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Fotografía: República.

La emprendedora migrante que vino a Guatemala y ahora genera oportunidades para mujeres

Lisbeth migró desde Venezuela hace más de 20 años. Buscaba preparación profesional; decidió quedarse y perseguir el sueño de tener un negocio. Inspirada por la artesanía y colorido de Guatemala nace Korotos. Esta es su historia.

Este emprendimiento que elabora carteras y joyerías ecológicas nació en el cuarto de Lisbeth, un espacio inundado por la creatividad y el diseño. Seis años después Korotos ya cuenta con un taller de producción y un punto de venta físico en Antigua Guatemala, una marca que tiene como filosofía ser sostenible, usar la economía circular, cooperar con el medio ambiente y transformar vidas.

En 2018, Lisbeth fue invitada a dar una capacitación sobre cómo hacer carteras a las mujeres vulnerables por el desastre del Volcán de Fuego: “En ese momento encontré el propósito de Korotos, porque a pesar de que estas chicas estaban viviendo una etapa difícil tenían la ilusión de seguir adelante y tener ingresos”, relata la emprendedora.

Lisbeth y su emprendimiento encontraron el clic para iniciar su viaje, hacer las cosas manuales y dar una oportunidad a otras mujeres, en el que sintieran que por medio de lo que elaboran con sus manos, pudiera generar oportunidades para sus vidas.

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Los propósitos de Korotos

Más que solo ser un emprendimiento, una parte importante del negocio de Lisbeth es generar cambios en el mundo, en cada cartera elaborada por la marca van aproximadamente 400 botellas de plástico recicladas, “me doy cuenta de que desde que comenzamos llevamos evitando que toneladas lleguen a las aguas”.

Fotografía tomada de Facebook 'Korotos'.

Para Lisbeth es importante que generar un emprendimiento que no caiga solo en el tema de generar ingresos, ella busca que Korotos trascienda, para cuando ella no esté alguien más lo siga haciendo, y haya podido dejar un impacto en el mundo. Por eso también buscar ser una fuente de oportunidades para las mujeres en Guatemala.

“Nuestras oportunidades se ven reducidas, las mujeres tenemos el rol de mamá, esposa, profesional y otros más. En Latinoamérica llegamos a ser un grupo muchas veces vulnerable por el machismo, delincuencia o carecer de estudios, por eso nosotros podemos hacer mucho brindando oportunidades”, detalla la emprendedora respecto a porqué su negocio se enfoca en contratar a mujeres.

Además, resalta que una oportunidad que desea brindar con Korotos es el hecho de dar una independencia económica a las mujeres, por medio de que puedan generar ingresos propios.

De una afición a un negocio viable

Lisbeth estudió diseño de modas, fue así como comenzó a elaborar sus propios accesorios y carteras como un pasatiempo en su habitación, sin pensar que fuera a durar más tiempo o siquiera verlo como un negocio.

“Cuando tuve la oportunidad de enseñar a las chicas, ver que podía hacer algo más que no fuera solo para mí, sino que aportar a la sociedad y al medio ambiente, fue cuando decidí seguir adelante con este proyecto”, asegura la emprendedora.

A pesar de ello, no ha sido un camino sencillo, en sus seis años Lisbeth ha tirado y recogido la toalla en diversas ocasiones, pero en le mismo siempre encontró una puerta que le abría más oportunidades. Las mujeres del volcán fueron uno de los motores principales, y pese a que actualmente ya no se encuentran laborando para Korotos, la emprendedora no las olvida y tampoco que cimentaron las bases para su propósito.

“Actualmente están conmigo cinco chicas que son amas de casa o solteras, ellas trabajan en su casa y nos reunimos dos a tres veces en el taller. La idea es que puedan elaborar desde su hogar y no interfiera con sus otras labores”, explica.

Fotografía tomada de Facebook 'Korotos'.

En temporadas altas el emprendimiento se apoya de un grupo de tejedores -quienes fueron los que enseñaron el arte de coser a Lisbeth-, además están: los proveedores y personas que apoyan en bazares, para construir una cadena, que espera siga creciendo para poder apoyar a más mujeres.

Propuesta de valor

Korotos ofrece productos hechos cien por ciento a mano, un negocio que no siempre resulta tan sencillo de vender como podría imaginarse: “Cuando logramos ingresar a varias tiendas con nuestros productos e incluso mandar a Texas, Estados Unidos, me di cuenta de que podíamos hacer una cadena con una propuesta de valor”.

Sumado a ello, algo que recalca la emprendedora le ayudó mucho fue capacitarse en una incubadora de emprendimiento, por lo que, no duda en recalcar la importancia de prepararse en el ámbito, para comprender estrategias, modelos de negocios, finanzas, costos, comunicación, entre otros aspectos más.

“Uno puede tener el mejor producto y estar confiado, pero si no existe una estrategia, no sabes canalizarlo, dar una propuesta de valor será muy complejo cumplir metas. Las incito a que lo hagan, que busquen acompañamiento, empresas parecidas, mentores, escuelas de negocio, pero no lo hagan solas”, concluye Lisbeth, como un mensaje final para todas aquellas mujeres que tiene el sueño de adentrarse en el camino del emprendimiento.

República.