Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Están las finanzas públicas en un callejón sin salida?

Allan Martinez
10 de junio, 2014
La eventual salida de la ministra de Finanzas, María Castro, pone en un escenario político complicado al gobierno de Otto Pérez Molina. Castro presentó su renuncia del cargo al Presidente de la República. El argumento oficial es que habría recibido una oferta laboral por un organismo internacional bajo el argumento oficial, pero ello no se ha concretado. Su renuncia se registra en un momento en que la crisis en la recaudación tributaria va en aumento y cuando se elabora el proyecto de presupuesto para 2015, un año electoral. 
Las necesidades del gasto público son muchas, pero los recursos que recauda la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) no son los proyectados en la meta prevista para el 2014, lo que provoca la contención en las asignaciones presupuestarias que hace el Ministerio de Finanzas a las dependencias gubernamentales. Y esas presiones serían, en parte, las que obligaron a Castro a renunciar del cargo. Algunos economistas comentan que a los ministros de Finanzas se les considera ‘gestionadores de recursos’ y no los responsables de la política financiera del Estado. 
Independientemente de quien dirija a esa cartera, si no hay cambios en la captación de los recursos tributarios por la SAT, el Gobierno tendrá dificultades financieras e inestabilidad en las finanzas públicas. Esto pone al Gobierno de Pérez Molina en un escenario político complicado porque les reduce el margen de maniobra política, particularmente en un año electoral. 
Un hoyo fiscal de Q2,100 millones
Durante los primeros cuatro meses del 2014, la SAT acumuló un agujero fiscal de Q502 millones por impuestos programados que no han sido recaudados. Esa situación ha generado presiones en el gasto gubernamental porque Finanzas asigna los recursos en base a lo que dispone en caja cada mes. 
La recaudación de enero a abril sumó Q16 mil 992.6 millones, cuando la meta es de Q17 mil 495.3 millones. El problema se debe a la caída de varios impuestos entre ellos el IVA en aduanas y el Impuesto Sobre la Renta, que son los gravámenes que financian la mayor parte del gasto público. “La crisis en la recaudación se podría situar al final de 2014 en un agujero fiscal de Q2,100 millones que no se sabe cómo lo van financiar”, afirma Abelardo Medina, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI). Ese hoyo sería una realidad a pesar de las medidas administrativas que impulsa la SAT, que no son más que el esfuerzo adicional que se les pide a los superintendentes para reducir la evasión. 
El problema tiene sus raíces en el primer cuatrimestre del año cuando los ingresos tributarios crecieron apenas un 3 por ciento en relación al año pasado, en vez de un 11 por ciento mensual para llegar a la meta prevista de la SAT de Q51,500 millones. No obstante, el problema se viene arrastrando desde el año pasado. La reforma tributaria que implementó el Gobierno no surtió los efectos esperados; en parte porque no se aplicó a cabalidad. Un ejemplo de ello es el retroceso que hubo en la aplicación del aumento al impuesto de circulación de vehículos, lo que afectó los ingresos tributarios. 
“Vemos un primer hoyo porque los ingresos tributarios previstos en el presupuesto vigente son de Q51,875 millones. Hay Q375 millones que no se sabe como los van a cubrir”, dice Medina. Sin embargo, lo crítico de la situación es que, según el economista, la SAT debe alcanzar tasas de crecimiento entre 15 y 16 por ciento en los ingresos tributarios a partir de junio. 
“Al ritmo actual no van a alcanzar la meta y, según las estimaciones hechas en ICEFI, les van a faltar Q2,100 millones al final del año, porque sólo van a recaudar Q49,200 millones”, añade. En ese contexto, explica Medina, el camino que le queda al Ejecutivo es solicitar al Congreso de la República un cambio de financiamiento en el presupuesto: sustituir la recaudación por bonos para llenar el agujero fiscal. Sin embargo, el costo de esa medida es que habría un mayor déficit fiscal y la deuda pública aumentaría, endeudando a quienes tributan para mantener las finanzas públicas.
 
En el escenario político 
La crisis en el Ministerio de Finanzas se suma a las registradas en otras carteras del Gabinete, durante los primeros dos años y medio de Gobierno del Partido Patriota. En Educación, el desgaste que representó el enfrentamiento por la reforma educativa; en el Ministerio de la Defensa, el desenlace desafortunado de la cumbre de Alaska; y en Comunicaciones, la discusión sobre los 3.5 millardos de la deuda flotante le generó un fuerte desgaste. 
El Ministerio de Gobernación, la cartera que más respaldo político tiene del presidente Otto Pérez, ha afrontado una serie de denuncias por compras por excepción y supuestas anomalías en adquisiciones: las cartillas para pasaportes y la sobrevaloración en la compra de armas, entre otros. 
Sin embargo, es el Ministerio de Finanzas el que más dolor de cabeza le ha dado al presidente, a lo que ahora se suma la inminente salida de María Castro por la caída en la recaudación fiscal y las presiones en las asignaciones en el gasto público. 
Christian Castillo, analista político del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (IPNUSAC), señala que en el corto plazo el único camino que tiene el Gobierno para resolver la baja en la recaudación tributaria, es más deuda pública. Ya no pueden contener más el gasto en un año electoral. Les implicaría sacrificar los ejes de sus políticas que les puede dar rédito electoral. Por ejemplo, no pueden bajar la guardia en seguridad donde han tenido algunos resultados modestos. “En otras palabra no pueden reducir su gasto con enfoque electoral”, señala Castillo. 
Esta coyuntura obligaría al Ejecutivo a una presión mucho mayor sobre sus diputados y negociación con sus aliados para la aprobación de más Bonos  para salir a flote. “Otro posible salvavidas sería un impuesto temporal de emergencia, como el de seguridad que plantearon hace unos días”, señala Castillo. 
Sin embargo, para el diputado de CREO, Álvaro González Ricci, quien preside la Comisión Extraordinaria de Apoyo a la Recaudación Tributaria, indica que en el presupuesto vigente hay Q7, 500 millones de disponibilidad en préstamos a largo plazo de donde Finanzas puede echar mano para financiar el presupuesto. “Yo creo que si se aprobó el presupuesto de 2013 y se planificó una recaudación tributaria adicional de Q5 mil millones no debería haber problemas y deberían estar holgados. Ahora, si suben el techo presupuestario (Q1, 500 millones para los empleados de Salud y Educación y Q550 millones más para Comunicaciones) ese colchón va a ir desapareciendo”, señala González Ricci. 
El reto del Ejecutivo es llevar el bote de las Finanzas Públicas a puerto para evitar que zozobre. El Ministro que dirija Finanzas tendrá que jugarse su prestigio profesional (si no logran retener a María Castro), en un año en el que hay que elaborar y buscar la aprobación en el Congreso del proyecto de presupuesto para el 2015. Eso implica hacer un presupuesto para un año electoral, el último del gobierno en el cual tratará de buscar la reelección del partido oficial. La interrogante es: ¿podrá el Ejecutivo encontrar aparentemente un camino en ese callejón sin salida que le dé estabilidad a su política fiscal?
SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

¿Están las finanzas públicas en un callejón sin salida?

Allan Martinez
10 de junio, 2014
La eventual salida de la ministra de Finanzas, María Castro, pone en un escenario político complicado al gobierno de Otto Pérez Molina. Castro presentó su renuncia del cargo al Presidente de la República. El argumento oficial es que habría recibido una oferta laboral por un organismo internacional bajo el argumento oficial, pero ello no se ha concretado. Su renuncia se registra en un momento en que la crisis en la recaudación tributaria va en aumento y cuando se elabora el proyecto de presupuesto para 2015, un año electoral. 
Las necesidades del gasto público son muchas, pero los recursos que recauda la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) no son los proyectados en la meta prevista para el 2014, lo que provoca la contención en las asignaciones presupuestarias que hace el Ministerio de Finanzas a las dependencias gubernamentales. Y esas presiones serían, en parte, las que obligaron a Castro a renunciar del cargo. Algunos economistas comentan que a los ministros de Finanzas se les considera ‘gestionadores de recursos’ y no los responsables de la política financiera del Estado. 
Independientemente de quien dirija a esa cartera, si no hay cambios en la captación de los recursos tributarios por la SAT, el Gobierno tendrá dificultades financieras e inestabilidad en las finanzas públicas. Esto pone al Gobierno de Pérez Molina en un escenario político complicado porque les reduce el margen de maniobra política, particularmente en un año electoral. 
Un hoyo fiscal de Q2,100 millones
Durante los primeros cuatro meses del 2014, la SAT acumuló un agujero fiscal de Q502 millones por impuestos programados que no han sido recaudados. Esa situación ha generado presiones en el gasto gubernamental porque Finanzas asigna los recursos en base a lo que dispone en caja cada mes. 
La recaudación de enero a abril sumó Q16 mil 992.6 millones, cuando la meta es de Q17 mil 495.3 millones. El problema se debe a la caída de varios impuestos entre ellos el IVA en aduanas y el Impuesto Sobre la Renta, que son los gravámenes que financian la mayor parte del gasto público. “La crisis en la recaudación se podría situar al final de 2014 en un agujero fiscal de Q2,100 millones que no se sabe cómo lo van financiar”, afirma Abelardo Medina, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI). Ese hoyo sería una realidad a pesar de las medidas administrativas que impulsa la SAT, que no son más que el esfuerzo adicional que se les pide a los superintendentes para reducir la evasión. 
El problema tiene sus raíces en el primer cuatrimestre del año cuando los ingresos tributarios crecieron apenas un 3 por ciento en relación al año pasado, en vez de un 11 por ciento mensual para llegar a la meta prevista de la SAT de Q51,500 millones. No obstante, el problema se viene arrastrando desde el año pasado. La reforma tributaria que implementó el Gobierno no surtió los efectos esperados; en parte porque no se aplicó a cabalidad. Un ejemplo de ello es el retroceso que hubo en la aplicación del aumento al impuesto de circulación de vehículos, lo que afectó los ingresos tributarios. 
“Vemos un primer hoyo porque los ingresos tributarios previstos en el presupuesto vigente son de Q51,875 millones. Hay Q375 millones que no se sabe como los van a cubrir”, dice Medina. Sin embargo, lo crítico de la situación es que, según el economista, la SAT debe alcanzar tasas de crecimiento entre 15 y 16 por ciento en los ingresos tributarios a partir de junio. 
“Al ritmo actual no van a alcanzar la meta y, según las estimaciones hechas en ICEFI, les van a faltar Q2,100 millones al final del año, porque sólo van a recaudar Q49,200 millones”, añade. En ese contexto, explica Medina, el camino que le queda al Ejecutivo es solicitar al Congreso de la República un cambio de financiamiento en el presupuesto: sustituir la recaudación por bonos para llenar el agujero fiscal. Sin embargo, el costo de esa medida es que habría un mayor déficit fiscal y la deuda pública aumentaría, endeudando a quienes tributan para mantener las finanzas públicas.
 
En el escenario político 
La crisis en el Ministerio de Finanzas se suma a las registradas en otras carteras del Gabinete, durante los primeros dos años y medio de Gobierno del Partido Patriota. En Educación, el desgaste que representó el enfrentamiento por la reforma educativa; en el Ministerio de la Defensa, el desenlace desafortunado de la cumbre de Alaska; y en Comunicaciones, la discusión sobre los 3.5 millardos de la deuda flotante le generó un fuerte desgaste. 
El Ministerio de Gobernación, la cartera que más respaldo político tiene del presidente Otto Pérez, ha afrontado una serie de denuncias por compras por excepción y supuestas anomalías en adquisiciones: las cartillas para pasaportes y la sobrevaloración en la compra de armas, entre otros. 
Sin embargo, es el Ministerio de Finanzas el que más dolor de cabeza le ha dado al presidente, a lo que ahora se suma la inminente salida de María Castro por la caída en la recaudación fiscal y las presiones en las asignaciones en el gasto público. 
Christian Castillo, analista político del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (IPNUSAC), señala que en el corto plazo el único camino que tiene el Gobierno para resolver la baja en la recaudación tributaria, es más deuda pública. Ya no pueden contener más el gasto en un año electoral. Les implicaría sacrificar los ejes de sus políticas que les puede dar rédito electoral. Por ejemplo, no pueden bajar la guardia en seguridad donde han tenido algunos resultados modestos. “En otras palabra no pueden reducir su gasto con enfoque electoral”, señala Castillo. 
Esta coyuntura obligaría al Ejecutivo a una presión mucho mayor sobre sus diputados y negociación con sus aliados para la aprobación de más Bonos  para salir a flote. “Otro posible salvavidas sería un impuesto temporal de emergencia, como el de seguridad que plantearon hace unos días”, señala Castillo. 
Sin embargo, para el diputado de CREO, Álvaro González Ricci, quien preside la Comisión Extraordinaria de Apoyo a la Recaudación Tributaria, indica que en el presupuesto vigente hay Q7, 500 millones de disponibilidad en préstamos a largo plazo de donde Finanzas puede echar mano para financiar el presupuesto. “Yo creo que si se aprobó el presupuesto de 2013 y se planificó una recaudación tributaria adicional de Q5 mil millones no debería haber problemas y deberían estar holgados. Ahora, si suben el techo presupuestario (Q1, 500 millones para los empleados de Salud y Educación y Q550 millones más para Comunicaciones) ese colchón va a ir desapareciendo”, señala González Ricci. 
El reto del Ejecutivo es llevar el bote de las Finanzas Públicas a puerto para evitar que zozobre. El Ministro que dirija Finanzas tendrá que jugarse su prestigio profesional (si no logran retener a María Castro), en un año en el que hay que elaborar y buscar la aprobación en el Congreso del proyecto de presupuesto para el 2015. Eso implica hacer un presupuesto para un año electoral, el último del gobierno en el cual tratará de buscar la reelección del partido oficial. La interrogante es: ¿podrá el Ejecutivo encontrar aparentemente un camino en ese callejón sin salida que le dé estabilidad a su política fiscal?