A pesar de que la expectativa era que la calificación de Fitch Ratings fuera mejor a las anteriores, se dio a conocer que Guatemala bajó la nota de riesgo-país de de BB+ a BB, con perspectiva estable. Con esto, se indica que el país tiene un nivel de probabilidad de cumplir con sus obligaciones, pero con cierta incertidumbre.
La nota obtenida se basa en que “a la fecha no se observa un progreso suficiente para apuntalar la consecución de mayores tasas de crecimiento económico, aumentar los ingresos fiscales y fortalecer la capacidad de recaudación tributaria, lo cual limita la atención de necesidades sociales y de inversión productiva en el país”.
Ante esto, el Ministerio de Finanzas (Minfin) señaló que no están de acuerdo con lo dicho por la calificadora, aunque respetan su opinión. Según dicha cartera, se prevé una tasa de crecimiento de entre 3.3% y 3.9% en este año, siendo el promedio en los últimos años de dicha tasa de crecimiento interanual de la actividad económica es de 3.6%. Aseguran además, que hay una disminución del déficit fiscal desde un 3.3% en 2010 a un 2.1% en 2013.
Otro aspecto que sostienen, es que “el crédito bancario al sector privado respecto del Producto Interno Bruto ha aumentado desde un 20% en 2002 a un 28% en 2010, y a un 33% en 2013′.
Se informó que el ministro de Finanzas Públicas, Dorval Carías, estará visitando a las calificadoras a nivel mundial para informar sobre los avances del país.
Por su parte el Ministro de Economía, Sergio de la Torre, declaró a los medios que lo informado por Fitch Ratins es una subcalificación que no es apoyada por los mercados pues estos siguen dando a Guatemala mejores tasas de intereses.
Por otro lado, Fitch Ratings da valor a la conducción de las principales políticas monetarias y financieras. Califican bien los bajos niveles de deuda y el moderado déficit fiscal, así como las menores necesidades de dinero del sector público y la capacidad de las cuentas externas para absorber el impacto negativo de una mayor volatilidad de los mercados.
También hacen énfasis en los factores como el récord histórico de una gestión monetaria y fiscal prudente, el progreso del Banco de Guatemala hacia un esquema de metas de inflación y de un régimen cambiario basado en reglas de intervención.