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Blog de Moda: Forever 21 para aliviar los días rojos*

Redacción República
25 de junio, 2017

Holly Golightly, la protagonista de Breakfast at Tiffany’s, afirmaba que los “días rojos” eran peores que los azules, pues tenías miedo y no sabías por qué. La única forma de aliviarlos, confesaba, era subir a un taxi y visitar Tiffany & Co., la enigmática joyería neoyorquina. “Nada malo podría pasarte ahí”,  decía el personaje encarnado por Audrey Hepburn.

Pues bien, si eres una veinteañera (plus size o no) y te gusta la moda, pero tu cuenta bancaria aún no te permite obligar a Karl Lagerfeld a hacerte un vestido, tu versión de la Quinta Avenida tendría que ser… un centro comercial. Y tu Tiffany’s… Forever 21. Que no te asuste el amarillo chillón de sus bolsas, la realidad es que esta es una de las pocas marcas que ofrecen prendas XL en un espacio que no es XS, cambian de stock constantemente y sus precios son accesibles. Por eso, a diferencia de Holly, puedes más que “ver”.

Hace un par de viernes, el destino quiso que me quedara en Oakland Mall mientras pasaba la lluvia (y bajaba la tarifa de Uber). Decidí “vitrinear” en Forever 21, pero lo único que vi fueron los carteles de “SALE”. La palabra me gusta poco, entré sin mucha convicción, pero pronto cambié de idea. Tshirts, jeans, faldas, vestidos y suéteres se manifestaron con maravillosas mini etiquetas naranjas y números tan escandalosos como Q40 o Q60 (/sarcasm).

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Debían ser las ocho de la noche. La gente con vida social seguramente estaba en el cine o cenando y  en la tienda tenías tiempo para flotar entre los percheros. Los vestidores estaban casi desiertos y podías probarte la ropa sin prisas. Por cierto, esta última actividad es esencial. No nos dejemos llevar por las tallas, debemos medirnos las prendas frente al espejo, movernos con ellas y detectar cualquier cosa que quede fuera de sitio. Además, los artículos en SALE no tienen cambio.

Da gusto tomar una prenda y saber que si no te queda, hay más números o diseños. Da gusto no tener que aguantar la respiración para cerrarte un par de jeans. Da gusto salir de la tienda con dos blusas, dos camisetas, una falda y un abrigo de punto por exactamente Q400. Y bueno, aunque considero esta historia un golpe de suerte, en este espacio suelen haber etiquetas naranjas casi todo el tiempo, como esa maravillosa blusa/túnica que una vez compré por Q60.

“Si en la vida real encontrara un lugar que me hiciera sentir lo mismo que Tiffany’s, compraría muebles y le daría un nombre al gato”, decía Holly. Pues bien, si en la vida real encontrara un lugar que me hiciera sentir lo mismo que Forever 21 esa noche, prepararía margaritas y daría una fiesta.

*Por Priscilla León, editora, periodista y Fashion lover. Su sentido del humor no tiene límites.

Blog de Moda: Forever 21 para aliviar los días rojos*

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25 de junio, 2017

Holly Golightly, la protagonista de Breakfast at Tiffany’s, afirmaba que los “días rojos” eran peores que los azules, pues tenías miedo y no sabías por qué. La única forma de aliviarlos, confesaba, era subir a un taxi y visitar Tiffany & Co., la enigmática joyería neoyorquina. “Nada malo podría pasarte ahí”,  decía el personaje encarnado por Audrey Hepburn.

Pues bien, si eres una veinteañera (plus size o no) y te gusta la moda, pero tu cuenta bancaria aún no te permite obligar a Karl Lagerfeld a hacerte un vestido, tu versión de la Quinta Avenida tendría que ser… un centro comercial. Y tu Tiffany’s… Forever 21. Que no te asuste el amarillo chillón de sus bolsas, la realidad es que esta es una de las pocas marcas que ofrecen prendas XL en un espacio que no es XS, cambian de stock constantemente y sus precios son accesibles. Por eso, a diferencia de Holly, puedes más que “ver”.

Hace un par de viernes, el destino quiso que me quedara en Oakland Mall mientras pasaba la lluvia (y bajaba la tarifa de Uber). Decidí “vitrinear” en Forever 21, pero lo único que vi fueron los carteles de “SALE”. La palabra me gusta poco, entré sin mucha convicción, pero pronto cambié de idea. Tshirts, jeans, faldas, vestidos y suéteres se manifestaron con maravillosas mini etiquetas naranjas y números tan escandalosos como Q40 o Q60 (/sarcasm).

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Debían ser las ocho de la noche. La gente con vida social seguramente estaba en el cine o cenando y  en la tienda tenías tiempo para flotar entre los percheros. Los vestidores estaban casi desiertos y podías probarte la ropa sin prisas. Por cierto, esta última actividad es esencial. No nos dejemos llevar por las tallas, debemos medirnos las prendas frente al espejo, movernos con ellas y detectar cualquier cosa que quede fuera de sitio. Además, los artículos en SALE no tienen cambio.

Da gusto tomar una prenda y saber que si no te queda, hay más números o diseños. Da gusto no tener que aguantar la respiración para cerrarte un par de jeans. Da gusto salir de la tienda con dos blusas, dos camisetas, una falda y un abrigo de punto por exactamente Q400. Y bueno, aunque considero esta historia un golpe de suerte, en este espacio suelen haber etiquetas naranjas casi todo el tiempo, como esa maravillosa blusa/túnica que una vez compré por Q60.

“Si en la vida real encontrara un lugar que me hiciera sentir lo mismo que Tiffany’s, compraría muebles y le daría un nombre al gato”, decía Holly. Pues bien, si en la vida real encontrara un lugar que me hiciera sentir lo mismo que Forever 21 esa noche, prepararía margaritas y daría una fiesta.

*Por Priscilla León, editora, periodista y Fashion lover. Su sentido del humor no tiene límites.