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Pinmortal la voz de la creatividad y del emprendimiento

Allan Martinez
10 de abril, 2017

A Carlos González quedó fascinado por los pines. Hace un par de años fue un boom en Estados Unidos y fue muy popular en la generación que va delante de mí, la mía y la que va detrás. Me gustó mucho porque era difícil de conseguir y muy caros.

De ahí empezó su afición por los pines y coleccionarlos; entre más raros mejor. Veía muchas cuentas en Instagram donde se colgaban fotos de todo tipo de diseños. Siempre se preguntó: ¿Por qué en Guatemala nadie los hace?.

Es un hecho que la vida siempre recuerda al primero, al valiente o al “aventado”, que lo convierte en una referencia y entre más cercano sea más fácil seguir sus pasos y como mínimo un ejemplo de que las cosas se pueden hacer. La influencia que causa en nosotros es perdurable y su impacto es inmortal, por lo que no es de extrañar que González le haya puesto a este sendero escogido como: Pinmortal.

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Ciertamente el nombre tiene muchas conjeturas, muchas líneas que se dirigen hacia un punto en común: Ser guatemaltecos y estar orgulloso de serlo dondequiera que se esté. “Cada vez que digo que estoy orgulloso de ser guatemalteco, se me eriza la piel”, comenta.

González no sabe dibujar pero tenía un amigo, Luiso Ponce que es diseñador y ya tiene una trayectoria en su profesión. “Le platiqué de la idea y le gustó. Ese mismo día definimos cuáles iban a hacer las primeras tres colecciones. Es muy bueno tener a alguien con el que estás en la misma página con ideas y creatividad”, dice.

Armado de valores y creatividad buscaron a alguien que pudiera hacerlos. Afirma que uno de los secretos mejores guardados es la empresa que les hace los pines y afirma que es una de las mejores alianzas que han hecho. “Lo que me gustó donde lo estamos haciendo es que nos dijeron que nos podían hacer un mínimo y como vamos a ser a largo plazo, el taller está comprometido. A la larga creo que encontramos a la persona indicada”.

El enigma y el misterio encerrado en Pinmortal es tan grande que ha González le fascina la idea que esta empresa no tenga rostro y mucho menos se le asocie con él por ser además un músico e integrante de la banda “Los Tiros” por la noche y por la mañana un estudiante de derecho de pensum cerrado de la Universidad Landívar.

Pinmortal no es un hobbie para ocuparse entre la banda y la academia. Gonzalez, aunque nunca se vio como negociante, ve esta aventura al borde de la paternidad, como un hijo que le permite explorar otras facetas y talentos ocultos que no sabía que tenía como la creatividad.

Bautizo de fuego

Cuando ya tenían los pines de la primera colección que la hicieron en honor a un expresidente guatemalteco, polémico de por sí, asistieron a una conferencia que iba a impartir. Al finalizar se acercaron a él y le presentaron el pin. La reacción fue entre incredulidad y encanto. Les firmó los pines. Se tomaron fotos con él e intercambiaron números telefónicos. “A mis hijas que viven en México les encantó”, le escribió por Whatssap. Los pines firmados se vendieron en un suspiro.

Así empezó. El siguiente paso fue anunciarlo por redes sociales envuelto en el velo de ser una empresa sin rostro pero con una mística chapina fácilmente reconocible e identificable. Seis colecciones vinieron después, donde se pone de manifiesto el folclor nacional como “cuetes”, licores, chocolates, juegos clásicos, mentadas de madre, chancletas y demás.

“Vender fue muy emocionante y sobrepasó toda expectativa, no sabía si había público y como nadie lo estaba haciendo. Me dio mucho gusto que haya gente que se volvió de culto y me decía: ‘Cuando salga esta colección quiero que el número #1’. Como dice el slogan limitados e irrepetibles y si no lo tenés hoy no lo tendrás nunca”.

El éxito vino al poco tiempo: “En la segunda colección me di cuenta que teníamos algo bueno. Tiramos la colección Crispín Granada y Botonetas que se vendió en una noche. La emoción y la sorpresa se volvió cierta presión de: “¿Qué vamos a hacer después?. El éxito también trae la “onda” de no querer bajar los estándares y ahorita es más la presión”, cuenta”.

Las colecciones de pines con símbolos chapines aunque tienen un aire divertido, irreverente, creativo es en cierto modo otra estrategia de expansión a la que apunta. Muchos de estos símbolos apelan a una nostalgia infantil que se se pierde cuando la gente decide irse de su país y que solo vive en el recuerdo de tardes de fútbol o colegio pero se hace muy fuerte en el momento que se convierte en un símbolo.

Carlos tiene la ilusión de adentrarse con Pinmortal al mercado estadounidense. Muchos guatemaltecos no pueden tener un pedazo de su país que los represente, ni siquiera una bandera. “Imaginate vivís en Chicago, Los Ángeles o Filadelfia y tenés un detalle  como una bandera que te identifica en tu casa y no podés llevar una bandera a todas partes pero podés llevar un “pincito” en tu gorra o en tu saco todos los días y que te recuerde de dónde venís y tu identidad como guatemalteco”, dice.

El camino recorrido

Desde abril del 2016 para este 2017, Pinmortal ya es una empresa conocida que paso a paso y luego de algunos contratiempos continua. “Me da orgullo y satisfacción que a un año hemos crecido bastante pero todo fue el hecho de tomar el primer paso para alcanzar el objetivo porque es el más difícil. A partir de eso nos ha ido muy bien. Esto nació por el gusto de cosas coleccionables y sencillas y de la gana de hacer algo diferente pero que me guste”.

“Tuve mucha suerte que me he asociado con alguien que estamos en la misma página y aunque no somos comerciantes hemos aprendido, y si todavía estamos aquí es porque no lo hemos hecho tan mal. Nunca me vi en esto y me siento muy cómodo”, comenta.

Aunque Carlos dice que en nunca ha sido perfeccionista sí hace énfasis en cómo quiere que sean las colecciones junto con su presentación. Afirma que tiene talento por la atención al cliente y no le gusta fallarles porque cada colección es especial y quiere que así se recuerden.

Con la emoción y la sorpresa del éxito Carlos confiesa que hay cierta presión en cuanto al siguiente paso: “Qué vamos a hacer después y luego las dudas. Lo primordial ahora es no bajar los estándares; ahora hay más presión”, comenta.

Lecciones aprendidas

“En el principio habrán muchas dudas sobre si funcionará, ¿habrá un mercado en Guatemala?. Siempre habrá la voz interior que te va a decir todo lo que puede salir mal y eso puede nublar toda la visión y desanimarte. Primero lo que hay que hacer es: ‘Casarte con la idea y pensar que la idea va a funcionar'”, comenta.

“Si uno entra con la idea o miedo e inseguridad, no va a funcionar. De por sí ya estás saboteando tu futuro y tu empresa. Es bueno tener el impulso y la fe en uno mismo de que lo que estás haciendo lo haces bien. Tenerse la fe necesaria para dar el primer paso para probarlo y si das el primer paso darle con todo y nada a medias. Siempre hay que tener claro hacia dónde vas”, explica

“En torno a logística nunca tuve dudas en cuanto a pines y lo más difícil fue el aspecto técnico. Pero esos problemas y limitantes nos ha servido para replantearnos las cosas y darles otro enfoque. Poco a poco se fueron superando esos problemas”, dice.

Una de las sorpresas que tuvo González es que aunque los pines tienen un precio de 50 quetzales es que los han revendido hasta por Q300. “Eso también me dio la impresión que tiene un valor sentimental. Yo no hago esto por dinero sino que lo hago porque me gusta. No quiero hacerme millonario”, afirma.

Lo que mejor resume Pinmortal es que se basa en un autoconocimiento de Carlos que, en vez de desterrar sus manías o rarezas, las vio con el potencial suficiente para darle voz a sus ideas, talentos y ganas de hacer las cosas. Asegura que Pinmortal es su primogénito y quiere seguir explorando el camino entre miedos, emoción y creatividad con la expectativa de muchas ideas más que pronto saldrán a la luz.

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Pinmortal la voz de la creatividad y del emprendimiento

Allan Martinez
10 de abril, 2017

A Carlos González quedó fascinado por los pines. Hace un par de años fue un boom en Estados Unidos y fue muy popular en la generación que va delante de mí, la mía y la que va detrás. Me gustó mucho porque era difícil de conseguir y muy caros.

De ahí empezó su afición por los pines y coleccionarlos; entre más raros mejor. Veía muchas cuentas en Instagram donde se colgaban fotos de todo tipo de diseños. Siempre se preguntó: ¿Por qué en Guatemala nadie los hace?.

Es un hecho que la vida siempre recuerda al primero, al valiente o al “aventado”, que lo convierte en una referencia y entre más cercano sea más fácil seguir sus pasos y como mínimo un ejemplo de que las cosas se pueden hacer. La influencia que causa en nosotros es perdurable y su impacto es inmortal, por lo que no es de extrañar que González le haya puesto a este sendero escogido como: Pinmortal.

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Ciertamente el nombre tiene muchas conjeturas, muchas líneas que se dirigen hacia un punto en común: Ser guatemaltecos y estar orgulloso de serlo dondequiera que se esté. “Cada vez que digo que estoy orgulloso de ser guatemalteco, se me eriza la piel”, comenta.

González no sabe dibujar pero tenía un amigo, Luiso Ponce que es diseñador y ya tiene una trayectoria en su profesión. “Le platiqué de la idea y le gustó. Ese mismo día definimos cuáles iban a hacer las primeras tres colecciones. Es muy bueno tener a alguien con el que estás en la misma página con ideas y creatividad”, dice.

Armado de valores y creatividad buscaron a alguien que pudiera hacerlos. Afirma que uno de los secretos mejores guardados es la empresa que les hace los pines y afirma que es una de las mejores alianzas que han hecho. “Lo que me gustó donde lo estamos haciendo es que nos dijeron que nos podían hacer un mínimo y como vamos a ser a largo plazo, el taller está comprometido. A la larga creo que encontramos a la persona indicada”.

El enigma y el misterio encerrado en Pinmortal es tan grande que ha González le fascina la idea que esta empresa no tenga rostro y mucho menos se le asocie con él por ser además un músico e integrante de la banda “Los Tiros” por la noche y por la mañana un estudiante de derecho de pensum cerrado de la Universidad Landívar.

Pinmortal no es un hobbie para ocuparse entre la banda y la academia. Gonzalez, aunque nunca se vio como negociante, ve esta aventura al borde de la paternidad, como un hijo que le permite explorar otras facetas y talentos ocultos que no sabía que tenía como la creatividad.

Bautizo de fuego

Cuando ya tenían los pines de la primera colección que la hicieron en honor a un expresidente guatemalteco, polémico de por sí, asistieron a una conferencia que iba a impartir. Al finalizar se acercaron a él y le presentaron el pin. La reacción fue entre incredulidad y encanto. Les firmó los pines. Se tomaron fotos con él e intercambiaron números telefónicos. “A mis hijas que viven en México les encantó”, le escribió por Whatssap. Los pines firmados se vendieron en un suspiro.

Así empezó. El siguiente paso fue anunciarlo por redes sociales envuelto en el velo de ser una empresa sin rostro pero con una mística chapina fácilmente reconocible e identificable. Seis colecciones vinieron después, donde se pone de manifiesto el folclor nacional como “cuetes”, licores, chocolates, juegos clásicos, mentadas de madre, chancletas y demás.

“Vender fue muy emocionante y sobrepasó toda expectativa, no sabía si había público y como nadie lo estaba haciendo. Me dio mucho gusto que haya gente que se volvió de culto y me decía: ‘Cuando salga esta colección quiero que el número #1’. Como dice el slogan limitados e irrepetibles y si no lo tenés hoy no lo tendrás nunca”.

El éxito vino al poco tiempo: “En la segunda colección me di cuenta que teníamos algo bueno. Tiramos la colección Crispín Granada y Botonetas que se vendió en una noche. La emoción y la sorpresa se volvió cierta presión de: “¿Qué vamos a hacer después?. El éxito también trae la “onda” de no querer bajar los estándares y ahorita es más la presión”, cuenta”.

Las colecciones de pines con símbolos chapines aunque tienen un aire divertido, irreverente, creativo es en cierto modo otra estrategia de expansión a la que apunta. Muchos de estos símbolos apelan a una nostalgia infantil que se se pierde cuando la gente decide irse de su país y que solo vive en el recuerdo de tardes de fútbol o colegio pero se hace muy fuerte en el momento que se convierte en un símbolo.

Carlos tiene la ilusión de adentrarse con Pinmortal al mercado estadounidense. Muchos guatemaltecos no pueden tener un pedazo de su país que los represente, ni siquiera una bandera. “Imaginate vivís en Chicago, Los Ángeles o Filadelfia y tenés un detalle  como una bandera que te identifica en tu casa y no podés llevar una bandera a todas partes pero podés llevar un “pincito” en tu gorra o en tu saco todos los días y que te recuerde de dónde venís y tu identidad como guatemalteco”, dice.

El camino recorrido

Desde abril del 2016 para este 2017, Pinmortal ya es una empresa conocida que paso a paso y luego de algunos contratiempos continua. “Me da orgullo y satisfacción que a un año hemos crecido bastante pero todo fue el hecho de tomar el primer paso para alcanzar el objetivo porque es el más difícil. A partir de eso nos ha ido muy bien. Esto nació por el gusto de cosas coleccionables y sencillas y de la gana de hacer algo diferente pero que me guste”.

“Tuve mucha suerte que me he asociado con alguien que estamos en la misma página y aunque no somos comerciantes hemos aprendido, y si todavía estamos aquí es porque no lo hemos hecho tan mal. Nunca me vi en esto y me siento muy cómodo”, comenta.

Aunque Carlos dice que en nunca ha sido perfeccionista sí hace énfasis en cómo quiere que sean las colecciones junto con su presentación. Afirma que tiene talento por la atención al cliente y no le gusta fallarles porque cada colección es especial y quiere que así se recuerden.

Con la emoción y la sorpresa del éxito Carlos confiesa que hay cierta presión en cuanto al siguiente paso: “Qué vamos a hacer después y luego las dudas. Lo primordial ahora es no bajar los estándares; ahora hay más presión”, comenta.

Lecciones aprendidas

“En el principio habrán muchas dudas sobre si funcionará, ¿habrá un mercado en Guatemala?. Siempre habrá la voz interior que te va a decir todo lo que puede salir mal y eso puede nublar toda la visión y desanimarte. Primero lo que hay que hacer es: ‘Casarte con la idea y pensar que la idea va a funcionar'”, comenta.

“Si uno entra con la idea o miedo e inseguridad, no va a funcionar. De por sí ya estás saboteando tu futuro y tu empresa. Es bueno tener el impulso y la fe en uno mismo de que lo que estás haciendo lo haces bien. Tenerse la fe necesaria para dar el primer paso para probarlo y si das el primer paso darle con todo y nada a medias. Siempre hay que tener claro hacia dónde vas”, explica

“En torno a logística nunca tuve dudas en cuanto a pines y lo más difícil fue el aspecto técnico. Pero esos problemas y limitantes nos ha servido para replantearnos las cosas y darles otro enfoque. Poco a poco se fueron superando esos problemas”, dice.

Una de las sorpresas que tuvo González es que aunque los pines tienen un precio de 50 quetzales es que los han revendido hasta por Q300. “Eso también me dio la impresión que tiene un valor sentimental. Yo no hago esto por dinero sino que lo hago porque me gusta. No quiero hacerme millonario”, afirma.

Lo que mejor resume Pinmortal es que se basa en un autoconocimiento de Carlos que, en vez de desterrar sus manías o rarezas, las vio con el potencial suficiente para darle voz a sus ideas, talentos y ganas de hacer las cosas. Asegura que Pinmortal es su primogénito y quiere seguir explorando el camino entre miedos, emoción y creatividad con la expectativa de muchas ideas más que pronto saldrán a la luz.