Originaria de San Andrés Semetabaj, Marleny Pilo emigró a la ciudad capital hace 10 años, junto con su familia para un nuevo capítulo. Uno en el que ha tenido que superar procesos personales, despojarse de estereotipos y prejuicios, y sobreponerse a comentarios negativos para ser la persona que es hoy en día. Una mujer que se ha reinventado, gracias a incursionar en el emprendimiento.
Además de su familia, una receta de vinagre de sidra de manzana fue el otro acompañante fiel de Marleny en su partida a la capital. “A mí me gustaba usarlo como condimento personal, pero a raíz de que una amiga me incentivó a comercializar, en 2018 busqué la manera de embotellarlo y así surge la idea”, relata la emprendedora.
Vinagre Artesanal MARHA ofrece productos orgánicos, en el que destaca el vinagre de manzana, una creación que la abuela de Marleny comenzó, y que ella no solo ha trasladado a una nueva generación, sino que también a un nuevo nivel.
El inicio
“Cuando emigre vine a toparme con el choque cultural, y tuve dificultades en cuánto al apoyo que recibía por parte de mi familia. Me estanqué cuando decidí emprender con mi producto, me decían que no iba a poder sobrevivir con el mismo, pero poco a poco fui saliendo de ese círculo en el que me encontraba”, narra Marleny, mientras la emoción comienza a notarse en sus ojos.
Otro reto que destaca es la búsqueda de equilibrio a cada aspecto de la vida: “La parte del machismo me marcó un montón. Cuando vine a la ciudad capital yo solo me dediqué a mi familia, no conocía a nadie, no salía, y eso me bloqueó por mucho tiempo”.
Pese a no tener ningún conocimiento respecto a comercialización de productos, en 2018 realizó su primera venta por medio de Marketplace, y para 2021 cruzó caminos con Mayakat, una tienda que promociona productos nacionales.
Este último no solo se convirtió en un canal de distribución, sino una tienda con la que llegó a familiarizarse y se convirtió en una red de apoyo para la emprendedora.
Esfuerzo constante
“La vida fue la que me trasladó a este lugar, las personas con las que convivo quieren ver que me superé, que no todo me va a caer del cielo. Se necesita esfuerzo y lucha constante de parte de uno, eso me ha ayudado a seguir adelante con mi emprendimiento”, menciona.
A partir de 2021, Marleny comenzó a incursionar en capacitaciones y cursos con respecto a diversos temas como: estudios de mercado, valor de marca, etiquetas y estrategias de distribución. Conocimientos que le permitieron impulsar y dirigir de mejor manera su marca.
Precisamente la oportunidad de mercado que la emprendedora vio sobre su producto nace por medio de un estudio de mercado, en el que notó que varias personas en la actualidad optan por productos orgánicos. La nueva tendencia es que consuman de manera saludable.
De cinco a 100 litros
Cada producto es elaborado por la misma Marleny, con producción de manzana nacional: “Agosto a diciembre son los meses en los que debo aprovechar al máximo, porque en los otros la cosecha nacional baja”.
La fabricación en Vinagre Artesanal MARHA comenzó con cinco litros, pero gracias a la demanda del producto, en la actualidad produce cien litros. Una evolución que, a los ojos de la emprendedora ha sido exitosa, no solo a nivel de producción, sino también en posicionamiento de la marca.
Actualmente el negocio maneja tres presentaciones de vinagre de sidra de manzana: litro, medio litro y un cuarto de litro, mismos que se pueden encontrar en mercados, cafeterías y plazas de la zona 1 de la Ciudad Metropolitana.
“Si tuviera que describir lo que ofrece mi emprendimiento es salud. Varios clientes acuden a mí porque me han comentado que se los recomiendan por los diversos beneficios que tiene para la salud”, reconoce, mientras una sonrisa se dibuja en su rostro.
Una vista al futuro
Marleny, una emprendedora que se describe a sí misma como renovada gracias a esta nueva etapa de su vida, afirma que las subidas y bajadas son parte del proceso, por eso uno debe estar al frente y superar cada obstáculo que hay.
Por ahora, seguirá trabajando para captar más mercados dentro de la ciudad capital y algunos departamentos del país, así como en conseguir un crédito para colocar su fábrica de producción en su natal Sololá.
“Mi objetivo es que no solo se quede en un emprendimiento, sino que sea una empresa. Me gustaría poder apoyar a otras personas, que generen un ingreso y constituir mi idea en una empresa como tal”, concluye.