el incumplimiento de compromisos por el retardo en las carreteras.

Creo que deberíamos ser tan incisivos en buscar las causas de estos daños que si bien se agravan con la naturaleza son parte de un tema mucho mayor, porque si la infraestructura se tratara de manera correcta y con transparencia la red vial en consecuencia estaría en mejores condiciones.

La prevención y el mantenimiento deben ir de la mano para que en la medida de lo posible ante una inclemencia natural seamos capaces de reaccionar y con esto evitar que los daños de un incidente que como este sean mínimos o controlables con el fin de que sean los menos los perjudicados.

Es momento que las autoridades piensen en la prevención y que si bien antes no lo hicieron ahora que son reactivos la acción que realicen para solventar la situación sea en el menor tiempo con los elementos necesarios para que sea una solución inteligente y que no seamos víctimas de mayores consecuencias.

El llamado es para que nuestras autoridades sean consecuentes con su actuar, es decir que deben reflejar con transparencia el hecho de poder manejar la crisis como la que sin lugar a dudas se vive en Villa Nueva y que sean responsables en establecer los mejores mecanismos para recuperar la infraestructura del país.

Las inclemencias del tiempo seguirán según los pronósticos del clima, por tal razón es probable que sigamos viendo problemas de derrumbes, hundimientos y crecida de ríos que dejarán destrozos a su paso y ojalá nuestras autoridades ya estén contemplando planes de acciones para minimizar los daños que se producirán.

Más allá de todo, lo que vemos en la actualidad es el resultado de la corrupción que por años encontró una oportunidad en políticos que se disponen a aprovecharse de la “calamidad”.