Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Y ahora qué?

Este caso, que ha “alborotado el hormiguero”, debería servir como un “parteaguas”, un antes y un después, un fin a la tolerancia hacia todos los que destruyen nuestro país e impiden vivir en paz.
 

Guatemala
Carolina Castellanos |
12 de agosto, 2022

Empecemos por lo inmediato: respetar al irrespetuoso. No me cabe ninguna duda que la gran mayoría de nosotros estamos más que complacidos con el desarrollo que está llevando el caso Zamora. Está en prisión preventiva, las investigaciones continúan su curso y el Ministerio Público estará armando el caso para sustentar las acusaciones en contra del personaje en cuestión.

Nos toca respetar el proceso, pero también respetar al personaje principal de todo esto. No merece recibir ni la hora del día, pero no hacerlo nos pone a su nivel. Respetarlo significa garantizar su integridad física, sus condiciones mínimas en prisión y su derecho a la defensa.

Nos toca recuperar espacios. Ese pasquín se ha dado a la tarea de llenar la agenda nacional con engaños, extorsiones, mal informar al púbico, armar telenovelas basadas en fragmentos de información, si al caso los hubo, y un largo etcétera. ¿Por dónde empezar? ¡Dejando de pautar en medios como ese! Cada pauta publicitaria alimenta al dragón que, atendiendo a su naturaleza, lanzará llamas de regreso. Llámelo “El Peladero” o cualquier otro nombre de este u otro medio, el animal es el mismo y su conducta no cambiará jamás. Pero, si lo deja de alimentar, se muere.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Nos toca aprender la lección. Las redes sociales están plagadas de rumores, historias inventadas, fragmentos de noticias que luego son completados por personas con intereses oscuros, todo para generar oposición hacia algún político, empresario, funcionario u otro. Se han vuelto “mini peladeros”. No podemos detener a esas personas sin escrúpulos, pero sí podemos indagar antes de reenviar el mensaje, o simplemente ignorarlo. No se puede continuar “tirando piedras y escondiendo la mano” y luego señalar con el dedo acusador a otros que hacen lo mismo.

Nos toca exigir una reforma absoluta del sistema de justicia. Con la actual fiscal General, hemos recuperado alguna esperanza. Este caso, hasta el momento, se ha llevado a cabo apegado a la ley. Confiamos en que continuará así. Pero falta muchísimo por resolver. La corrupción a nivel de diferentes operadores de justicia es alarmante. Ha sido corrompido por todo tipo de maleantes, incluyendo políticos, funcionarios, los mismos jueces y fiscales, narcotráfico, etc.

Todo esto hace que la justicia sea inoperante, lenta, corrupta y desastrosa. Sin justicia no puede haber paz y sin ésta, es muy difícil pretender que saldremos del llamado “tercer mundo”.

Nos toca cambiar el sistema político, empezando por la convocatoria a elecciones, la conformación del Congreso, la designación de funcionarios y, muy importante, la reducción del tamaño de ese aparato burocrático inmenso y disfuncional.

Este caso, que ha “alborotado el hormiguero”, debería servir como un “parteaguas”, un antes y un después, un fin a la tolerancia hacia todos los que destruyen nuestro país e impiden vivir en paz.

Nos toca recuperar los espacios que han tomado los “chairos” por la fuerza de las manifestaciones, amenazas, bloqueos, compra de voluntades a todo nivel del gobierno y quién sabe qué más. Más importante aún, tenemos que recuperar el espacio más importante de todos: nuestra soberanía. Los extranjeros se han apropiado de nuestro territorio. Es momento de recuperarlo.

Nos toca contribuir a detener esta locura, a exigir justicia, a trabajar y ayudar a los menos afortunados.

¿Y ahora qué?

Este caso, que ha “alborotado el hormiguero”, debería servir como un “parteaguas”, un antes y un después, un fin a la tolerancia hacia todos los que destruyen nuestro país e impiden vivir en paz.
 

Carolina Castellanos |
12 de agosto, 2022
Guatemala

Empecemos por lo inmediato: respetar al irrespetuoso. No me cabe ninguna duda que la gran mayoría de nosotros estamos más que complacidos con el desarrollo que está llevando el caso Zamora. Está en prisión preventiva, las investigaciones continúan su curso y el Ministerio Público estará armando el caso para sustentar las acusaciones en contra del personaje en cuestión.

Nos toca respetar el proceso, pero también respetar al personaje principal de todo esto. No merece recibir ni la hora del día, pero no hacerlo nos pone a su nivel. Respetarlo significa garantizar su integridad física, sus condiciones mínimas en prisión y su derecho a la defensa.

Nos toca recuperar espacios. Ese pasquín se ha dado a la tarea de llenar la agenda nacional con engaños, extorsiones, mal informar al púbico, armar telenovelas basadas en fragmentos de información, si al caso los hubo, y un largo etcétera. ¿Por dónde empezar? ¡Dejando de pautar en medios como ese! Cada pauta publicitaria alimenta al dragón que, atendiendo a su naturaleza, lanzará llamas de regreso. Llámelo “El Peladero” o cualquier otro nombre de este u otro medio, el animal es el mismo y su conducta no cambiará jamás. Pero, si lo deja de alimentar, se muere.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Nos toca aprender la lección. Las redes sociales están plagadas de rumores, historias inventadas, fragmentos de noticias que luego son completados por personas con intereses oscuros, todo para generar oposición hacia algún político, empresario, funcionario u otro. Se han vuelto “mini peladeros”. No podemos detener a esas personas sin escrúpulos, pero sí podemos indagar antes de reenviar el mensaje, o simplemente ignorarlo. No se puede continuar “tirando piedras y escondiendo la mano” y luego señalar con el dedo acusador a otros que hacen lo mismo.

Nos toca exigir una reforma absoluta del sistema de justicia. Con la actual fiscal General, hemos recuperado alguna esperanza. Este caso, hasta el momento, se ha llevado a cabo apegado a la ley. Confiamos en que continuará así. Pero falta muchísimo por resolver. La corrupción a nivel de diferentes operadores de justicia es alarmante. Ha sido corrompido por todo tipo de maleantes, incluyendo políticos, funcionarios, los mismos jueces y fiscales, narcotráfico, etc.

Todo esto hace que la justicia sea inoperante, lenta, corrupta y desastrosa. Sin justicia no puede haber paz y sin ésta, es muy difícil pretender que saldremos del llamado “tercer mundo”.

Nos toca cambiar el sistema político, empezando por la convocatoria a elecciones, la conformación del Congreso, la designación de funcionarios y, muy importante, la reducción del tamaño de ese aparato burocrático inmenso y disfuncional.

Este caso, que ha “alborotado el hormiguero”, debería servir como un “parteaguas”, un antes y un después, un fin a la tolerancia hacia todos los que destruyen nuestro país e impiden vivir en paz.

Nos toca recuperar los espacios que han tomado los “chairos” por la fuerza de las manifestaciones, amenazas, bloqueos, compra de voluntades a todo nivel del gobierno y quién sabe qué más. Más importante aún, tenemos que recuperar el espacio más importante de todos: nuestra soberanía. Los extranjeros se han apropiado de nuestro territorio. Es momento de recuperarlo.

Nos toca contribuir a detener esta locura, a exigir justicia, a trabajar y ayudar a los menos afortunados.