Cuando terminamos de comer, nuestro organismo se dedica principalmente a realizar la digestión. Por eso, la sangre fluye en mayor cantidad hacia nuestro sistema digestivo y así acelerar el proceso de degradación de los alimentos, haciendo que el cerebro tenga un suministro menor. Esto hace que el cerebro esté menos activo y se incremente la somnolencia.

Además, si consumes alimentos con mucha azúcar, carbohidratos o grasas, tu sangre tendrá más glucosa. 

Esto provocará que te sientas más cansado y se altere tu ciclo de sueño.

Para evitar que te de sueño luego de comer, trata de comer menos, aléjate de la comida rápida, come más proteínas, come despacio y evita acompañar tus comidas con bebidas alcohólicas.

*Fuente: Start Media