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“Máximo Cajal siempre mantuvo la versión de que no sabía nada”

Henry Pocasangre
31 de enero, 2020

Máximo Cajal era un diplomático abiertamente de izquierda que llegó a Guatemala enviado por un canciller conservador. Siempre tuvo interés en el Conflicto Armado Interno.

Entrevista 

Manuel Aguilera, un periodista español, conoció de cerca a Cajal cuando este fue parte de un reportaje transmitido por el canal LaSexta hace una década en España.

Aguilera recuerda al embajador como un personaje enérgico que se vio involucrado en varias polémicas por su tendencia ideológica.

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El periodista habló con República sobre el contexto político en el que se desenvolvió el diplomático y la versión que España le creyó.

¿Cómo aparece Máximo Cajal en la historia?

Hay que recordar enero que en 1980, a poco de la muerte del dictador Mauricio Franco, la democracia española era muy joven, apenas cuatro o cinco años, con unas elecciones en 1977. 

Después se aprueba la Constitución y en 1979 hay un gobierno de la Unión del Centro Democrático, que era un partido de centro derecha con muchas fracturas internas, una oposición socialista muy grande liderada por Felipe González.

En ese contexto, en enero de 1980 tenemos un ministro de asuntos exteriores, cuyo nombre es Marcelino Oreja Aguirre, un político conservador que acabó su carrera en el Partido Popular de la derecha que todavía sigue vigente en la actualidad política española.

Tenemos un diplomático de carrera que es Máximo Cajal, que empieza a ejercer en tiempos de Franco, de hecho hay una fotografía histórica muy curiosa en la que él hizo de mediador en un encuentro que hubo en 1970 entre el dictador Franco y el expresidente francés Charles de Gaulle. Se ve a los dos grandes personajes, el intermediario o traductor es Cajal.

Máximo era de izquierda, en ese contexto de la época no es extraño que un ministro conservador tuviera en algunos países embajadores que no estuvieran en sintonía con la ideología del gobierno de entonces, eso no impidió que Marcelino Oreja apoyara cien por cien las versiones desde el primer momento que Máximo Cajal dio sobre este tema.

Embajador Máximo Cajal durante una reunión oficial. (Foto República: Google)

¿Máximo Cajal era comunista?

Era un diplomático de carrera, hay embajadores que son nombrados directamente por el gobierno y no son de carrera, era lógico que se colara un embajador de izquierda aunque hubiera un gobierno de centro derecha.

Tampoco Guatemala era un país para España de una relación prioritaria, en una relación prioritaria podemos hablar de Estados Unidos, tal vez de México. Guatemala es un país muy pequeño.

A lo mejor no se les dio la importancia estratégica al nombrar un embajador que estuviera en sintonía total con ese gobierno de centro derecha. 

Cuando Cajal regresó a España, ¿Qué pasó?

Cajal cuando sale de la Embajada en Guatemala en 1982, se produce el triunfo socialista, el triunfo del Partido Obrero Socialista Español con Felipe González al frente.

El señor Cajal tuvo varios puestos importantes, se habló incluso de que pudo llegar a ministro pero diversas iniciativas suyas crearon mucha polémica después de este tema de Guatemala que le marcó mucho.

¿Cuáles son esas polémicas?

Por ejemplo, escribió un libro en el que promovía que España debía devolver a Marruecos los territorios de Ceuta y Melilla, eso provocó un gran disgusto en los sectores políticos, se tuvo que quitar de la primera línea.

También defendió que Irán pudiera tener armamento atómico. Otra polémica es la alianza de civilizaciones que se inventa el presidente Rodríguez Zapatero, a él le nombra líder de este programa de Alianza de las Civilizaciones que era un acercamiento al mundo islámico en un momento en que el islamismo radical había golpeado a Estados Unidos con el atentado de las Torres Gemelas y a España con el atentado del 11M.

Otra de sus polémicas vino cuando renuncia siendo embajador de Francia por un desencuentro con el presidente José María Aznar.

Más tarde abandona la carrera diplomática porque no está de acuerdo con la política exterior de Aznar.

Siempre ha ejercido la diplomacia de una manera muy política, y siempre con posiciones de izquierda, más a la izquierda de lo que fue su partido. Su tendencia izquierdista hizo que tuviera problemas en distintos momentos con el partido socialista.

¿Cómo fue recibido Cajal cuando regresó a España?

Los políticos en España, el Partido Socialista por supuesto, pero la UCD, que en su momento estaba en el gobierno cuando ocurre lo de Guatemala, siempre dieron un apoyo total a la versión de Máximo Cajal. 

Esa versión fue recogida por toda la prensa española. Fuera de si era de izquierda o derecha, nunca se ha investigado a fondo este asunto, nosotros en el programa Elegidos que se emitió en LaSexta en 2006, hicimos un reportaje en profundidad, le entrevistamos e invitamos al estudio, tuve la oportunidad de hablar con él y conocer su versión.

¿Cuál era la versión del embajador sobre la toma?

Siempre mantuvo la versión de que no sabía nada, que fue una sorpresa, pero él era muy consciente de que un sector de la sociedad guatemalteca, él habla de oligarquía, pero sabía que era mucho más que oligarquía.

Hay mucha gente en Guatemala que pone en duda que él no tuviera conocimiento o estuviera en conveniencia con los campesinos y los estudiantes que entraron en la embajada.

Y su percepción de Cajal ¿cuál fue?

En la entrevista con Juan Ramón Lucas, que era el conductor del programa que yo dirigía, llega a decir algo así como “Si yo hubiera organizado eso no habría salido tan mal”. 

Me llamó mucho la atención que cuando el periodista le pregunta las motivaciones por las que este grupo de estudiantes tomó la embajada, él tenía muy claras las motivaciones, lo dijo de un tirón, lo que estarían buscando; pues una llamada de atención al gobierno, a la comunidad internacional.

Osea que siempre quedará esa duda, porque lamentablemente el señor Cajal ya falleció, pero hay muchos agujeros negros y una cierta lógica que él después de ese viaje al Quiché, del que nunca llegó a informar en condiciones a las autoridades españolas, pudo tener contactos con este grupo de guerrilleros o campesinos, haber pactado con ellos una actuación que acabó de una manera tan fatal como acabó.

Lee el especial completo:

“Máximo Cajal siempre mantuvo la versión de que no sabía nada”

Henry Pocasangre
31 de enero, 2020

Máximo Cajal era un diplomático abiertamente de izquierda que llegó a Guatemala enviado por un canciller conservador. Siempre tuvo interés en el Conflicto Armado Interno.

Entrevista 

Manuel Aguilera, un periodista español, conoció de cerca a Cajal cuando este fue parte de un reportaje transmitido por el canal LaSexta hace una década en España.

Aguilera recuerda al embajador como un personaje enérgico que se vio involucrado en varias polémicas por su tendencia ideológica.

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El periodista habló con República sobre el contexto político en el que se desenvolvió el diplomático y la versión que España le creyó.

¿Cómo aparece Máximo Cajal en la historia?

Hay que recordar enero que en 1980, a poco de la muerte del dictador Mauricio Franco, la democracia española era muy joven, apenas cuatro o cinco años, con unas elecciones en 1977. 

Después se aprueba la Constitución y en 1979 hay un gobierno de la Unión del Centro Democrático, que era un partido de centro derecha con muchas fracturas internas, una oposición socialista muy grande liderada por Felipe González.

En ese contexto, en enero de 1980 tenemos un ministro de asuntos exteriores, cuyo nombre es Marcelino Oreja Aguirre, un político conservador que acabó su carrera en el Partido Popular de la derecha que todavía sigue vigente en la actualidad política española.

Tenemos un diplomático de carrera que es Máximo Cajal, que empieza a ejercer en tiempos de Franco, de hecho hay una fotografía histórica muy curiosa en la que él hizo de mediador en un encuentro que hubo en 1970 entre el dictador Franco y el expresidente francés Charles de Gaulle. Se ve a los dos grandes personajes, el intermediario o traductor es Cajal.

Máximo era de izquierda, en ese contexto de la época no es extraño que un ministro conservador tuviera en algunos países embajadores que no estuvieran en sintonía con la ideología del gobierno de entonces, eso no impidió que Marcelino Oreja apoyara cien por cien las versiones desde el primer momento que Máximo Cajal dio sobre este tema.

Embajador Máximo Cajal durante una reunión oficial. (Foto República: Google)

¿Máximo Cajal era comunista?

Era un diplomático de carrera, hay embajadores que son nombrados directamente por el gobierno y no son de carrera, era lógico que se colara un embajador de izquierda aunque hubiera un gobierno de centro derecha.

Tampoco Guatemala era un país para España de una relación prioritaria, en una relación prioritaria podemos hablar de Estados Unidos, tal vez de México. Guatemala es un país muy pequeño.

A lo mejor no se les dio la importancia estratégica al nombrar un embajador que estuviera en sintonía total con ese gobierno de centro derecha. 

Cuando Cajal regresó a España, ¿Qué pasó?

Cajal cuando sale de la Embajada en Guatemala en 1982, se produce el triunfo socialista, el triunfo del Partido Obrero Socialista Español con Felipe González al frente.

El señor Cajal tuvo varios puestos importantes, se habló incluso de que pudo llegar a ministro pero diversas iniciativas suyas crearon mucha polémica después de este tema de Guatemala que le marcó mucho.

¿Cuáles son esas polémicas?

Por ejemplo, escribió un libro en el que promovía que España debía devolver a Marruecos los territorios de Ceuta y Melilla, eso provocó un gran disgusto en los sectores políticos, se tuvo que quitar de la primera línea.

También defendió que Irán pudiera tener armamento atómico. Otra polémica es la alianza de civilizaciones que se inventa el presidente Rodríguez Zapatero, a él le nombra líder de este programa de Alianza de las Civilizaciones que era un acercamiento al mundo islámico en un momento en que el islamismo radical había golpeado a Estados Unidos con el atentado de las Torres Gemelas y a España con el atentado del 11M.

Otra de sus polémicas vino cuando renuncia siendo embajador de Francia por un desencuentro con el presidente José María Aznar.

Más tarde abandona la carrera diplomática porque no está de acuerdo con la política exterior de Aznar.

Siempre ha ejercido la diplomacia de una manera muy política, y siempre con posiciones de izquierda, más a la izquierda de lo que fue su partido. Su tendencia izquierdista hizo que tuviera problemas en distintos momentos con el partido socialista.

¿Cómo fue recibido Cajal cuando regresó a España?

Los políticos en España, el Partido Socialista por supuesto, pero la UCD, que en su momento estaba en el gobierno cuando ocurre lo de Guatemala, siempre dieron un apoyo total a la versión de Máximo Cajal. 

Esa versión fue recogida por toda la prensa española. Fuera de si era de izquierda o derecha, nunca se ha investigado a fondo este asunto, nosotros en el programa Elegidos que se emitió en LaSexta en 2006, hicimos un reportaje en profundidad, le entrevistamos e invitamos al estudio, tuve la oportunidad de hablar con él y conocer su versión.

¿Cuál era la versión del embajador sobre la toma?

Siempre mantuvo la versión de que no sabía nada, que fue una sorpresa, pero él era muy consciente de que un sector de la sociedad guatemalteca, él habla de oligarquía, pero sabía que era mucho más que oligarquía.

Hay mucha gente en Guatemala que pone en duda que él no tuviera conocimiento o estuviera en conveniencia con los campesinos y los estudiantes que entraron en la embajada.

Y su percepción de Cajal ¿cuál fue?

En la entrevista con Juan Ramón Lucas, que era el conductor del programa que yo dirigía, llega a decir algo así como “Si yo hubiera organizado eso no habría salido tan mal”. 

Me llamó mucho la atención que cuando el periodista le pregunta las motivaciones por las que este grupo de estudiantes tomó la embajada, él tenía muy claras las motivaciones, lo dijo de un tirón, lo que estarían buscando; pues una llamada de atención al gobierno, a la comunidad internacional.

Osea que siempre quedará esa duda, porque lamentablemente el señor Cajal ya falleció, pero hay muchos agujeros negros y una cierta lógica que él después de ese viaje al Quiché, del que nunca llegó a informar en condiciones a las autoridades españolas, pudo tener contactos con este grupo de guerrilleros o campesinos, haber pactado con ellos una actuación que acabó de una manera tan fatal como acabó.

Lee el especial completo: