Como si se tratara de un hotel cinco estrellas, la vicepresidenta Roxana Baldetti se refirió al Hospital Psiquiátrico Federico Mora como un lugar “rebonito” a pesar que la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) ha denunciado maltratos contra los pacientes y que el centro asistencial se encuentra en precarias condiciones. Asimismo, algunos medios de comunicación han recorrido las instalaciones del nosocomio evidenciando que a sus alrededores se encuentra orina y heces de los internos.
Pero lo que por años se ha dicho sobre el hospital volvió nuevamente a la palestra pública la semana pasada cuando circuló un reportaje de la cadena de noticias internacionales BBC que reveló que los enfermos eran víctimas de abusos y sufrían vejámenes, calificando al lugar como “el peor hospital psiquiátrico de América”. Situación que provocó repudio en los guatemaltecos, quienes a través de las redes sociales mostraron total rechazo al caso y exigieron a las autoridades tomar cartas en el asunto.
Sin embargo, en declaraciones, la vicemandataria asegura que ha ido seguido al hospital psiquiátrico en donde dos veces se ha comprado camas pero que los mismos pacientes las han destruido porque por su situación mental “no entienden que es un lugar para descansar”, indica.
Además, dice que hace poco tiempo calzaron a todos los enfermos ya que anteriormente ellos mismos destruyeron los zapatos que les llevaron.
Enfatiza que el hospital mental es “rebonito” pero que el problema es que llevaron allí a privados de libertad, porque cerca del centro asistencial se ubica el Preventivo para Varones de la zona 18. Añade que las autoridades del nosocomio colocaron un pabellón para dividir a los enfermos con problemas legales del resto de pacientes.
Pero las palabras de Baldetti resultan contradictorias cuando expresa: “Yo lo que esperaría es que se pudieran ir a su casa, pero no los separaría, porque ellos conocen el problema que tiene el otro compañero y lo han vivido, ellos están completamente conscientes”. Esto al referirse que muchos de los pacientes están sanos pero sus familiares no los llegan a traer, por lo que continúan internados.
“Allí se encuentran enfermos que llegaron con la mente completamente perturbada pero que ahora se puede hablar con ellos y están listos para salir, pero las familias no los recogen, no los quieren de regreso”, puntualiza.
Como si se tratara de un hotel cinco estrellas, la vicepresidenta Roxana Baldetti se refirió al Hospital Psiquiátrico Federico Mora como un lugar “rebonito” a pesar que la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) ha denunciado maltratos contra los pacientes y que el centro asistencial se encuentra en precarias condiciones. Asimismo, algunos medios de comunicación han recorrido las instalaciones del nosocomio evidenciando que a sus alrededores se encuentra orina y heces de los internos.
Pero lo que por años se ha dicho sobre el hospital volvió nuevamente a la palestra pública la semana pasada cuando circuló un reportaje de la cadena de noticias internacionales BBC que reveló que los enfermos eran víctimas de abusos y sufrían vejámenes, calificando al lugar como “el peor hospital psiquiátrico de América”. Situación que provocó repudio en los guatemaltecos, quienes a través de las redes sociales mostraron total rechazo al caso y exigieron a las autoridades tomar cartas en el asunto.
Sin embargo, en declaraciones, la vicemandataria asegura que ha ido seguido al hospital psiquiátrico en donde dos veces se ha comprado camas pero que los mismos pacientes las han destruido porque por su situación mental “no entienden que es un lugar para descansar”, indica.
Además, dice que hace poco tiempo calzaron a todos los enfermos ya que anteriormente ellos mismos destruyeron los zapatos que les llevaron.
Enfatiza que el hospital mental es “rebonito” pero que el problema es que llevaron allí a privados de libertad, porque cerca del centro asistencial se ubica el Preventivo para Varones de la zona 18. Añade que las autoridades del nosocomio colocaron un pabellón para dividir a los enfermos con problemas legales del resto de pacientes.
Pero las palabras de Baldetti resultan contradictorias cuando expresa: “Yo lo que esperaría es que se pudieran ir a su casa, pero no los separaría, porque ellos conocen el problema que tiene el otro compañero y lo han vivido, ellos están completamente conscientes”. Esto al referirse que muchos de los pacientes están sanos pero sus familiares no los llegan a traer, por lo que continúan internados.
“Allí se encuentran enfermos que llegaron con la mente completamente perturbada pero que ahora se puede hablar con ellos y están listos para salir, pero las familias no los recogen, no los quieren de regreso”, puntualiza.