Durante miles de años la escultura también ha sido considerada una obra de arte y llenado el espíritu de la vida humana.
Al igual que la pintura, la escultura en Guatemala ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del arte moderno y contemporáneo.
Cada escultura que apreciamos en el país muestra la visión particular de la realidad y la propia sensibilidad del artista que la moldeó.
Uno de los máximos exponentes de la escultura en Guatemala, es Max Leiva. Varias de sus obras pueden apreciarse en calles, avenidas y plazas de la ciudad.
En su trayectoria, Leiva ha demostrado que la escultura puede conjugar refinamiento y expresividad, rigidez y contraste.
¿Quién es Max Leiva?
Es un destacado escultor guatemalteco y universal. Nació en la ciudad de Guatemala en 1966. Su trayectoria como escultor reúne tres décadas desarrollando obra de pequeño y gran formato, así como esculturas urbanas de personaje ilustres.
Leiva estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), de 1988 a 1993, y se graduó de Bachiller en Arte con especialización en escultura.
“Decidí estudiar arte porque considero que los artistas nos ayudan a entender y a darle sentido a la vida”, expresó Leiva.
Su modalidad en el arte juega en lo figurativo o en lo abstracto. Mientras que en su estilo predomina tanto el realismo como el surrealismo. Sus técnicas son: lápiz, modelado, talla directa, resina, madera y bronce.
El mestizaje de las culturas encontró en Max Leiva, a un embajador y creador talentoso.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), le apoyó con una beca de estudios.
Gracias a ese apoyo, de 1991 a 1993, Leiva tuvo la oportunidad de afianzar su pasión por el arte en la Universidad de Silpakorn, Bangkok, Tailandia.
Pasión por el deporte
Max Leiva también es un apasionado del deporte. En su carrera como deportista, participó en ciclismo en las Olimpiadas de Los Ángeles 1984 y Seúl 1988. Para Leiva el arte y el deporte influyen en el desarrollo intelectual y espiritual de una persona.
“Siempre me gustó el deporte. En la escuela disfrutaba correr y siempre tuve una afición por la equitación”, comentó.
El trabajo de Leiva explora los límites físicos y atléticos de la forma humana, a menudo colocando las figuras dentro de un contexto arquitectónico. Su estilo está inspirado en sus viajes por el mundo y sus experiencias de vida.
Algunas de sus obras son:
Monumento a Miguel Ángel Asturias, Avenida de La Reforma, Guatemala (1999).
Monumento Obelisco de La República, zona 4 de Guatemala (2011).
Pegaso, Plaza de la Defensa de la Constitución, Corte de Constitucionalidad, Guatemala (2011).