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Procrastinación, el síndrome del guatemalteco, ¿lo tienes tú?

Redacción República
18 de enero, 2015

A Guatemala se le conoce como el “País de la Eterna Primavera”, o por los maravillosos colores que pintan los paisajes de los diferentes destinos turísticos del país. Hablar de Guatemala es hablar de lo romántica y colonial que es la Antigua Guatemala, ícono principal de la herencia hispánica colonial, con su mezcla de antiguas construcciones y arraigadas costumbres y tradiciones, como un ejemplo. También hablar de este país es conocer que ofrece la más perfecta combinación de bellezas naturales, espectaculares paisajes montañosos y mágicas tradiciones de la cultura maya.

Dentro de todo lo hermoso del país también existen ciertos comportamientos y actitudes que acompañan a la cultura guatemalteca, observables en la interacción social de los guatemaltecos. Por ejemplo, el vocabulario popular que representa varias expresiones verbales, inmediatamente nos conduce a la identificación de identidad social.

“El guatemalteco no enamora, cantinea”, “el guatemalteco no tiene un problema, tiene un clavo”; “El guatemalteco no es presumido, es caquero”, “el guatemalteco no es adinerado, es pistudo”.

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Podríamos adentrarnos a una detallada lista de expresiones que rápidamente haría identificar al guatemalteco, siendo parte ya, de una cultura. Pero hay otras cosas por las cuales se suele identificar al guatemalteco, puede ser que por temas de costumbres, ya se adecuo al comportamiento social de los guatemaltecos.

La famosa “hora chapina” parece ser representada con bastante fuerza, por gran parte de los chapines, incluso ha llegado a ser internacionalizada esta frase en países donde el intercambio cultural se ve reflejado.

Procrastinación, el síndrome del guatemalteco

El “dejarlo todo a última hora” es sin duda una cualidad del guatemalteco. Ahora, ese comportamiento ya tiene nombre y se llama procrastinación.

¿Qué es la procrastinación? Es un complejo trastorno del comportamiento que a todo el mundo afecta, en mayor o menor medida. Consiste en postergar de forma sistemática aquellas tareas que se deben hacer, cruciales para el desarrollo, siendo reemplazadas por otras con mayor relevancia pero más placenteras de llevar a cabo.

Afecta a multitud de perfiles, desde el ejecutivo que aplaza constantemente una reunión porque prevé conflictividad o dificultad de la misma, hasta el estudiante que aplaza indefinidamente el estudiar para los exámenes finales, (siendo el mismo día muchas veces en donde medio repasa, para algo tan importante que marcará la diferencia en su educación).

Dando un vistazo a las posibles razones de este comportamiento, ubicaremos al guatemalteco desde que es apenas un niño. La madre le dice que recoja sus juguetes, posiblemente obedecerá a la tercera o cuarta vez cuando la mamá sube el tono de voz. También puede estar la situación de los niños que prefieren jugar antes de hacer las tareas. En fin, se comienzan a generar nuevas prioridades y otros intereses previos a las actividades que son más importantes.

Si bien ya hay un nombre que encierra el concepto de comportamiento de dejar todo a última hora, resulta complejo el quererlo analizar, por las complicaciones que representa el querer identificar algún origen con fundamento.

El “procrastinador” suele subestimar el tiempo que le queda para hacer una tarea. “Mañana lo hago”; “Tengo hasta fin de mes para pagar la luz”; “Aún tengo mucho tiempo”. El problema es que el plazo del tiempo muchas veces se cumple, y queda sin realizarse la tarea, sin estar al día el pago, o por hacer algo “a la carrera” se hace mal hecho.

Por eso la importancia de tocar el tema, justo al inicio del año, para hacer un cambio a este comportamiento y comenzar el 2015 de una forma más organizada y funcional.

Los problemas económicos muchas veces son producto de la procrastinación, ya que no se prevé de una manera responsable las complicaciones de dejar todo a última hora. Un ejemplo claro de esto es que en diciembre la mayoría de las personas no ahorran un poco de dinero para todos los gastos del mes de enero, como el pago de colegios y universidades. Además, por el fuerte gasto que representa el fin de año, se descuidan las finanzas y es por eso que en enero hay atrasos de pagos en los compromisos económicos.

Si la procrastinación es parte ya de su estilo de vida, es decir, lo deja todo para el último momento, o incluso, para unas horas antes, y ya se acostumbró a que esa adrenalina que genera el “ya está a punto de incumplir una obligación” sea su motor de trabajo, entonces le dejamos unas recomendaciones para que comience a trabajar en un cambio para bien, que le traerá  tranquilidad, producto de una previa organización, que tendrá como resultado final una efectiva y mejorada aplicación de vida.

Muchas veces este comportamiento también se refleja en torno a la salud de uno mismo. El dejar para última hora (cuando ya algún mal aqueja la salud), el visitar a un médico para el chequeo general representaría un previo diagnóstico, o incluso, la prevención de alguna enfermedad.

Ahora bien, algo muy importante del tema es que muchas veces el “procrastinador” afecta a alguien más. En el tema laboral, muchas veces formamos parte de un equipo de trabajo y se puede ver afectado el resultado de todo el personal. Podemos generar un ejemplo negativo para los colegas o incluso molestias dentro del grupo. No obstante son entendibles los atrasos, pero si se esta extendiendo el tiempo para el cumplimiento de alguna obligación, con total determinación, entonces es hora de parar esta actitud y trabajar en un cambio urgente.

Recomendaciones generales:

  1. Sea autodisciplinario. No espere a que alguien más le diga que hacer. Mucho menos que le cuestionen por un atraso.
  2. Así como a fin de año genera nuevos objetivos para cumplir, también aplique un compromiso y un plan de vida para todo lo que represente ser cumplido en algún plazo en específico.
  3. Haga pagos adelantados. Evite moras y molestias de cobros. Organice bien sus finanzas y acostúmbrese a pagar al día.
  4. A la más pequeña solicitud sea responsable. Si se reunirá con un amigo o familiar (un encuentro casual de confianza) sea puntual. Si comienza a trabajar su puntualidad en citas sencillas, poco a poco se acostumbrará a esto cuando en situaciones de compromiso se demanden.
  5. Piense que sus descuidos e incumplimientos de tiempo pueden generar algún problema para alguien más.

Procrastinación, el síndrome del guatemalteco, ¿lo tienes tú?

Redacción República
18 de enero, 2015

A Guatemala se le conoce como el “País de la Eterna Primavera”, o por los maravillosos colores que pintan los paisajes de los diferentes destinos turísticos del país. Hablar de Guatemala es hablar de lo romántica y colonial que es la Antigua Guatemala, ícono principal de la herencia hispánica colonial, con su mezcla de antiguas construcciones y arraigadas costumbres y tradiciones, como un ejemplo. También hablar de este país es conocer que ofrece la más perfecta combinación de bellezas naturales, espectaculares paisajes montañosos y mágicas tradiciones de la cultura maya.

Dentro de todo lo hermoso del país también existen ciertos comportamientos y actitudes que acompañan a la cultura guatemalteca, observables en la interacción social de los guatemaltecos. Por ejemplo, el vocabulario popular que representa varias expresiones verbales, inmediatamente nos conduce a la identificación de identidad social.

“El guatemalteco no enamora, cantinea”, “el guatemalteco no tiene un problema, tiene un clavo”; “El guatemalteco no es presumido, es caquero”, “el guatemalteco no es adinerado, es pistudo”.

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Podríamos adentrarnos a una detallada lista de expresiones que rápidamente haría identificar al guatemalteco, siendo parte ya, de una cultura. Pero hay otras cosas por las cuales se suele identificar al guatemalteco, puede ser que por temas de costumbres, ya se adecuo al comportamiento social de los guatemaltecos.

La famosa “hora chapina” parece ser representada con bastante fuerza, por gran parte de los chapines, incluso ha llegado a ser internacionalizada esta frase en países donde el intercambio cultural se ve reflejado.

Procrastinación, el síndrome del guatemalteco

El “dejarlo todo a última hora” es sin duda una cualidad del guatemalteco. Ahora, ese comportamiento ya tiene nombre y se llama procrastinación.

¿Qué es la procrastinación? Es un complejo trastorno del comportamiento que a todo el mundo afecta, en mayor o menor medida. Consiste en postergar de forma sistemática aquellas tareas que se deben hacer, cruciales para el desarrollo, siendo reemplazadas por otras con mayor relevancia pero más placenteras de llevar a cabo.

Afecta a multitud de perfiles, desde el ejecutivo que aplaza constantemente una reunión porque prevé conflictividad o dificultad de la misma, hasta el estudiante que aplaza indefinidamente el estudiar para los exámenes finales, (siendo el mismo día muchas veces en donde medio repasa, para algo tan importante que marcará la diferencia en su educación).

Dando un vistazo a las posibles razones de este comportamiento, ubicaremos al guatemalteco desde que es apenas un niño. La madre le dice que recoja sus juguetes, posiblemente obedecerá a la tercera o cuarta vez cuando la mamá sube el tono de voz. También puede estar la situación de los niños que prefieren jugar antes de hacer las tareas. En fin, se comienzan a generar nuevas prioridades y otros intereses previos a las actividades que son más importantes.

Si bien ya hay un nombre que encierra el concepto de comportamiento de dejar todo a última hora, resulta complejo el quererlo analizar, por las complicaciones que representa el querer identificar algún origen con fundamento.

El “procrastinador” suele subestimar el tiempo que le queda para hacer una tarea. “Mañana lo hago”; “Tengo hasta fin de mes para pagar la luz”; “Aún tengo mucho tiempo”. El problema es que el plazo del tiempo muchas veces se cumple, y queda sin realizarse la tarea, sin estar al día el pago, o por hacer algo “a la carrera” se hace mal hecho.

Por eso la importancia de tocar el tema, justo al inicio del año, para hacer un cambio a este comportamiento y comenzar el 2015 de una forma más organizada y funcional.

Los problemas económicos muchas veces son producto de la procrastinación, ya que no se prevé de una manera responsable las complicaciones de dejar todo a última hora. Un ejemplo claro de esto es que en diciembre la mayoría de las personas no ahorran un poco de dinero para todos los gastos del mes de enero, como el pago de colegios y universidades. Además, por el fuerte gasto que representa el fin de año, se descuidan las finanzas y es por eso que en enero hay atrasos de pagos en los compromisos económicos.

Si la procrastinación es parte ya de su estilo de vida, es decir, lo deja todo para el último momento, o incluso, para unas horas antes, y ya se acostumbró a que esa adrenalina que genera el “ya está a punto de incumplir una obligación” sea su motor de trabajo, entonces le dejamos unas recomendaciones para que comience a trabajar en un cambio para bien, que le traerá  tranquilidad, producto de una previa organización, que tendrá como resultado final una efectiva y mejorada aplicación de vida.

Muchas veces este comportamiento también se refleja en torno a la salud de uno mismo. El dejar para última hora (cuando ya algún mal aqueja la salud), el visitar a un médico para el chequeo general representaría un previo diagnóstico, o incluso, la prevención de alguna enfermedad.

Ahora bien, algo muy importante del tema es que muchas veces el “procrastinador” afecta a alguien más. En el tema laboral, muchas veces formamos parte de un equipo de trabajo y se puede ver afectado el resultado de todo el personal. Podemos generar un ejemplo negativo para los colegas o incluso molestias dentro del grupo. No obstante son entendibles los atrasos, pero si se esta extendiendo el tiempo para el cumplimiento de alguna obligación, con total determinación, entonces es hora de parar esta actitud y trabajar en un cambio urgente.

Recomendaciones generales:

  1. Sea autodisciplinario. No espere a que alguien más le diga que hacer. Mucho menos que le cuestionen por un atraso.
  2. Así como a fin de año genera nuevos objetivos para cumplir, también aplique un compromiso y un plan de vida para todo lo que represente ser cumplido en algún plazo en específico.
  3. Haga pagos adelantados. Evite moras y molestias de cobros. Organice bien sus finanzas y acostúmbrese a pagar al día.
  4. A la más pequeña solicitud sea responsable. Si se reunirá con un amigo o familiar (un encuentro casual de confianza) sea puntual. Si comienza a trabajar su puntualidad en citas sencillas, poco a poco se acostumbrará a esto cuando en situaciones de compromiso se demanden.
  5. Piense que sus descuidos e incumplimientos de tiempo pueden generar algún problema para alguien más.