El gobierno brasileño informó este lunes que retrasó un año la licitación para el tren de alta velocidad entre Rio de Janeiro y Sao Paulo, un proyecto de 16.000 millones de dólares, a pedido de algunas de las empresas interesadas.
‘Después de muchas conversaciones con probables participantes, sentimos que la licitación avanzaba hacia solo un participante’, declaró el ministro de Transportes, César Borges.
‘Otros probables competidores solicitaban el retraso del proceso para finalizar entendimientos entre todos los que participarían de esta fase’, añadió el funcionario.
Borges afirmó que la previsión de que el tren inicie operaciones en 2020 sigue en pie, reportó la agencia Brasil (estatal).
El actual proyecto para este tren fue lanzado en 2010 y desde entonces ya se retrasó dos veces a pedido de las empresas interesadas.
La licitación se hará en dos etapas: una primera para definir al operador del tren bala y la tecnología que será usada, y la segunda, que según el gobierno será determinada por la primera, para la construcción de la infraestructura del proyecto.
La primera fase de la licitación había sido fijada para setiembre próximo.
La licitación se atrasó en momentos en que el sector de transportes en Sao Paulo está sacudido por acusaciones de formación de cartel entre empresas extranjeras.
Para el tren Rio – Sao Paulo – Campinas unas 20 compañías, entre grupos de construcción, operadores ferroviarios, y fabricantes de equipamientos, han mostrado interés.
Entre ellas hay seis empresas extranjeras: la filial local de la francesa GEC Alstom, la alemana Siemens, el japonés Mitsui, las españolas CAF y Talgo y la surcoreana Hyundai.
Según la prensa brasileña, Siemens, Mitsui, Alstom y la canadiense Bombardier formaron un cartel de empresas para competir de manera fraudulenta en las licitaciones de trenes y metro en Sao Paulo.
La fiscalía paulista anunció la semana pasada que inició una investigación criminal al detectar ‘fuertes indicios’ de formación de cartel en Sao Paulo.
Según la fiscalía, la trama se concretó a través de definiciones previas sobre qué empresas serían las participantes y ganadoras de las licitaciones, la división de los procesos, presentación de propuestas de cobertura y acuerdo para los valores que serían presentados por cada compañía, entre otras.
El tren que unirá Rio de Janeiro a las vecinas Sao Paulo y Campinas permitiría recorrer 511 km en 85 minutos en lugar de las actuales seis horas.
El proyecto requerirá inversiones por 35.000 millones de reales (unos 16.000 millones de dólares al cambio actual).
El plazo inicial de la concesión es de 40 años y puede ser prolongado según las condiciones establecidas en el llamado a licitación y en el contrato. Las tarifas serán fijadas libremente por el concesionario y 60% de las plazas serán destinadas a la clase económica.
El gobierno exigió a las compañías interesadas tener al menos cinco años de experiencia en trenes de alta velocidad, sin grandes accidentes.
El accidente de un tren ‘híbrido’ (entre la alta velocidad y el modelo convencional) ocurrido el 24 de julio en Santiago de Compostela, en el que murieron 79 personas, arroja dudas sobre las posibilidades de Talgo y otras empresas concernidas.
El gobierno brasileño informó este lunes que retrasó un año la licitación para el tren de alta velocidad entre Rio de Janeiro y Sao Paulo, un proyecto de 16.000 millones de dólares, a pedido de algunas de las empresas interesadas.
‘Después de muchas conversaciones con probables participantes, sentimos que la licitación avanzaba hacia solo un participante’, declaró el ministro de Transportes, César Borges.
‘Otros probables competidores solicitaban el retraso del proceso para finalizar entendimientos entre todos los que participarían de esta fase’, añadió el funcionario.
Borges afirmó que la previsión de que el tren inicie operaciones en 2020 sigue en pie, reportó la agencia Brasil (estatal).
El actual proyecto para este tren fue lanzado en 2010 y desde entonces ya se retrasó dos veces a pedido de las empresas interesadas.
La licitación se hará en dos etapas: una primera para definir al operador del tren bala y la tecnología que será usada, y la segunda, que según el gobierno será determinada por la primera, para la construcción de la infraestructura del proyecto.
La primera fase de la licitación había sido fijada para setiembre próximo.
La licitación se atrasó en momentos en que el sector de transportes en Sao Paulo está sacudido por acusaciones de formación de cartel entre empresas extranjeras.
Para el tren Rio – Sao Paulo – Campinas unas 20 compañías, entre grupos de construcción, operadores ferroviarios, y fabricantes de equipamientos, han mostrado interés.
Entre ellas hay seis empresas extranjeras: la filial local de la francesa GEC Alstom, la alemana Siemens, el japonés Mitsui, las españolas CAF y Talgo y la surcoreana Hyundai.
Según la prensa brasileña, Siemens, Mitsui, Alstom y la canadiense Bombardier formaron un cartel de empresas para competir de manera fraudulenta en las licitaciones de trenes y metro en Sao Paulo.
La fiscalía paulista anunció la semana pasada que inició una investigación criminal al detectar ‘fuertes indicios’ de formación de cartel en Sao Paulo.
Según la fiscalía, la trama se concretó a través de definiciones previas sobre qué empresas serían las participantes y ganadoras de las licitaciones, la división de los procesos, presentación de propuestas de cobertura y acuerdo para los valores que serían presentados por cada compañía, entre otras.
El tren que unirá Rio de Janeiro a las vecinas Sao Paulo y Campinas permitiría recorrer 511 km en 85 minutos en lugar de las actuales seis horas.
El proyecto requerirá inversiones por 35.000 millones de reales (unos 16.000 millones de dólares al cambio actual).
El plazo inicial de la concesión es de 40 años y puede ser prolongado según las condiciones establecidas en el llamado a licitación y en el contrato. Las tarifas serán fijadas libremente por el concesionario y 60% de las plazas serán destinadas a la clase económica.
El gobierno exigió a las compañías interesadas tener al menos cinco años de experiencia en trenes de alta velocidad, sin grandes accidentes.
El accidente de un tren ‘híbrido’ (entre la alta velocidad y el modelo convencional) ocurrido el 24 de julio en Santiago de Compostela, en el que murieron 79 personas, arroja dudas sobre las posibilidades de Talgo y otras empresas concernidas.