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Empodérate mujer, rompe el círculo de la violencia

Redacción República
07 de noviembre, 2014

Hoy es un insulto, una humillación o una amenaza, mañana
podrán ser golpes, después será forzarte a tener relaciones sexuales, luego
despojarte de tus pertenencias. Sin importar cuál de esas formas de violencia viva una
mujer, en lugar de disminuir irá en aumento, por lo que es momento de poner un
alto para evitar que se convierta en un estilo de vida.

Así como se muestra en el video, miles de mujeres sufren
violencia doméstica en Guatemala. Para poder superarlo primeramente la mujer
debe aceptar que vive el problema y que es víctima
, indica Angélica Valenzuela,
directora del Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer (CICAM),
una organización sin fines de lucro fundada en 1999 con el objetivo de trabajar
por la vigencia de los derechos humanos de las mujeres, principalmente en el
ejercicio de la sexualidad sin prejuicios y ser libres de la violencia. Enfatiza
que es importante que la mujer no asuma que es la provocadora de la violencia
sino que se dé cuenta que no se merece una vida así para que decida cambiar su
situación.

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Según el Ministerio Público (MP), alrededor de 3 mil 800
mujeres en todo el país denuncian ser
víctimas de violencia mensualmente, en tanto, la Policía Nacional Civil
(PNC) reporta aproximadamente 1 mil 500
casos en el mismo período, informa Valenzuela. Debido a que el CICAM tiene un convenio de
colaboración con dichas instituciones, así como con el Organismo Judicial (OJ),
las víctimas son referidas a dicho centro de atención para recibir apoyo
psicológico.

“No queremos ser una
organización asistencialista en el sentido de acompañarlas y llevarlas del
brazo y hacerles todo. Invalidamos su mismo proceso de crecimiento al darles
herramientas y facilitarles otras a nivel legal para que ellas vayan ejerciendo
sus derechos”
, dice Valenzuela.

Entre esas herramientas se encuentra el apoyo psicológico
donde las mujeres reciben terapia individual, aquí manejan una técnica
que se llama psicoterapia breve de emergencia, contenida en cinco sesiones de
terapia que duran entre 45 minutos a 1 hora cada una. La frecuencia puede ser
cada ocho o 15 días, que sería lo óptimo, pero las mujeres son las que deciden
la periodicidad, explica la directora del CICAM.

Proceso de recuperación emocional, el más diverso

Angélica Valenzuela indica que la parte más demandante,
tanto para CICAM como para cualquier otra organización que apoye a mujeres
víctimas de violencia, es adecuar técnicas, conocimientos y metodologías para
atender la recuperación emocional, ya que cada mujer responde de diferente
manera a la violencia. Puntualiza que la parte emocional es el eje del cambio.

Para este tema realizan talleres psicoterapéuticos para
trabajar con ellas las secuelas de la violencia, los talleres son abiertos, pueden
llegar las veces que quieren, es un límite de 15 participantes por taller,
explica.

También idearon una metodología llamada terapia del arte,
contenida en ocho módulos, donde las mujeres participan en ocho sesiones
guiadas. En esos talleres hacen máscaras, títeres, los pintan, además realizan danzaterapia,
aromaterapia, risoterapia, entre otras, una detrás de la otra que les ha
funcionado muy bien, asegura Valenzuela.

Ocuparse para empoderarse

“Para que una mujer pueda empoderarse lo primero que tiene que
hacer es ocupar su mente”
, asegura Angélica Valenzuela. Por ello la intención
del CICAM es que las mujeres busquen ocuparse más allá de las cuestiones
domésticas de su casa porque necesitan desarrollar capacidades para generar
ingresos y cortar la mayor dependencia que puedan, tanto la económica como la psicológica.
Refiere
que una de las mayores limitaciones de las mujeres en cuanto a la violencia es
que no tienen el acceso a los recursos por ello es importante que logren
independizarse económicamente.

Al desarrollar esas capacidades las mujeres logran buscar
alternativas para encontrar un empleo
fijo, dedicarse a las ventas, prepararse yendo
a cursos, entre otras cosas, con lo que han comprobado que es posible
cambiar sus vidas y romper el círculo de la violencia. Es de suma importancia que
ellas tengan la voluntad de hacerlo, indica, de lo contrario el apoyo se
dificulta. Da a conocer que es satisfactorio darse cuenta que actualmente la
psicología se ve desde una perspectiva diferente porque más mujeres se atreven
a buscar apoyo para superar las secuelas de la violencia.

Comenta que en 2006 que abrieron los centros de atención en
la ciudad capital y algunos puntos del interior del país, del 100% de las
mujeres que pidieron apoyo solamente el 12% permanecía en las terapias de
recuperación, ahora permanece el 33%. Actualmente cuentan con nueve sedes
alrededor del país y ocho en cabeceras departamentales.

El Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer
(CICAM), da seguimiento a cada caso de las mujeres víctimas de la violencia
porque reconocen que es un proceso constante. Asimismo, se ocupan de darle
continuidad a los registros de las denuncias para medir el tiempo de la gestión de respuesta de las
autoridades.

“La violencia contra la mujer es un delito, quien te agrede
no lo hace porque te ama, al contrario, lo que hará es destruirte”
, finaliza.

Empodérate mujer, rompe el círculo de la violencia

Redacción República
07 de noviembre, 2014

Hoy es un insulto, una humillación o una amenaza, mañana
podrán ser golpes, después será forzarte a tener relaciones sexuales, luego
despojarte de tus pertenencias. Sin importar cuál de esas formas de violencia viva una
mujer, en lugar de disminuir irá en aumento, por lo que es momento de poner un
alto para evitar que se convierta en un estilo de vida.

Así como se muestra en el video, miles de mujeres sufren
violencia doméstica en Guatemala. Para poder superarlo primeramente la mujer
debe aceptar que vive el problema y que es víctima
, indica Angélica Valenzuela,
directora del Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer (CICAM),
una organización sin fines de lucro fundada en 1999 con el objetivo de trabajar
por la vigencia de los derechos humanos de las mujeres, principalmente en el
ejercicio de la sexualidad sin prejuicios y ser libres de la violencia. Enfatiza
que es importante que la mujer no asuma que es la provocadora de la violencia
sino que se dé cuenta que no se merece una vida así para que decida cambiar su
situación.

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Según el Ministerio Público (MP), alrededor de 3 mil 800
mujeres en todo el país denuncian ser
víctimas de violencia mensualmente, en tanto, la Policía Nacional Civil
(PNC) reporta aproximadamente 1 mil 500
casos en el mismo período, informa Valenzuela. Debido a que el CICAM tiene un convenio de
colaboración con dichas instituciones, así como con el Organismo Judicial (OJ),
las víctimas son referidas a dicho centro de atención para recibir apoyo
psicológico.

“No queremos ser una
organización asistencialista en el sentido de acompañarlas y llevarlas del
brazo y hacerles todo. Invalidamos su mismo proceso de crecimiento al darles
herramientas y facilitarles otras a nivel legal para que ellas vayan ejerciendo
sus derechos”
, dice Valenzuela.

Entre esas herramientas se encuentra el apoyo psicológico
donde las mujeres reciben terapia individual, aquí manejan una técnica
que se llama psicoterapia breve de emergencia, contenida en cinco sesiones de
terapia que duran entre 45 minutos a 1 hora cada una. La frecuencia puede ser
cada ocho o 15 días, que sería lo óptimo, pero las mujeres son las que deciden
la periodicidad, explica la directora del CICAM.

Proceso de recuperación emocional, el más diverso

Angélica Valenzuela indica que la parte más demandante,
tanto para CICAM como para cualquier otra organización que apoye a mujeres
víctimas de violencia, es adecuar técnicas, conocimientos y metodologías para
atender la recuperación emocional, ya que cada mujer responde de diferente
manera a la violencia. Puntualiza que la parte emocional es el eje del cambio.

Para este tema realizan talleres psicoterapéuticos para
trabajar con ellas las secuelas de la violencia, los talleres son abiertos, pueden
llegar las veces que quieren, es un límite de 15 participantes por taller,
explica.

También idearon una metodología llamada terapia del arte,
contenida en ocho módulos, donde las mujeres participan en ocho sesiones
guiadas. En esos talleres hacen máscaras, títeres, los pintan, además realizan danzaterapia,
aromaterapia, risoterapia, entre otras, una detrás de la otra que les ha
funcionado muy bien, asegura Valenzuela.

Ocuparse para empoderarse

“Para que una mujer pueda empoderarse lo primero que tiene que
hacer es ocupar su mente”
, asegura Angélica Valenzuela. Por ello la intención
del CICAM es que las mujeres busquen ocuparse más allá de las cuestiones
domésticas de su casa porque necesitan desarrollar capacidades para generar
ingresos y cortar la mayor dependencia que puedan, tanto la económica como la psicológica.
Refiere
que una de las mayores limitaciones de las mujeres en cuanto a la violencia es
que no tienen el acceso a los recursos por ello es importante que logren
independizarse económicamente.

Al desarrollar esas capacidades las mujeres logran buscar
alternativas para encontrar un empleo
fijo, dedicarse a las ventas, prepararse yendo
a cursos, entre otras cosas, con lo que han comprobado que es posible
cambiar sus vidas y romper el círculo de la violencia. Es de suma importancia que
ellas tengan la voluntad de hacerlo, indica, de lo contrario el apoyo se
dificulta. Da a conocer que es satisfactorio darse cuenta que actualmente la
psicología se ve desde una perspectiva diferente porque más mujeres se atreven
a buscar apoyo para superar las secuelas de la violencia.

Comenta que en 2006 que abrieron los centros de atención en
la ciudad capital y algunos puntos del interior del país, del 100% de las
mujeres que pidieron apoyo solamente el 12% permanecía en las terapias de
recuperación, ahora permanece el 33%. Actualmente cuentan con nueve sedes
alrededor del país y ocho en cabeceras departamentales.

El Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer
(CICAM), da seguimiento a cada caso de las mujeres víctimas de la violencia
porque reconocen que es un proceso constante. Asimismo, se ocupan de darle
continuidad a los registros de las denuncias para medir el tiempo de la gestión de respuesta de las
autoridades.

“La violencia contra la mujer es un delito, quien te agrede
no lo hace porque te ama, al contrario, lo que hará es destruirte”
, finaliza.