Esta semana que termina, como todas las semanas desde tiempos inmemoriales, ha tenido tuits por demás ridículos.  Algunas veces la ridiculez se mide por una tontería o un error, pero esta vez el tuit de la semana es otorgado a uno que tuvo una intención maligna y que le reventó en la cara a quien lo puso.  

El tuit de la semana va para Iván Velásquez Gómez que, si no se acuerdan, pasó por Guatemala haciendo mucho daño.  Acá fue comisionado de aquella buena intención (si pueeeees) de perseguir a los cuerpos ilegales y clandestinos de seguridad incrustados en el Estado, pero que paró chairiándose.  El tal Iván, pasó de ser Iván el terrible a ser Iván el desocupado y si su apellido no fuera Velásquez, sino Conrado, sería Iván Conrado, el más ridiculizado, por el tuit que se tiró (robado de Chepe Fortuna, novela de la tierrita de Iván).

Pero ya en serio, Iván se tiró un tuit con toda la mala intención de según él, evidenciar un supuesto racismo o exclusión en las entidades públicas y en el caso en particular, en el Congreso. 

Tal vez por desocupado, pero seguro por no poner atención, antes de tuitear no se dio a la tarea de verificar el dato y así como quien no quiere la cosa, dijo que en la Comisión de Pueblos Indígenas no había representación de indígenas.  No pasaron ni dos horas entre lo que con la misma intención preguntó un tuitero etiquetando a Patrona Mejía, una diputada indígena y “miembra” de la comisión, para que ella le dijera a Iván que la comisión es de 10 diputados y que 7 son indígenas.  En términos tuiteros eso se llama chipotazo.  Ni modo, Iván “Conrado”, el más ridiculizado, ni contestó.  

Iván quedó en ridículo y su tuit se gana El Tuit de la Semana por esa razón: por ridículo.