La Empresa Portuaria Quetzal (EPQ), como parte del programa de protección marina, instaló 90 arrecifes artificiales en el Océano Pacífico.
Los arrecifes proporcionarán un hábitat para distintas especies, como pargo, mero y cabrilla. Con ello también se pretende que los pescadores no tengan que adentrarse al mar para sus labores de pesca.
“Más de cien lancheros se benefician con los arrecifes”, menciona Rolando Gutiérrez, de la Asociación de Pesca Deportiva. Además, agrega que antes los pescadores gastaban 30 galones de gasolina para sus labores y con este programa solo utilizarán 10.
Los arrecifes artificiales tuvieron un costo de Q750 cada uno, con un tiempo de vida útil de 200 años y un peso de 10 quintales. Se sumergieron a 30 metros de profundidad, a unos 4 kilómetros de la playa.
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