Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Por qué escribo sobre dueñez?

El quehacer del director es construir la eficiencia económica de la organización, hacer realidad su proyecto. El del Dueño es asegurar su relevancia en términos de creación de valor para los clientes, los colaboradores, los accionistas y la comunidad.

Carlos Dumois |
21 de abril, 2022

Reflexiones o pensamientos, eso son los escritos que durante décadas he hecho sobre los quehaceres del rol de dueño.

Yo diría que degradaría la Literatura si describo todos mis escritos como ensayos. Tal vez unos cuantos lleguen a serlo. Por lo general lo que les comparto cada semana desde hace ya décadas no son más que chispazos de inspiración, destellos de reflexión, que de algún modo expresan cómo creo que podemos ayudar al único personaje que realmente crea riqueza en nuestra sociedad, que es el empresario.

La Dueñez no es un invento mío ni una palabreja de moda. Es la instancia de poder de una empresa desde donde se define su razón de ser y se elige quién ha de dirigirla. Solo le he puesto nombre a algo que no podemos atribuírselo al management, a la administración. Ejercer el rol de dueño implica conducir a la institución hacia su mejor destino, a través de sus mejores oportunidades.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Si el dueño es quien ha de elegir cuál es la mejor oportunidad para la empresa, siempre y en cada momento, es porque él o ella han definido con claridad para qué está hecha, cuál es su razón de ser. Si esa responsabilidad tan importante se le deja al CEO en turno, le estamos delegando una tarea que no le corresponde.

El quehacer del director es construir la eficiencia económica de la organización, hacer realidad su proyecto. El del Dueño es asegurar su relevancia en términos de creación de valor para los clientes, los colaboradores, los accionistas y la comunidad.

Por razones no tan obvias, la Humanidad descubrió primero cómo conceptualizar el oficio de la gerencia, del management. Sin duda Peter Drucker fue el gigante del desarrollo de la Ciencia Administrativa. Él fue quien concibió y definió con plena claridad sus principios fundamentales, y escribió sobre ellos durante más de medio siglo, dejándonos un legado de inmenso valor que seguimos aplicando y disfrutando.

Pero la Dueñez no ha sido tan estudiada. Unos cuantos autores han escrito sobre ella, sobre todo desde el punto de vista de su ejercicio en las empresas familiares y en los nuevos emprendimientos. Podemos afirmar con seguridad que esta es una disciplina en ciernes.

Los empresarios del mundo crean riqueza sin reflexionar suficientemente sobre cómo lo hacen. Innovan y emprenden, sin explicarse claramente cómo lo logran, luego gestionan sus recursos humanos y materiales, fijando objetivos y diseñando estrategias comerciales, operacionales, organizacionales y financieras, con la ayuda de herramientas administrativas. Si en toda esa travesía tienen éxito, buscan compartir el gobierno de su organización con un equipo de consejeros.

En el momento en que cuentan con un buen Consejo de Administración y encuentran en la diversificación de negocios nuevas fuentes de creación de valor, muchos deciden delegar la Dirección General y descubren que pueden jugar el rol de dueño de tiempo completo. Es entonces cuando reconocen con más claridad que hay un trabajo distinto más allá del manejo operativo de los negocios.

Los cursos, libros y herramientas de la Administración poco ayudan al empresario para mejorar como dueños. Cuando los utilizan adecuadamente crecen como directivos, pero no necesariamente como dueños.

La gestión de la Dueñez se ejerce desde un ámbito superior. No es a través de las decisiones diarias, ni de la solución de problemas, ni de la fijación de objetivos o diseño de estrategias. Todas ellas son labores de Dirección.

El rol de Dueño se lleva a cabo por medio de acciones de gobierno, eligiendo el rumbo, eligiendo al líder, escogiendo la oportunidad…y también renunciando a ella. La mirada de la Dueñez se centra en lo que dejamos de hacer, no en lo que hacemos, en el costo de oportunidad, no en la eficiencia de los resultados.

Los empresarios del mundo necesitan y merecen ser ayudados a ser mejores dueños. No basta con ser buenos emprendedores y ejecutivos. Tienen que aprender a gobernar sus empresas, tienen que aprender a encontrar los caminos hacia la relevancia de sus negocios, hacia sus mejores oportunidades, hacia su mejor destino. Este es mi cometido para escribir.

 

c_dumois@cedem.com.mx

http://www.cedem.com.mx

Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

 

¿Por qué escribo sobre dueñez?

El quehacer del director es construir la eficiencia económica de la organización, hacer realidad su proyecto. El del Dueño es asegurar su relevancia en términos de creación de valor para los clientes, los colaboradores, los accionistas y la comunidad.

Carlos Dumois |
21 de abril, 2022

Reflexiones o pensamientos, eso son los escritos que durante décadas he hecho sobre los quehaceres del rol de dueño.

Yo diría que degradaría la Literatura si describo todos mis escritos como ensayos. Tal vez unos cuantos lleguen a serlo. Por lo general lo que les comparto cada semana desde hace ya décadas no son más que chispazos de inspiración, destellos de reflexión, que de algún modo expresan cómo creo que podemos ayudar al único personaje que realmente crea riqueza en nuestra sociedad, que es el empresario.

La Dueñez no es un invento mío ni una palabreja de moda. Es la instancia de poder de una empresa desde donde se define su razón de ser y se elige quién ha de dirigirla. Solo le he puesto nombre a algo que no podemos atribuírselo al management, a la administración. Ejercer el rol de dueño implica conducir a la institución hacia su mejor destino, a través de sus mejores oportunidades.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Si el dueño es quien ha de elegir cuál es la mejor oportunidad para la empresa, siempre y en cada momento, es porque él o ella han definido con claridad para qué está hecha, cuál es su razón de ser. Si esa responsabilidad tan importante se le deja al CEO en turno, le estamos delegando una tarea que no le corresponde.

El quehacer del director es construir la eficiencia económica de la organización, hacer realidad su proyecto. El del Dueño es asegurar su relevancia en términos de creación de valor para los clientes, los colaboradores, los accionistas y la comunidad.

Por razones no tan obvias, la Humanidad descubrió primero cómo conceptualizar el oficio de la gerencia, del management. Sin duda Peter Drucker fue el gigante del desarrollo de la Ciencia Administrativa. Él fue quien concibió y definió con plena claridad sus principios fundamentales, y escribió sobre ellos durante más de medio siglo, dejándonos un legado de inmenso valor que seguimos aplicando y disfrutando.

Pero la Dueñez no ha sido tan estudiada. Unos cuantos autores han escrito sobre ella, sobre todo desde el punto de vista de su ejercicio en las empresas familiares y en los nuevos emprendimientos. Podemos afirmar con seguridad que esta es una disciplina en ciernes.

Los empresarios del mundo crean riqueza sin reflexionar suficientemente sobre cómo lo hacen. Innovan y emprenden, sin explicarse claramente cómo lo logran, luego gestionan sus recursos humanos y materiales, fijando objetivos y diseñando estrategias comerciales, operacionales, organizacionales y financieras, con la ayuda de herramientas administrativas. Si en toda esa travesía tienen éxito, buscan compartir el gobierno de su organización con un equipo de consejeros.

En el momento en que cuentan con un buen Consejo de Administración y encuentran en la diversificación de negocios nuevas fuentes de creación de valor, muchos deciden delegar la Dirección General y descubren que pueden jugar el rol de dueño de tiempo completo. Es entonces cuando reconocen con más claridad que hay un trabajo distinto más allá del manejo operativo de los negocios.

Los cursos, libros y herramientas de la Administración poco ayudan al empresario para mejorar como dueños. Cuando los utilizan adecuadamente crecen como directivos, pero no necesariamente como dueños.

La gestión de la Dueñez se ejerce desde un ámbito superior. No es a través de las decisiones diarias, ni de la solución de problemas, ni de la fijación de objetivos o diseño de estrategias. Todas ellas son labores de Dirección.

El rol de Dueño se lleva a cabo por medio de acciones de gobierno, eligiendo el rumbo, eligiendo al líder, escogiendo la oportunidad…y también renunciando a ella. La mirada de la Dueñez se centra en lo que dejamos de hacer, no en lo que hacemos, en el costo de oportunidad, no en la eficiencia de los resultados.

Los empresarios del mundo necesitan y merecen ser ayudados a ser mejores dueños. No basta con ser buenos emprendedores y ejecutivos. Tienen que aprender a gobernar sus empresas, tienen que aprender a encontrar los caminos hacia la relevancia de sus negocios, hacia sus mejores oportunidades, hacia su mejor destino. Este es mi cometido para escribir.

 

c_dumois@cedem.com.mx

http://www.cedem.com.mx

Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.