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Bellos tintes naturales creados por mujeres tz'utujiles

Redacción República
21 de junio, 2015

Uno de los atractivos de Guatemala, y una de sus características, son sus textiles. Todos hemos tenido alguna prenda hecha por manos artesanas, al lucirla de inmediato se destaca entre la multitud. Pero ¿sabe cómo se hacen? ¿cómo se logran los colores tan especiales de los que hacen gala? Aproveche un viaje a San Juan La Laguna para descubrirlo.

Luego de desembarcar en este bello municipio, ubicado en el lado suroccidental del Lago de Atitlán, en Sololá, busque a la Asociación Ixoq Ajkeem, compuesta por 20 mujeres artesanas y emprendedoras. Ixoq Ajkeem significa “mujeres tejedoras” en idioma maya Tz´utujil.

Esta asociación surgió en 1993. Además de buscar el desarrollo de sus familias y de la comunidad, estas artesanas están comprometidas con el cuidado del ambiente y con la producción de textiles de alta calidad.

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Si se decide a ir, será uno de esos viajes donde se aprende mucho de quienes le reciben, una forma de turismo cultural y gastronómico muy recomendable.

Hábiles manos

Con una soltura envidiable, Herminia Ramos le recibe en la sede de esta asociación para darle la bienvenida y explicarle lo más importante de su trabajo. Explica que se han especializado en la elaboración de artículos a partir de hilo reciclado y también usando hilos tradicionales y teñidos con tintes naturales. El hilo reciclado se obtiene por medio de del proceso de recuperación del hilo de prendas que deshilan.

Foto de www.conectandoatitlan.org

Pero su visita se centrará en lo que Catarina explica con entusiasmo: cómo obtienen los hilos tradicionales y cómo los tiñen.

En una de las sedes de la asociación, creada en 2008, tienen dispuesto no solo una exhibición de sus productos terminados, sino una permanente exposición del proceso. Durante nuestra visita, mientras llovía y podíamos sentir el olor a tierra mojada, Catarina inició enseñando una mata de algodón, luego tomó algodón crudo y lo puso sobre un petate donde lo empezó a golpear con un palo. De otra manera no salen los hilos.

Luego con un conocimiento heredado de generación en generación, procedió a sacar de él finas hebras de hilo que iba enrollando en por un palito de madera llamado Ixcaco o malacate.

Herminia lo hace sonriendo mientras sigue hablando, los presentes se maravillan ante su habilidad. Es de aplaudir la preparación que tienen para hacer de este un tema educativo para toda edad. La mayoría de personas saben que mucha ropa está hecha de algodón, pero no nos imaginamos cómo de una planta salen los hilos.

Tonalidades únicas

Una vez demostrado el proceso del algodón, ayudada por otras mujeres Herminia cambia la disposición de la sala de exposición y pasa a la demostración de cómo se tiñen los hilos. Los textiles artesanales tienen colores que no se parecen a los industriales, y he aquí la explicación.

Herminia toma una madeja de hilo con ese color crudo que parece un beige muy claro. Lo mete en los extractos sacados de plantas (como sacatinta, campeche, achiote, sauco, encino, eucalipto, entre otras) e incluso de animales como la cochinilla. Al sacar los hilos se han teñido de exhuberantes colores de todo tipo.

En el último escenario de esta presentación, podrá ver a Herminia tejer usando los hilos teñidos naturalmente con el telar de cintura.

Pero usted no estará solo sentado en esta visita, puede participar activamente tocando, sumergiendo y enrollando cosas, incluso puede intentar tejer algo pero es de aclarar que para esto se necesita más horas de visita y aprendizaje.

Probando sabores

Si estar conociendo y experimentando el arte de los textiles le cansa, tome un receso para comer. La Asociación Ixoq Ajkeem también tiene el servicio de restaurante para degustar platillos típicos elaborados por mujeres tz´utujiles de la región. En su concurrida y bulliciosa cocina siempre hay actividad y de allí salen olores irresistibles.

Podrá comer en el otro local de la asociación, que está del otro lado de la calle, en medio de las artesanías que están expuestas. Le recomiendo especialmente el pepián, que es un tanto diferente al que se come en otras regiones, tiene más tomate y es más espeso. Realmente delicioso.

Pero si quiere probar un poco de todo, pida que le hagan una degustación de los platillos que se pueden hacer con el maíz que ellos cultivan. Catarina Méndez le explicará acerca de los tayuyos (tortillas rellenas de queso), chuchitos (tamalitos pequeños con pollo), tamales, tortillas, elotes, atoles y otras bebidas, también pulike (caldo de huevos). Luego de escuchar la interesante exposición de cómo se preparan, podrá empezar a degustar. Mi recomendación es que coma solo un poco de cada cosa para que pueda probarlo todo.

Para terminar la visita, recorra la sala ventas y decídase a llevarse algo que le recuerde esta increíble visita. Puede elegir entre bufandas, bolsos, cosmetiqueras, chalinas, mañaneras, portabebés e incluso telares en miniatura. Para la casa encontrará hamacas, manteles, centros de mesa, servilletas, individuales y portavasos.

Cada vez que vea esos artículos en su hogar, o los tenga puestos, recordará a un pueblo pujante que sale adelante, pero sobre todo a un grupo de mujeres que trabajan unidas por el bien de su familia y comunidad.

Bellos tintes naturales creados por mujeres tz'utujiles

Redacción República
21 de junio, 2015

Uno de los atractivos de Guatemala, y una de sus características, son sus textiles. Todos hemos tenido alguna prenda hecha por manos artesanas, al lucirla de inmediato se destaca entre la multitud. Pero ¿sabe cómo se hacen? ¿cómo se logran los colores tan especiales de los que hacen gala? Aproveche un viaje a San Juan La Laguna para descubrirlo.

Luego de desembarcar en este bello municipio, ubicado en el lado suroccidental del Lago de Atitlán, en Sololá, busque a la Asociación Ixoq Ajkeem, compuesta por 20 mujeres artesanas y emprendedoras. Ixoq Ajkeem significa “mujeres tejedoras” en idioma maya Tz´utujil.

Esta asociación surgió en 1993. Además de buscar el desarrollo de sus familias y de la comunidad, estas artesanas están comprometidas con el cuidado del ambiente y con la producción de textiles de alta calidad.

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Hábiles manos

Con una soltura envidiable, Herminia Ramos le recibe en la sede de esta asociación para darle la bienvenida y explicarle lo más importante de su trabajo. Explica que se han especializado en la elaboración de artículos a partir de hilo reciclado y también usando hilos tradicionales y teñidos con tintes naturales. El hilo reciclado se obtiene por medio de del proceso de recuperación del hilo de prendas que deshilan.

Foto de www.conectandoatitlan.org

Pero su visita se centrará en lo que Catarina explica con entusiasmo: cómo obtienen los hilos tradicionales y cómo los tiñen.

En una de las sedes de la asociación, creada en 2008, tienen dispuesto no solo una exhibición de sus productos terminados, sino una permanente exposición del proceso. Durante nuestra visita, mientras llovía y podíamos sentir el olor a tierra mojada, Catarina inició enseñando una mata de algodón, luego tomó algodón crudo y lo puso sobre un petate donde lo empezó a golpear con un palo. De otra manera no salen los hilos.

Luego con un conocimiento heredado de generación en generación, procedió a sacar de él finas hebras de hilo que iba enrollando en por un palito de madera llamado Ixcaco o malacate.

Herminia lo hace sonriendo mientras sigue hablando, los presentes se maravillan ante su habilidad. Es de aplaudir la preparación que tienen para hacer de este un tema educativo para toda edad. La mayoría de personas saben que mucha ropa está hecha de algodón, pero no nos imaginamos cómo de una planta salen los hilos.

Tonalidades únicas

Una vez demostrado el proceso del algodón, ayudada por otras mujeres Herminia cambia la disposición de la sala de exposición y pasa a la demostración de cómo se tiñen los hilos. Los textiles artesanales tienen colores que no se parecen a los industriales, y he aquí la explicación.

Herminia toma una madeja de hilo con ese color crudo que parece un beige muy claro. Lo mete en los extractos sacados de plantas (como sacatinta, campeche, achiote, sauco, encino, eucalipto, entre otras) e incluso de animales como la cochinilla. Al sacar los hilos se han teñido de exhuberantes colores de todo tipo.

En el último escenario de esta presentación, podrá ver a Herminia tejer usando los hilos teñidos naturalmente con el telar de cintura.

Pero usted no estará solo sentado en esta visita, puede participar activamente tocando, sumergiendo y enrollando cosas, incluso puede intentar tejer algo pero es de aclarar que para esto se necesita más horas de visita y aprendizaje.

Probando sabores

Si estar conociendo y experimentando el arte de los textiles le cansa, tome un receso para comer. La Asociación Ixoq Ajkeem también tiene el servicio de restaurante para degustar platillos típicos elaborados por mujeres tz´utujiles de la región. En su concurrida y bulliciosa cocina siempre hay actividad y de allí salen olores irresistibles.

Podrá comer en el otro local de la asociación, que está del otro lado de la calle, en medio de las artesanías que están expuestas. Le recomiendo especialmente el pepián, que es un tanto diferente al que se come en otras regiones, tiene más tomate y es más espeso. Realmente delicioso.

Pero si quiere probar un poco de todo, pida que le hagan una degustación de los platillos que se pueden hacer con el maíz que ellos cultivan. Catarina Méndez le explicará acerca de los tayuyos (tortillas rellenas de queso), chuchitos (tamalitos pequeños con pollo), tamales, tortillas, elotes, atoles y otras bebidas, también pulike (caldo de huevos). Luego de escuchar la interesante exposición de cómo se preparan, podrá empezar a degustar. Mi recomendación es que coma solo un poco de cada cosa para que pueda probarlo todo.

Para terminar la visita, recorra la sala ventas y decídase a llevarse algo que le recuerde esta increíble visita. Puede elegir entre bufandas, bolsos, cosmetiqueras, chalinas, mañaneras, portabebés e incluso telares en miniatura. Para la casa encontrará hamacas, manteles, centros de mesa, servilletas, individuales y portavasos.

Cada vez que vea esos artículos en su hogar, o los tenga puestos, recordará a un pueblo pujante que sale adelante, pero sobre todo a un grupo de mujeres que trabajan unidas por el bien de su familia y comunidad.