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¿Por qué las remesas no han generado el desarrollo económico que uno esperaría? (Parte III)

La experiencia internacional deja claro que no son las remesas lo que resuelve el problema sino apuestas importantes en el desarrollo industrial de los países.

remesas
Lisardo Bolaños |
25 de octubre, 2022

En los dos artículos anteriores analizamos el enorme volumen de remesas que ha recibido Guatemala y también por qué las mismas no se han logrado transformar en desarrollo económico allí donde se reciben. En este artículo exploro algunas políticas públicas que podrían ayudar a mejorar el impacto de las remesas.

Pero, antes de iniciar con la propuesta, es importante superar la idea que apalancar el desarrollo en las remesas es cínico y perverso, dado que se funda en el desempleo y la falta de oportunidades. Primero, es una falsa dicotomía tener que elegir entre una estrategia que crea empleos para evitar la migración y una estrategia para que las remesas sean más productivas –ambas cosas pueden convivir y van a tener que convivir dado que la diferencia salarial entre ambos países no se resuelve, ni en el mejor de los casos, en menos de quince años. Segundo, pensar en las remesas como uno de los motores de desarrollo de la economía guatemalteca implica que hay otros. Incluso, otros más importantes. La experiencia internacional deja claro que no son las remesas lo que resuelve el problema sino apuestas importantes en el desarrollo industrial de los países. Sin embargo, desaprovechar el potencial beneficio de las remesas serían contraproducente porque haría más lento el proceso. Teniendo esto en mente, podemos proceder a construir herramientas que nos ayuden a incrementar el impacto positivo de las remesas en las familias receptoras, sus comunidades y el país.

El desarrollo, apoyado en remesas, requiere de impulsar la provisión comunitaria de infraestructura

Como mencioné previamente, la falta de infraestructura en las comunidades receptoras de remesas dificulta una mejora sustancial en la calidad de vida de sus habitantes. Guatemala requiere superar tres restricciones para impulsar la provisión comunitaria de infraestructura. 

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Primero, se necesitan instituciones públicas para apoyar a las comunidades receptoras de remesas en los procesos necesarios para impulsar la provisión comunitaria de infraestructura y de los servicios vinculados a la misma.

La Ley de Consejos de Desarrollo, Decreto 11-2002, no está diseñada para este tipo de proyectos. Como no está diseñada para recibir aportes privados, no tiene mecanismos para recibir, emplear y priorizar su uso. Por ejemplo, si una comunidad quisiera construir un pequeño puente peatonal, y lo ve como algo urgente, no puede depender de los tiempos que requieren los Cocodes para cumplir con el ciclo de proyectos para priorizar y financiar proyectos. Al final y al cabo, esas asociaciones vecinales ya tendrían lo más difícil de conseguir: el dinero. Y, como es dinero privado, no hace sentido el proceso político de priorización. Y, mucho menos, haría sentido someterlo al proceso de compras y adquisiciones o someterlo a los procesos de la Contraloría General de Cuentas de la Nación. Estas y otras carencias harían necesario pensar en una ley que responda a estos retos.

Segundo, el sector público no puede desentenderse de su rol en provisión de infraestructura. Así que, un elemento adicional, inspirado en el federalismo estadounidense, sería constituir un programa de subvenciones. La idea sería premiar las mejores propuestas de proyectos e impulsar mejoras en la calidad de las mismas.

En la normativa que se requeriría elaborar, SEGEPLAN sería el encargado de organizar el concurso para evaluar las propuestas de proyectos, enfocándose especialmente en qué adiciones, en términos de calidad o de innovación ejecutarían con la subvención. Documentar estas mejoras luego podría servir para que otras comunidades, o incluso el sistema de Cocodes, mejoren sus diseños futuros.

Este viene a ser un programa similar al Programa 3x1 para Migrantes de México, pero con dos diferencias. Primero, no se involucran recursos de las Municipalidades, las cuales en Guatemala no tienen los ingresos propios que tienen los Estados en México -así que, en lugar de 3x1, sería 2x1. Segundo, en México, cada dólar invertido de remesas involucra un dólar por parte del gobierno. Esa no es la idea de este programa, sino la de premiar las mejores propuestas que promuevan, con los recursos adicionales, brincos de calidad o de innovación en la infraestructura o el servicio a proveer -así que sería menos de 2x1, reduciendo el impacto financiero del programa y permitiendo beneficios más claros.

Tercero, se necesita que el sistema de justicia tenga la capacidad y la velocidad para resolver conflictos entre privados. Esto es vital para que las asociaciones de vecinos puedan resolver fácilmente sus conflictos, lo que es natural que suceda cuando se trata de administrar dinero.

Para esto, la institucionalidad actual del sistema de justicia no es suficiente: es muy lenta, muy formalista y muy costosa. La reforma necesaria debe evaluar la implementación de juzgados de baja cuantía que sirvan para estos conflictos civiles, pero también para pequeños conflictos mercantiles.

El desarrollo, apoyado en remesas, necesita vincularse con la Ciudad de Guatemala

Como ya fue mencionado, muchos de los lugares poblados receptores de remesas carecen de una gran población (demanda) o de un tejido empresarial profundo (proveedores). Esto limita el impacto que puede tener el desarrollar un negocio en estos territorios: no es lo mismo abrir un local de pollo frito coreano en un pueblo de 500 habitantes a hacerlo cerca del lugar de fiesta en una ciudad de dos millones de habitantes; tampoco es lo mismo empezar un negocio de comida congelada sólo para vender a restaurantes en Quetzaltenango y Sololá a armar una red de proveeduría a hogares en la Ciudad de Guatemala y buscar socios para exportar a Centroamérica, etc.

Si buscamos demanda y tejido empresarial profundo la mejor opción que tienen los empresarios receptores de remesas es buscar vínculos con la Ciudad de Guatemala, vista en su conjunto, con sus distintos municipios. Estos empresarios receptores de remesas no necesitan mudarse, pero sí entender cómo su línea de negocio les permite venderle a los capitalinos o cómo pueden mejorar la calidad de proveedores buscándolos allí. Lo que las encuestas empresariales muestran es que vincular a los empresarios receptores de remesas con la Ciudad de Guatemala puede ser valioso: la mayoría sólo vende a los consumidores cercanos, potencialmente perdiendo la oportunidad de vender mucho más. Una encuesta realizada a empresarias muestra que la mayoría vende sus productos a consumidores en la aldea donde viven (27%) o en su municipio (61%) -ver Tabla 1.

 

Tabla 1. ¿Dónde se ubican los clientes de las empresarias guatemaltecas?

Lugar

Porcentaje

Comunidad o aldea

27.4

Municipio

61.1

Otro municipio de mi departamento

3.8

En mi departamento

4.4

En otro departamento

1.1

En toda Guatemala

0.5

En otros países

1.6

 

Fuente: ONU mujeres, Re-conociendo el Emprendimiento Femenino. CIEN. Onu Mujeres: 2013

Aquí hay dos posibles acciones que las Municipalidades de la Ciudad pueden ayudar a realizar. Por un lado, organizar ferias por subsectores económicos, que permitan a proveedores y consumidores darse a conocer. Así como la Asociación de la Industria de Vestuario y Textiles (VESTEX) organiza el Apparel Sourcing Show para atraer a empresas a que conozcan el potencial de la industria nacional y regional de vestuario y textiles, así las Municipalidades pueden apoyar a realizar este tipo de eventos para impulsar la realización de negocios. Sería un desperdicio que cada Municipio organizase su evento para promover su propia industria, así que la coordinación resultaría beneficiosa. Además, la idea de la feria no sólo debe pensarse como un proceso enfocado a los consumidores que llegarán en ese momento. Las Municipalidades deberán ofrecer capacitación a las empresas en la feria para que estén preparadas en convertirse en proveedoras.

Las ferias pueden ayudar a siguientes pasos, pues permite recolectar información de empresas en el sector. Darle seguimiento permitiría mapear la oferta existente, la capacidad productiva y así conocer las necesidades de capacitación que puedan requerirse o los programas de subvenciones que las mismas Municipalidades, o el mismo Gobierno Central, puedan desarrollar para apoyar las mejoras de calidad y productividad de estos negocios. Recuerdo en particular un estudio realizado por Ding Ke sobre las políticas industriales implementadas por los gobiernos regionales en China para desarrollar sus clústers productivos. A veces los gobiernos locales pueden tener un rol decisivo en las mejoras de calidad, especialmente cuando, como primer paso en el desarrollo de negocios internacionales exitosos, se entiende que se debe promover la calidad para el consumo doméstico.

El desarrollo, apoyado en remesas, necesita viabilizar la inversión en negocios

Si se logra exitosamente vincular a los empresarios receptores de remesas con los consumidores y el tejido empresarial de la Ciudad de Guatemala, el problema siguiente será de financiamiento: más ventas requiere más dinero para comprar inventario, más maquinaria, más trabajadores. A nivel nacional, haría falta un tema adicional: facilitar la inversión (vía capital o vía deuda) de remesas en negocios prometedores. De esta manera las empresas podrán crecer porque lograrían un financiamiento más barato y más paciente que vía el sector bancario.

Si bien el Congreso de la República dio un gran paso en el 2021 aprobando la Ley de Insolvencias, aún falta otro esfuerzo similar: aprobar una Ley que proteja a los accionistas minoritarios. Dicha ley favorece la inversión en empresas porque reduce el potencial engaño que los dueños actuales pueden hacer a los nuevos inversionistas.  Esto no les gusta a muchos porque se le quita mucho poder al accionista mayoritario. Sin embargo, esta normativa se vuelve una garantía importante para evitar abusos (por eso es que se vuelve un requisito que otros países han entendido). Una alternativa para disminuir la oposición es aprender del ejemplo mexicano. Las empresas actuales seguirían bajo la normativa actual. Sin embargo, los nuevos negocios que quieran atraer inversionistas deberán aplicar a un régimen especial que incluyen normas especiales de protección de accionistas minoritarios.

Finalmente, una propuesta de política económica aún más agresiva la acaba de proponer el Banco Centroamericano de Integración Económica (ver aquí). La propuesta es impulsar un Fondo de Inversión para la Creación de Empleos, en donde el gobierno compraría acciones de las empresas, de manera competitiva, sujeta al cumplimiento de metas de empleo y aumentos en la productividad laboral. Luego, después de un tiempo prudencial, el gobierno vendería dichas acciones en la bolsa de valores. Para su funcionamiento, aparte de una Ley que diseñe el fondo de inversión, Guatemala va a requerir la normativa en materia de protección a accionistas minoritarios.

Esta última propuesta es agresiva porque, tanto la idea de comprar acciones de empresas (o el otorgar subvenciones a empresas), va en contra de la sabiduría popular en Guatemala sobre cómo alcanzar el desarrollo económico.

Otro día profundizaré más en esto porque es fundamental que la discusión de políticas económicas reconozca este y otros instrumentos como valiosos y urgentes.

¿Por qué las remesas no han generado el desarrollo económico que uno esperaría? (Parte III)

La experiencia internacional deja claro que no son las remesas lo que resuelve el problema sino apuestas importantes en el desarrollo industrial de los países.

Lisardo Bolaños |
25 de octubre, 2022
remesas

En los dos artículos anteriores analizamos el enorme volumen de remesas que ha recibido Guatemala y también por qué las mismas no se han logrado transformar en desarrollo económico allí donde se reciben. En este artículo exploro algunas políticas públicas que podrían ayudar a mejorar el impacto de las remesas.

Pero, antes de iniciar con la propuesta, es importante superar la idea que apalancar el desarrollo en las remesas es cínico y perverso, dado que se funda en el desempleo y la falta de oportunidades. Primero, es una falsa dicotomía tener que elegir entre una estrategia que crea empleos para evitar la migración y una estrategia para que las remesas sean más productivas –ambas cosas pueden convivir y van a tener que convivir dado que la diferencia salarial entre ambos países no se resuelve, ni en el mejor de los casos, en menos de quince años. Segundo, pensar en las remesas como uno de los motores de desarrollo de la economía guatemalteca implica que hay otros. Incluso, otros más importantes. La experiencia internacional deja claro que no son las remesas lo que resuelve el problema sino apuestas importantes en el desarrollo industrial de los países. Sin embargo, desaprovechar el potencial beneficio de las remesas serían contraproducente porque haría más lento el proceso. Teniendo esto en mente, podemos proceder a construir herramientas que nos ayuden a incrementar el impacto positivo de las remesas en las familias receptoras, sus comunidades y el país.

El desarrollo, apoyado en remesas, requiere de impulsar la provisión comunitaria de infraestructura

Como mencioné previamente, la falta de infraestructura en las comunidades receptoras de remesas dificulta una mejora sustancial en la calidad de vida de sus habitantes. Guatemala requiere superar tres restricciones para impulsar la provisión comunitaria de infraestructura. 

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Primero, se necesitan instituciones públicas para apoyar a las comunidades receptoras de remesas en los procesos necesarios para impulsar la provisión comunitaria de infraestructura y de los servicios vinculados a la misma.

La Ley de Consejos de Desarrollo, Decreto 11-2002, no está diseñada para este tipo de proyectos. Como no está diseñada para recibir aportes privados, no tiene mecanismos para recibir, emplear y priorizar su uso. Por ejemplo, si una comunidad quisiera construir un pequeño puente peatonal, y lo ve como algo urgente, no puede depender de los tiempos que requieren los Cocodes para cumplir con el ciclo de proyectos para priorizar y financiar proyectos. Al final y al cabo, esas asociaciones vecinales ya tendrían lo más difícil de conseguir: el dinero. Y, como es dinero privado, no hace sentido el proceso político de priorización. Y, mucho menos, haría sentido someterlo al proceso de compras y adquisiciones o someterlo a los procesos de la Contraloría General de Cuentas de la Nación. Estas y otras carencias harían necesario pensar en una ley que responda a estos retos.

Segundo, el sector público no puede desentenderse de su rol en provisión de infraestructura. Así que, un elemento adicional, inspirado en el federalismo estadounidense, sería constituir un programa de subvenciones. La idea sería premiar las mejores propuestas de proyectos e impulsar mejoras en la calidad de las mismas.

En la normativa que se requeriría elaborar, SEGEPLAN sería el encargado de organizar el concurso para evaluar las propuestas de proyectos, enfocándose especialmente en qué adiciones, en términos de calidad o de innovación ejecutarían con la subvención. Documentar estas mejoras luego podría servir para que otras comunidades, o incluso el sistema de Cocodes, mejoren sus diseños futuros.

Este viene a ser un programa similar al Programa 3x1 para Migrantes de México, pero con dos diferencias. Primero, no se involucran recursos de las Municipalidades, las cuales en Guatemala no tienen los ingresos propios que tienen los Estados en México -así que, en lugar de 3x1, sería 2x1. Segundo, en México, cada dólar invertido de remesas involucra un dólar por parte del gobierno. Esa no es la idea de este programa, sino la de premiar las mejores propuestas que promuevan, con los recursos adicionales, brincos de calidad o de innovación en la infraestructura o el servicio a proveer -así que sería menos de 2x1, reduciendo el impacto financiero del programa y permitiendo beneficios más claros.

Tercero, se necesita que el sistema de justicia tenga la capacidad y la velocidad para resolver conflictos entre privados. Esto es vital para que las asociaciones de vecinos puedan resolver fácilmente sus conflictos, lo que es natural que suceda cuando se trata de administrar dinero.

Para esto, la institucionalidad actual del sistema de justicia no es suficiente: es muy lenta, muy formalista y muy costosa. La reforma necesaria debe evaluar la implementación de juzgados de baja cuantía que sirvan para estos conflictos civiles, pero también para pequeños conflictos mercantiles.

El desarrollo, apoyado en remesas, necesita vincularse con la Ciudad de Guatemala

Como ya fue mencionado, muchos de los lugares poblados receptores de remesas carecen de una gran población (demanda) o de un tejido empresarial profundo (proveedores). Esto limita el impacto que puede tener el desarrollar un negocio en estos territorios: no es lo mismo abrir un local de pollo frito coreano en un pueblo de 500 habitantes a hacerlo cerca del lugar de fiesta en una ciudad de dos millones de habitantes; tampoco es lo mismo empezar un negocio de comida congelada sólo para vender a restaurantes en Quetzaltenango y Sololá a armar una red de proveeduría a hogares en la Ciudad de Guatemala y buscar socios para exportar a Centroamérica, etc.

Si buscamos demanda y tejido empresarial profundo la mejor opción que tienen los empresarios receptores de remesas es buscar vínculos con la Ciudad de Guatemala, vista en su conjunto, con sus distintos municipios. Estos empresarios receptores de remesas no necesitan mudarse, pero sí entender cómo su línea de negocio les permite venderle a los capitalinos o cómo pueden mejorar la calidad de proveedores buscándolos allí. Lo que las encuestas empresariales muestran es que vincular a los empresarios receptores de remesas con la Ciudad de Guatemala puede ser valioso: la mayoría sólo vende a los consumidores cercanos, potencialmente perdiendo la oportunidad de vender mucho más. Una encuesta realizada a empresarias muestra que la mayoría vende sus productos a consumidores en la aldea donde viven (27%) o en su municipio (61%) -ver Tabla 1.

 

Tabla 1. ¿Dónde se ubican los clientes de las empresarias guatemaltecas?

Lugar

Porcentaje

Comunidad o aldea

27.4

Municipio

61.1

Otro municipio de mi departamento

3.8

En mi departamento

4.4

En otro departamento

1.1

En toda Guatemala

0.5

En otros países

1.6

 

Fuente: ONU mujeres, Re-conociendo el Emprendimiento Femenino. CIEN. Onu Mujeres: 2013

Aquí hay dos posibles acciones que las Municipalidades de la Ciudad pueden ayudar a realizar. Por un lado, organizar ferias por subsectores económicos, que permitan a proveedores y consumidores darse a conocer. Así como la Asociación de la Industria de Vestuario y Textiles (VESTEX) organiza el Apparel Sourcing Show para atraer a empresas a que conozcan el potencial de la industria nacional y regional de vestuario y textiles, así las Municipalidades pueden apoyar a realizar este tipo de eventos para impulsar la realización de negocios. Sería un desperdicio que cada Municipio organizase su evento para promover su propia industria, así que la coordinación resultaría beneficiosa. Además, la idea de la feria no sólo debe pensarse como un proceso enfocado a los consumidores que llegarán en ese momento. Las Municipalidades deberán ofrecer capacitación a las empresas en la feria para que estén preparadas en convertirse en proveedoras.

Las ferias pueden ayudar a siguientes pasos, pues permite recolectar información de empresas en el sector. Darle seguimiento permitiría mapear la oferta existente, la capacidad productiva y así conocer las necesidades de capacitación que puedan requerirse o los programas de subvenciones que las mismas Municipalidades, o el mismo Gobierno Central, puedan desarrollar para apoyar las mejoras de calidad y productividad de estos negocios. Recuerdo en particular un estudio realizado por Ding Ke sobre las políticas industriales implementadas por los gobiernos regionales en China para desarrollar sus clústers productivos. A veces los gobiernos locales pueden tener un rol decisivo en las mejoras de calidad, especialmente cuando, como primer paso en el desarrollo de negocios internacionales exitosos, se entiende que se debe promover la calidad para el consumo doméstico.

El desarrollo, apoyado en remesas, necesita viabilizar la inversión en negocios

Si se logra exitosamente vincular a los empresarios receptores de remesas con los consumidores y el tejido empresarial de la Ciudad de Guatemala, el problema siguiente será de financiamiento: más ventas requiere más dinero para comprar inventario, más maquinaria, más trabajadores. A nivel nacional, haría falta un tema adicional: facilitar la inversión (vía capital o vía deuda) de remesas en negocios prometedores. De esta manera las empresas podrán crecer porque lograrían un financiamiento más barato y más paciente que vía el sector bancario.

Si bien el Congreso de la República dio un gran paso en el 2021 aprobando la Ley de Insolvencias, aún falta otro esfuerzo similar: aprobar una Ley que proteja a los accionistas minoritarios. Dicha ley favorece la inversión en empresas porque reduce el potencial engaño que los dueños actuales pueden hacer a los nuevos inversionistas.  Esto no les gusta a muchos porque se le quita mucho poder al accionista mayoritario. Sin embargo, esta normativa se vuelve una garantía importante para evitar abusos (por eso es que se vuelve un requisito que otros países han entendido). Una alternativa para disminuir la oposición es aprender del ejemplo mexicano. Las empresas actuales seguirían bajo la normativa actual. Sin embargo, los nuevos negocios que quieran atraer inversionistas deberán aplicar a un régimen especial que incluyen normas especiales de protección de accionistas minoritarios.

Finalmente, una propuesta de política económica aún más agresiva la acaba de proponer el Banco Centroamericano de Integración Económica (ver aquí). La propuesta es impulsar un Fondo de Inversión para la Creación de Empleos, en donde el gobierno compraría acciones de las empresas, de manera competitiva, sujeta al cumplimiento de metas de empleo y aumentos en la productividad laboral. Luego, después de un tiempo prudencial, el gobierno vendería dichas acciones en la bolsa de valores. Para su funcionamiento, aparte de una Ley que diseñe el fondo de inversión, Guatemala va a requerir la normativa en materia de protección a accionistas minoritarios.

Esta última propuesta es agresiva porque, tanto la idea de comprar acciones de empresas (o el otorgar subvenciones a empresas), va en contra de la sabiduría popular en Guatemala sobre cómo alcanzar el desarrollo económico.

Otro día profundizaré más en esto porque es fundamental que la discusión de políticas económicas reconozca este y otros instrumentos como valiosos y urgentes.