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Prometo

Una de las intenciones de ese socialismo del siglo veintiuno es tener una zona amplia de países, porque mientras más grande el mercado de quien deben proveerse, será más social, solidario y tendrá más recursos para repartir (y enajenar a sus dueños).

Petro
José Carlos Ortega |
21 de junio, 2022

Ha ganado Gustavo Petro la presidencia en el balotaje colombiano. Euforia de grupos de izquierda que durante años han querido continuar con el fracaso de la gran patria bolivariana, el socialismo -espiritual diría Arévalo en los 1940s- del siglo veintiuno. Euforia, hartazgo e incendiaria la actitud de clases medias y desfavorecidas alimentadas por redes sociales despersonalizadas que ven corrupción, desinterés de políticos y enriquecimiento de otras personas favorecidas por corrupción y privilegios.

Una de las intenciones de ese socialismo del siglo veintiuno es tener una zona amplia de países, porque mientras más grande el mercado de quien deben proveerse, será más social, solidario y tendrá más recursos para repartir (y enajenar a sus dueños). Quimeras de siglos pasados destinadas a la pobreza y a ser peor de lo mismo: unos pocos destruyendo a todos.

Acusan al sistema capitalista cuando nunca en Latinoamérica ha existido la intención (con períodos cortos excepcionales) de que el Estado-gobierno no resuelva, que no sea el redentor, el gran solucionador de todos los males. Si hay enfermos, ignorancia, pobreza, desastres naturales, subidas de precios, etc. se ha tenido la falsa idea que es el Estado el responsable y debe asumir su responsabilidad. Y al ejercer el Estado su poder, otorgado y usurpado a los individuos sin reclamo, se dedica a ejercerlo con privilegios y a costa de vidas, libertades y la propiedad privada de las personas.

Ya a inicios de siglo, el presentador de CNN en español Economía y Finanzas, Alberto Padilla, lanzaba un reto auténtico: que alguien le explicara cómo funcionaría la economía bajo el socialismo del siglo XXI y su lógica para lograr desarrollo. La respuesta fue silente. Veinte años después grita por todo el mundo: ¡fracaso, pobreza, corrupción, narcotráfico, tiranía, injusticia, refugiados, migración, etc.!

Se viene la nueva ilusión colombiana con el presidente electo Gustavo Petro. Y sí, cómo quisiéramos muchos que el experimento esta vez de resultado.

Yo prometo, me comprometo, que si funciona haré dos cosas: 1. Revisar honestamente en lo que creo. 2. Promover ese "nuevo" modelo. Pero quiero pedir una cosa, si fracasa, si es más de lo mismo o peor, tener reciprocidad y que los eufóricos, los  envalentonados puedan hacer lo mismo.

Prometo

Una de las intenciones de ese socialismo del siglo veintiuno es tener una zona amplia de países, porque mientras más grande el mercado de quien deben proveerse, será más social, solidario y tendrá más recursos para repartir (y enajenar a sus dueños).

José Carlos Ortega |
21 de junio, 2022
Petro

Ha ganado Gustavo Petro la presidencia en el balotaje colombiano. Euforia de grupos de izquierda que durante años han querido continuar con el fracaso de la gran patria bolivariana, el socialismo -espiritual diría Arévalo en los 1940s- del siglo veintiuno. Euforia, hartazgo e incendiaria la actitud de clases medias y desfavorecidas alimentadas por redes sociales despersonalizadas que ven corrupción, desinterés de políticos y enriquecimiento de otras personas favorecidas por corrupción y privilegios.

Una de las intenciones de ese socialismo del siglo veintiuno es tener una zona amplia de países, porque mientras más grande el mercado de quien deben proveerse, será más social, solidario y tendrá más recursos para repartir (y enajenar a sus dueños). Quimeras de siglos pasados destinadas a la pobreza y a ser peor de lo mismo: unos pocos destruyendo a todos.

Acusan al sistema capitalista cuando nunca en Latinoamérica ha existido la intención (con períodos cortos excepcionales) de que el Estado-gobierno no resuelva, que no sea el redentor, el gran solucionador de todos los males. Si hay enfermos, ignorancia, pobreza, desastres naturales, subidas de precios, etc. se ha tenido la falsa idea que es el Estado el responsable y debe asumir su responsabilidad. Y al ejercer el Estado su poder, otorgado y usurpado a los individuos sin reclamo, se dedica a ejercerlo con privilegios y a costa de vidas, libertades y la propiedad privada de las personas.

Ya a inicios de siglo, el presentador de CNN en español Economía y Finanzas, Alberto Padilla, lanzaba un reto auténtico: que alguien le explicara cómo funcionaría la economía bajo el socialismo del siglo XXI y su lógica para lograr desarrollo. La respuesta fue silente. Veinte años después grita por todo el mundo: ¡fracaso, pobreza, corrupción, narcotráfico, tiranía, injusticia, refugiados, migración, etc.!

Se viene la nueva ilusión colombiana con el presidente electo Gustavo Petro. Y sí, cómo quisiéramos muchos que el experimento esta vez de resultado.

Yo prometo, me comprometo, que si funciona haré dos cosas: 1. Revisar honestamente en lo que creo. 2. Promover ese "nuevo" modelo. Pero quiero pedir una cosa, si fracasa, si es más de lo mismo o peor, tener reciprocidad y que los eufóricos, los  envalentonados puedan hacer lo mismo.