Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Eliza Vindas es la fundadora de Boo Crochet.

Historias de emprendedoras: De tejer regalos familiares a crear un nuevo concepto de moda crochet en Guatemala

Por medio de su emprendimiento, Eliza busca realzar la importancia que tienen los obsequios con toques humanos y hechos a mano.

Tres años después la pandemia sigue siendo un parteaguas en la vida de muchas personas, un ejemplo es Eliza Vindas, quien por la falta de oportunidades laborales decidió comenzar Boo Crochet en 2020. Un emprendimiento que le ha traído momentos altos y bajos, pero sobre todo mucha satisfacción de trabajar en lo que le gusta.

“Siempre quise tener algo propio. Yo había tenido varios intentos fallidos de emprender, y nada funcionaba. Pero, la motivación detrás de todo siempre fue tener algo mío, algo que me dé un ingreso propio”, relata la emprendedora al mismo tiempo que toma unas tiras de lana y sus agujas para comenzar a coser.

Boo Crochet comenzó con los materiales más básicos del mercado: lana cien por ciento acrílica (la más económica en el mercado), y unas agujas de costura prestadas. Luego de un año, logró conseguir su propio kit y hoy en día Eliza logra obtener un salario gracias a la cantidad de pedidos que recibe.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

La joven traslada sus recuerdos por unos segundos a ese 2020: “En un momento en el que todo lo que recibimos era negatividad, como todos busqué algo que hacer para no aburrirme del encierro, despejar mi mente, y pensar en algo positivo”.

Fotografía: República.

Un regalo

El inicio de Boo Crochet también está marcado por un sentido emocional. Cuando el sobrino de Eliza iba a nacer, ella decidió regalarle un peluche, sin embargo, no quería que fuera algo genérico, sino enfocarse en lo especial de los detalles personalizados.

Mientras continúa elaborando su diseño, la emprendedora recuerda: “Vi en internet que las personas hacían peluches en crochet, entonces decidí intentarlo. Cuando me salió el primer conejito mi suegro nos animó con mi pareja a seguir intentado. Ahora ya se transformó en un negocio donde los vendemos”.

Movilidad y originalidad

La emprendedora ofrece peluches y adornos hechos de crochet, ya sean personalizados o caricaturas y animales. El tiempo de entrega de cada uno varía según el diseño, pero ronda entre el mes o mes y medio.

Una de las características de Boo Crochet es que, Eliza puede realizar su trabajo desde cualquier lugar en dónde se encuentre; una bolsa, lana y agujas, suelen ser los fieles acompañantes de la joven en su día a día. Gracias a esto, también logra controlar factores como los horarios y administración de tiempo.

“Puedo decidir en qué momento trabajar, adaptarme al ambiente en el que estoy, ya sea en mi casa o en el carro, tengo la facilidad de trabajarlo sin la necesidad de estar encerrada en un mismo lugar”, afirma.

Fotografía: República.

Creatividad y esfuerzo, son dos características que la joven busca transmitir con su trabajo.

"Quiero que al ver los peluches piensen en Boo Crochet o Eliza Vindas."

Un trabajo 360

Adicionalmente a coser los productos, la joven se encarga de generar contenido en sus redes sociales para promocionar su emprendimiento. Desde la idea, grabación y edición.

“Es un proceso complejo, en el que pienso, qué peluches puedo usar para grabar contenido y cómo lo puedo generar. Tengo que estar muy atenta a las tendencias en redes sociales, informarme sobre cómo publicar en ellas, las diferencias de contenido en casa una, y llega a ser complicado mantener el equilibrio junto con la realización de los peluches. Sin embargo, ver los resultados resulta alentador”, describe mientras sus manos se enfocan en un nuevo diseño que comenzó.

Fotografía: República.

Pese a que ahora mismo su emprendimiento le permite obtener ingresos y ganancias a nivel personal, en un futuro no tan lejano, espera poder generar un segundo salario para la persona que le apoya en Boo Crochet.

Perseverancia

Luego de tres años de operaciones, la joven continúa afirmando que lo más importante que pueden hacer las mujeres emprendedoras es ser persistentes.

“Habrá días complicados o meses difíciles en los que puede haber más pérdidas que ganancias, pero es parte del proceso de emprender, al inicio no se puede crecer solo para arriba. Los momentos de bajones te ayudan a agarrar fuerzas y levantarse gracias a los aprendizajes”, recalca.

Y, al mismo tiempo en que finaliza de cocer una pequeña ballena de crochet, reafirma que lo fundamental de emprender es encontrar la pasión. Para convertir la frase, “lo tengo que hacer”, por un “lo que quiero hacer”.

Ilustración: República.