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La operación Angelus que llevó a la captura de los secuestradores de San Juan

Ana González
28 de febrero, 2020

Angelus fue el nombre que el Comando Antisecuestros utilizó para buscar a los responsables del secuestro y asesinato de dos niños en Cerro Alto, San Juan Sacatepéquez.

El caso de Oscar Top y Carlos Xiquin en el Caserío Ajvix fue uno de los 24 casos que estuvo a cargo del Comando Antisecuestros en 2017.

Nery Benito Hernández, subdirector de general de investigación criminal de la Policía Nacional Civil, aún recuerda la captura y condena de los cuatro secuestradores.

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El caso llamó la atención de las autoridades no solo porque se trataba del secuestro de niños sino porque en San Juan Sacatepéquez no tenían registro de estos hechos.

Hace unos 15 años el municipio sufrió la presencia de pandilleros, pero los pobladores lincharon a dos de sus integrantes y recuperaron la tranquilidad, que años después fue golpeada con el secuestro de Oscar y Carlos.

La investigación

La efectividad del Comando Antisecuestros es muy alta. Su trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional. Sin embargo, este caso no tuvo el final que se esperaba. Los niños murieron.

Benito relata que la alerta del secuestro llegó pocas horas antes que los niños fueran asesinados. Esta forma de operar mostró que los captores no buscaban el dinero sino la venganza, así lo confirmó la investigación.

El móvil fue un problema de tierras. Era una estructura emergente y actuó en venganza de los familiares de los menores“, declaró Benito.

Al no lograr salvar a los menores, el esfuerzo de las autoridades se concentró en ubicar a los responsables. Cinco meses fueron suficientes para identificar a los responsables. Las cámaras de videovigilancia fueron clave para localizar el vehículo y el lugar de dónde efectuaron las llamadas para exigir el rescate.

La última llamada de los secuestradores fue captada por una cámara de videovigilancia en la Colonia La Florida, zona 19.

El 27 de julio del 2017 cuatro personas fueron capturadas. Solo una de ellas vivía en Cerro Alto. La versión que todo se derivó por una venganza fue confirmada. Una de las personas estaba en disputa con el papá de uno de los menores por un terreno.

Los responsables purgan una condena de 200 años. María del Rosario Patzán pasa sus días en la cárcel para mujeres Santa Teresa.

Mientras que Juan Peruch, Francisco Baten y Augusto Baten lo hacen en el Centro Preventivo de zona 18.

Los secuestros en Guatemala

Hace unos 20 años el país se enfrentaba a estructuras criminales que vivían del secuestro. Agosto Negro y Los Pasaco fueron un ejemplo. La crueldad de sus crímenes hizo temblar a la ciudadanía.

La Banda Agosto Negro liderada por Rigoberto Morales, alias Rigo Rico, causó terror en los 90’s. A esta banda se le atribuye la muerte de Danita González Plank, el 6 de enero de 1998.

La víctima, quien fue plagiada con su hija de seis meses, era hija del excandidato a la vicepresidencia del Partido Libertador Progresista (PLP), Daniel González.

La pequeña apareció, pero el cuerpo de González Plank fue encontrado días después. La fiscal que llevaba el caso también fue asesinada.

Los Pasaco fue otra estructura criminal que hizo estragos en el país. Uno de sus crímenes fue el de Isabel Bonifasi de Botrán en 1996. Pese a que se pagó el rescate, fue asesinada.

Los secuestros bajan pero aparecen las simulaciones

En los últimos años los secuestros han ido en descenso. Las autoridades lo atribuyen al número de bandas desarticuladas: 38 en los últimos 10 años.

Los resultados son fruto de los 23 años del grupo élite que estuvo a cargo de Víctor Rivera, el investigador venezolano asesinado en 2008.

En 2010 se reportaron 261 secuestros, mientras que el 2019 cerró con 17 casos, según la Policía Nacional Civil.

Los 50 investigadores que integran el comando han llevado a la captura de más de 800 personas en la última década.

Sin embargo, otra de las razones por las cuales ha descendido la incidencia de secuestros, es que las bandas se dieron cuenta que la inversión en tiempo y recursos que deben invertirse en logística para identificar, vigilar, coptar y resguardar a las víctimas es muy costosa.

Y si a ello, se suma, el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad para identificar a los victimarios, este tipo de delito ha dejado de ser rentable para los delincuentes.

Y aunque las denuncias de secuestros persisten aún con menor intensidad, las autoridades se han percatado que muchos de estos casos, corresponden a autosecuestros o secuestros fingidos con los que algunas personas pretenden acceder a recursos de padres o parejas, que no conseguirían de otra forma.

Por otro lado, los delincuentes al dejar de lado los secuestros, se han dedicado a otro delito que se ha convertido en el verdadero problema actual y que requiere mucho menos recursos, pero que mantiene en vilo a la población: la extorsión.

MP preocupado por simulaciones

Aunque el MP y la Policía registran de diferente forma los casos relacionados con secuestro, están de acuerdo en el aparecimiento de las simulaciones de plagio.

La Policía, en especial el Comando Antisecuestros registra los secuestros como “casos reales” y simulaciones, mientras que el Ministerio Público lo hace con datos generales.

Por ejemplo, en 2010 la Policía señala que hubo 126 simulaciones, en 2012 subió a 199 y en 2019, 88.

Las simulaciones se usan por hijos, esposos o personas que intentan ocultar alguna conducta irregular en su hogar o lugar de trabajo.

Por ejemplo, está el caso de un menor que fingió un secuestro para contar con dinero para comprar un celular. O el del esposo que toda la noche pasó gastando dinero y al otro día fingió un plagio.

También el de un maestro que viajó a Estados Unidos, pero para evitar problemas en su trabajo, fingió un secuestro, el problema para el docente fue que lo detuvieron en México.

Y así el MP ha documentado otros casos que preocupan porque se usa gran cantidad de recursos humanos y materiales por personas que no miden el alcance de sus actos.


La operación Angelus que llevó a la captura de los secuestradores de San Juan

Ana González
28 de febrero, 2020

Angelus fue el nombre que el Comando Antisecuestros utilizó para buscar a los responsables del secuestro y asesinato de dos niños en Cerro Alto, San Juan Sacatepéquez.

El caso de Oscar Top y Carlos Xiquin en el Caserío Ajvix fue uno de los 24 casos que estuvo a cargo del Comando Antisecuestros en 2017.

Nery Benito Hernández, subdirector de general de investigación criminal de la Policía Nacional Civil, aún recuerda la captura y condena de los cuatro secuestradores.

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El caso llamó la atención de las autoridades no solo porque se trataba del secuestro de niños sino porque en San Juan Sacatepéquez no tenían registro de estos hechos.

Hace unos 15 años el municipio sufrió la presencia de pandilleros, pero los pobladores lincharon a dos de sus integrantes y recuperaron la tranquilidad, que años después fue golpeada con el secuestro de Oscar y Carlos.

La investigación

La efectividad del Comando Antisecuestros es muy alta. Su trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional. Sin embargo, este caso no tuvo el final que se esperaba. Los niños murieron.

Benito relata que la alerta del secuestro llegó pocas horas antes que los niños fueran asesinados. Esta forma de operar mostró que los captores no buscaban el dinero sino la venganza, así lo confirmó la investigación.

El móvil fue un problema de tierras. Era una estructura emergente y actuó en venganza de los familiares de los menores“, declaró Benito.

Al no lograr salvar a los menores, el esfuerzo de las autoridades se concentró en ubicar a los responsables. Cinco meses fueron suficientes para identificar a los responsables. Las cámaras de videovigilancia fueron clave para localizar el vehículo y el lugar de dónde efectuaron las llamadas para exigir el rescate.

La última llamada de los secuestradores fue captada por una cámara de videovigilancia en la Colonia La Florida, zona 19.

El 27 de julio del 2017 cuatro personas fueron capturadas. Solo una de ellas vivía en Cerro Alto. La versión que todo se derivó por una venganza fue confirmada. Una de las personas estaba en disputa con el papá de uno de los menores por un terreno.

Los responsables purgan una condena de 200 años. María del Rosario Patzán pasa sus días en la cárcel para mujeres Santa Teresa.

Mientras que Juan Peruch, Francisco Baten y Augusto Baten lo hacen en el Centro Preventivo de zona 18.

Los secuestros en Guatemala

Hace unos 20 años el país se enfrentaba a estructuras criminales que vivían del secuestro. Agosto Negro y Los Pasaco fueron un ejemplo. La crueldad de sus crímenes hizo temblar a la ciudadanía.

La Banda Agosto Negro liderada por Rigoberto Morales, alias Rigo Rico, causó terror en los 90’s. A esta banda se le atribuye la muerte de Danita González Plank, el 6 de enero de 1998.

La víctima, quien fue plagiada con su hija de seis meses, era hija del excandidato a la vicepresidencia del Partido Libertador Progresista (PLP), Daniel González.

La pequeña apareció, pero el cuerpo de González Plank fue encontrado días después. La fiscal que llevaba el caso también fue asesinada.

Los Pasaco fue otra estructura criminal que hizo estragos en el país. Uno de sus crímenes fue el de Isabel Bonifasi de Botrán en 1996. Pese a que se pagó el rescate, fue asesinada.

Los secuestros bajan pero aparecen las simulaciones

En los últimos años los secuestros han ido en descenso. Las autoridades lo atribuyen al número de bandas desarticuladas: 38 en los últimos 10 años.

Los resultados son fruto de los 23 años del grupo élite que estuvo a cargo de Víctor Rivera, el investigador venezolano asesinado en 2008.

En 2010 se reportaron 261 secuestros, mientras que el 2019 cerró con 17 casos, según la Policía Nacional Civil.

Los 50 investigadores que integran el comando han llevado a la captura de más de 800 personas en la última década.

Sin embargo, otra de las razones por las cuales ha descendido la incidencia de secuestros, es que las bandas se dieron cuenta que la inversión en tiempo y recursos que deben invertirse en logística para identificar, vigilar, coptar y resguardar a las víctimas es muy costosa.

Y si a ello, se suma, el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad para identificar a los victimarios, este tipo de delito ha dejado de ser rentable para los delincuentes.

Y aunque las denuncias de secuestros persisten aún con menor intensidad, las autoridades se han percatado que muchos de estos casos, corresponden a autosecuestros o secuestros fingidos con los que algunas personas pretenden acceder a recursos de padres o parejas, que no conseguirían de otra forma.

Por otro lado, los delincuentes al dejar de lado los secuestros, se han dedicado a otro delito que se ha convertido en el verdadero problema actual y que requiere mucho menos recursos, pero que mantiene en vilo a la población: la extorsión.

MP preocupado por simulaciones

Aunque el MP y la Policía registran de diferente forma los casos relacionados con secuestro, están de acuerdo en el aparecimiento de las simulaciones de plagio.

La Policía, en especial el Comando Antisecuestros registra los secuestros como “casos reales” y simulaciones, mientras que el Ministerio Público lo hace con datos generales.

Por ejemplo, en 2010 la Policía señala que hubo 126 simulaciones, en 2012 subió a 199 y en 2019, 88.

Las simulaciones se usan por hijos, esposos o personas que intentan ocultar alguna conducta irregular en su hogar o lugar de trabajo.

Por ejemplo, está el caso de un menor que fingió un secuestro para contar con dinero para comprar un celular. O el del esposo que toda la noche pasó gastando dinero y al otro día fingió un plagio.

También el de un maestro que viajó a Estados Unidos, pero para evitar problemas en su trabajo, fingió un secuestro, el problema para el docente fue que lo detuvieron en México.

Y así el MP ha documentado otros casos que preocupan porque se usa gran cantidad de recursos humanos y materiales por personas que no miden el alcance de sus actos.