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El legado del luchador guatemalteco contra la desnutrición

Redacción República
31 de enero, 2015

Con la muerte de César Ricardo Bressani Castignoli, según se informó por un infarto, termina la vida de un luchador por erradicar la desnutrición pero queda su legado. Aunque es conocido principalmente por crear la Incaparina, en su larga carrera también logró otras metas.

Nació en la ciudad de Guatemala el 28 de septiembre de 1926, estudió en el Colegio de Infantes de Guatemala. Gracias a sus buenas notas en 1948 obtuvo una beca de Licenciatura en Química en University of Dayton, Ohio, Estados Unidos. También hizo una maestría en 1951 en Iowa State University en el mismo país.

Ese mismo año regresó a Guatemala en donde empezó a trabajar en el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP). En 1952, mediante una beca de la Fundación Rockefeller, realizó estudios de post grado en el área de bioquímica en Purdue University, Indiana, en donde obtuvo el doctorado en 1956.

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Siempre deseoso de seguir con su trabajo en Guatemala, volvió al INCAP en donde se desempeñó como Jefe de la División de Ciencias Agrícolas y de Alimentos hasta 1993.

Quería erradicar el hambre

Los primeros trabajos de Bressani eran sobre el valor nutritivo del maíz, base de la alimentación guatemalteca. Sus principales actividades de investigación consistían en encontrar soluciones prácticas a algunos de los problemas nutricionales que afectan a la población, particularmente niños y mujeres en los países en desarrollo y en especial de América Central.

Por esa razón, desarrolló harinas de algodón de alta calidad, harinas de leguminosas, de plátano y de cereales, dentro de las cuales sobresale la Incaparina, pero también se pueden mencionar el Vitatol e Innovarína (Bienestarina).

La fórmula original de la Incaparina consistía en una mezcla vegetal a base de harina de maíz y harina de algodón, con proteínas de alto valor biológico comparable con la proteína de origen animal, elaborado con productos agrícolas locales. A esta mezcla se le agregó una serie de vitaminas y minerales, particularmente vitamina A, Calcio y Riboflavina, usualmente deficientes en las dietas locales, pero que podían sustituir a la leche. Todo esto a un precio accesible.

Con el tiempo, debido a la escasez del algodón, Incaparina fue reformulada hasta llegar a la mezcla actual de harina de maíz y harina de soya fortificada con vitaminas y minerales.

Los trabajos pioneros del Dr. Bressani de 1956 aún son citados en la literatura científica, igualmente lo son sus estudios sobre la nixtamalización en tortillas y otros productos, ligados íntimamente con la producción industrial y las mejoras nutritivas de dicho cereal.

Sus hallazgos, basados en probar variedades diferentes de maíz, incluyeron grandes pérdidas de vitaminas del grupo B, disminución de la cantidad de fibra dietética y de ácido fítico, pero ganancias sustanciales en calcio y en menor cantidad, de niacina.

El Dr. Bressani también desarrolló mezclas y productos alimenticios, como galletas, que han sido usadas en programas de alimentación para escuelas en Guatemala.

Nos deja un hombre de ciencia

Este guatemalteco ilustre fue incansable. En sus últimos años formó parte de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de Guatemala y la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Fue fundador de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, en Trieste, Italia. También perteneció a sociedades académicas, cuerpos editoriales en revistas científicas, comités técnicos y tiene  más de 500 publicaciones, monografías, capítulos de libros y memorias de conferencias.

Publicó dos libros patrocinados por la Organización de  Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación: Maíz en la nutrición humana y Valor nutritivo y usos en alimentación humana de algunos cultivos autóctonos subexplotados de Mesoamérica.

Fue galardonado con el Babcock Hart Award, del Institute of Food Technologists de Estados Unidos; el McCollum Award otorgado por la American Society of Clinical Nutrition; Doctor Honoris Causa de Purdue University; el Premio Mundial de la Ciencia ‘Albert Einstein’ otorgado por el Centro Cultural Mundial.

Fue nombrado Doctor Honoris Causa por  la Universidad del Valle de Guatemala; recibió el Premio ‘Abraham Horwitz’ otorgado por la Panamerican Health Organization; la Medalla de Oro en Ciencia y Tecnología, conferida por el Congreso de la República de Guatemala; la Orden del Quetzal en el Grado de Gran Cruz, otorgada por el Gobierno de Guatemala; el Premio México en Ciencia y Tecnología 2001; y el Premio Internacional Danone para la Nutrición 2003.

Los restos del Dr. Bressani están siendo velados en Capillas Señoriales de la zona 9.

El legado del luchador guatemalteco contra la desnutrición

Redacción República
31 de enero, 2015

Con la muerte de César Ricardo Bressani Castignoli, según se informó por un infarto, termina la vida de un luchador por erradicar la desnutrición pero queda su legado. Aunque es conocido principalmente por crear la Incaparina, en su larga carrera también logró otras metas.

Nació en la ciudad de Guatemala el 28 de septiembre de 1926, estudió en el Colegio de Infantes de Guatemala. Gracias a sus buenas notas en 1948 obtuvo una beca de Licenciatura en Química en University of Dayton, Ohio, Estados Unidos. También hizo una maestría en 1951 en Iowa State University en el mismo país.

Ese mismo año regresó a Guatemala en donde empezó a trabajar en el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP). En 1952, mediante una beca de la Fundación Rockefeller, realizó estudios de post grado en el área de bioquímica en Purdue University, Indiana, en donde obtuvo el doctorado en 1956.

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Siempre deseoso de seguir con su trabajo en Guatemala, volvió al INCAP en donde se desempeñó como Jefe de la División de Ciencias Agrícolas y de Alimentos hasta 1993.

Quería erradicar el hambre

Los primeros trabajos de Bressani eran sobre el valor nutritivo del maíz, base de la alimentación guatemalteca. Sus principales actividades de investigación consistían en encontrar soluciones prácticas a algunos de los problemas nutricionales que afectan a la población, particularmente niños y mujeres en los países en desarrollo y en especial de América Central.

Por esa razón, desarrolló harinas de algodón de alta calidad, harinas de leguminosas, de plátano y de cereales, dentro de las cuales sobresale la Incaparina, pero también se pueden mencionar el Vitatol e Innovarína (Bienestarina).

La fórmula original de la Incaparina consistía en una mezcla vegetal a base de harina de maíz y harina de algodón, con proteínas de alto valor biológico comparable con la proteína de origen animal, elaborado con productos agrícolas locales. A esta mezcla se le agregó una serie de vitaminas y minerales, particularmente vitamina A, Calcio y Riboflavina, usualmente deficientes en las dietas locales, pero que podían sustituir a la leche. Todo esto a un precio accesible.

Con el tiempo, debido a la escasez del algodón, Incaparina fue reformulada hasta llegar a la mezcla actual de harina de maíz y harina de soya fortificada con vitaminas y minerales.

Los trabajos pioneros del Dr. Bressani de 1956 aún son citados en la literatura científica, igualmente lo son sus estudios sobre la nixtamalización en tortillas y otros productos, ligados íntimamente con la producción industrial y las mejoras nutritivas de dicho cereal.

Sus hallazgos, basados en probar variedades diferentes de maíz, incluyeron grandes pérdidas de vitaminas del grupo B, disminución de la cantidad de fibra dietética y de ácido fítico, pero ganancias sustanciales en calcio y en menor cantidad, de niacina.

El Dr. Bressani también desarrolló mezclas y productos alimenticios, como galletas, que han sido usadas en programas de alimentación para escuelas en Guatemala.

Nos deja un hombre de ciencia

Este guatemalteco ilustre fue incansable. En sus últimos años formó parte de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de Guatemala y la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Fue fundador de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, en Trieste, Italia. También perteneció a sociedades académicas, cuerpos editoriales en revistas científicas, comités técnicos y tiene  más de 500 publicaciones, monografías, capítulos de libros y memorias de conferencias.

Publicó dos libros patrocinados por la Organización de  Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación: Maíz en la nutrición humana y Valor nutritivo y usos en alimentación humana de algunos cultivos autóctonos subexplotados de Mesoamérica.

Fue galardonado con el Babcock Hart Award, del Institute of Food Technologists de Estados Unidos; el McCollum Award otorgado por la American Society of Clinical Nutrition; Doctor Honoris Causa de Purdue University; el Premio Mundial de la Ciencia ‘Albert Einstein’ otorgado por el Centro Cultural Mundial.

Fue nombrado Doctor Honoris Causa por  la Universidad del Valle de Guatemala; recibió el Premio ‘Abraham Horwitz’ otorgado por la Panamerican Health Organization; la Medalla de Oro en Ciencia y Tecnología, conferida por el Congreso de la República de Guatemala; la Orden del Quetzal en el Grado de Gran Cruz, otorgada por el Gobierno de Guatemala; el Premio México en Ciencia y Tecnología 2001; y el Premio Internacional Danone para la Nutrición 2003.

Los restos del Dr. Bressani están siendo velados en Capillas Señoriales de la zona 9.