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Los desafíos de China internos y en el extranjero

Por todo lo anteriormente expuesto, considero que a China le resultará difícil lograr una hegemonía regional…

Desafíos China
Melanie Müllers |
30 de noviembre, 2022

En octubre, el presidente de China, Xi Jinping, fue reelegido como secretario general del Partido Comunista y garantizándose un tercer periodo de cinco años, lo cual rompe precedentes.

Después de la Guerra Fría y la crisis financiera, muchos subestimaron el potencial competitivo de China con el argumento de que sería difícil para un régimen autoritario de partido único, sostener un crecimiento sólido y mantener el apoyo popular. Sin embargo, podemos observar que China se recuperó y actualmente puede competir en el mundo como los Estados Unidos e inclusive en un futuro cercano podría superarlo.

Sin embargo, desde el inicio de la pandemia de coronavirus, las discusiones sobre las dificultades de China han cobrado una nueva relevancia, centrándose principalmente en los obstáculos por las restricciones estrictas del “Covid Zero” que le ha estallado en la cara al gobierno en forma de protestas. En China, millones de personas llevan casi tres años lidiando con cuarentenas, bloqueos, cierres y tests masivos. 

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Adicionalmente, las relaciones comerciales de China con muchos países está bajo tensión, el apoyo de Estados Unidos para limitar el desarrollo tecnológico de China y seguir reforzando las relaciones con Taiwán es un acuerdo bipartidista y seguramente seguirá creciendo. 

La alianza Quad, que incluye a Estados Unidos, India, Australia y Japón, nació con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia de China en la región Asia-Pacífico, se está convirtiendo en un contrapeso más potente a la influencia de China en Asia. Por separado, Japón y Corea del Sur se están moviendo cada vez más para superar sus diferencias históricas entre sí, aumentando las posibilidades de una mejor cooperación en seguridad entre los aliados y socios asiáticos de Estados Unidos. 

Además, el hecho de que China no condene la invasión rusa de Ucrania está debilitando aún más sus esfuerzos diplomáticos en toda Europa, como lo demostró el cambio de postura de la Unión Europea sobre los beneficios económicos y un mayor enfoque de la OTAN en China como una amenaza estratégica y el primer paso significativo para sumarse a la pugna por la supremacía mundial.

Por todo lo anteriormente expuesto, considero que a China le resultará difícil lograr una hegemonía regional, y mucho menos el dominio mundial, a menos que pueda mejorar el descontento Chino por la Covid Zero y sus relaciones exteriores para estar sobre una base más estable. Sin embargo, el nuevo Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano de gobierno de China, considera que será más probable que Xi Jinping intensifique políticas económicas y diplomáticas perjudiciales a que las mejore, lo que convierte a China en un competidor cada vez con más limitaciones.

China obviamente no desea encaminarse como ganado hacia la hegemonía global, pero es poco realista pensar que la pueden eliminar del orden global y luego querer evitar se forme su propia evolución. Mientras Estados Unidos y China tensan fuerzas, se hace necesario tomar medidas pragmáticas de distensión para espantar el riesgo de un conflicto armado.  Mi humilde opinión, entonces, es que Estados Unidos debería trabajar más para preservar las posibilidades de cooperación y evitar la disociación diplomática con China, no por altruismo, sino por interés propio. Los dos países tienen intereses compartidos, desde evitar la guerra y restringir una mayor agresión Rusa hasta manejar una variedad de desafíos transnacionales (cambio climático, enfermedades pandémicas e inseguridad alimentaria, entre otros) que enredarán cada vez más sus economías y sociedades.

Nos queda ver si pueden reunir la voluntad política y crear un respiro para perseguir esos intereses compartidos. El diálogo renovado en la Cumbre del G-20 en Bali, Indonesia, puede provocar el vínculo más importante en una relación que se está deteriorando rápida y sistemáticamente.

 

 

El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República. 

Los desafíos de China internos y en el extranjero

Por todo lo anteriormente expuesto, considero que a China le resultará difícil lograr una hegemonía regional…

Melanie Müllers |
30 de noviembre, 2022
Desafíos China

En octubre, el presidente de China, Xi Jinping, fue reelegido como secretario general del Partido Comunista y garantizándose un tercer periodo de cinco años, lo cual rompe precedentes.

Después de la Guerra Fría y la crisis financiera, muchos subestimaron el potencial competitivo de China con el argumento de que sería difícil para un régimen autoritario de partido único, sostener un crecimiento sólido y mantener el apoyo popular. Sin embargo, podemos observar que China se recuperó y actualmente puede competir en el mundo como los Estados Unidos e inclusive en un futuro cercano podría superarlo.

Sin embargo, desde el inicio de la pandemia de coronavirus, las discusiones sobre las dificultades de China han cobrado una nueva relevancia, centrándose principalmente en los obstáculos por las restricciones estrictas del “Covid Zero” que le ha estallado en la cara al gobierno en forma de protestas. En China, millones de personas llevan casi tres años lidiando con cuarentenas, bloqueos, cierres y tests masivos. 

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Adicionalmente, las relaciones comerciales de China con muchos países está bajo tensión, el apoyo de Estados Unidos para limitar el desarrollo tecnológico de China y seguir reforzando las relaciones con Taiwán es un acuerdo bipartidista y seguramente seguirá creciendo. 

La alianza Quad, que incluye a Estados Unidos, India, Australia y Japón, nació con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia de China en la región Asia-Pacífico, se está convirtiendo en un contrapeso más potente a la influencia de China en Asia. Por separado, Japón y Corea del Sur se están moviendo cada vez más para superar sus diferencias históricas entre sí, aumentando las posibilidades de una mejor cooperación en seguridad entre los aliados y socios asiáticos de Estados Unidos. 

Además, el hecho de que China no condene la invasión rusa de Ucrania está debilitando aún más sus esfuerzos diplomáticos en toda Europa, como lo demostró el cambio de postura de la Unión Europea sobre los beneficios económicos y un mayor enfoque de la OTAN en China como una amenaza estratégica y el primer paso significativo para sumarse a la pugna por la supremacía mundial.

Por todo lo anteriormente expuesto, considero que a China le resultará difícil lograr una hegemonía regional, y mucho menos el dominio mundial, a menos que pueda mejorar el descontento Chino por la Covid Zero y sus relaciones exteriores para estar sobre una base más estable. Sin embargo, el nuevo Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano de gobierno de China, considera que será más probable que Xi Jinping intensifique políticas económicas y diplomáticas perjudiciales a que las mejore, lo que convierte a China en un competidor cada vez con más limitaciones.

China obviamente no desea encaminarse como ganado hacia la hegemonía global, pero es poco realista pensar que la pueden eliminar del orden global y luego querer evitar se forme su propia evolución. Mientras Estados Unidos y China tensan fuerzas, se hace necesario tomar medidas pragmáticas de distensión para espantar el riesgo de un conflicto armado.  Mi humilde opinión, entonces, es que Estados Unidos debería trabajar más para preservar las posibilidades de cooperación y evitar la disociación diplomática con China, no por altruismo, sino por interés propio. Los dos países tienen intereses compartidos, desde evitar la guerra y restringir una mayor agresión Rusa hasta manejar una variedad de desafíos transnacionales (cambio climático, enfermedades pandémicas e inseguridad alimentaria, entre otros) que enredarán cada vez más sus economías y sociedades.

Nos queda ver si pueden reunir la voluntad política y crear un respiro para perseguir esos intereses compartidos. El diálogo renovado en la Cumbre del G-20 en Bali, Indonesia, puede provocar el vínculo más importante en una relación que se está deteriorando rápida y sistemáticamente.

 

 

El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.