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Aún tengo el autógrafo de Manuel Baldizón

Gabriel Arana Fuentes
28 de enero, 2018

Domingo 21 de enero de 2018, 7 de la mañana. El chat del trabajo empieza a sonar y estoy de turno. La somnolencia la pierdo al leer que el expresidenciable Manuel Baldizón había intentado ingresar de manera ilegal en EE.UU. Me incorporo y corro hacia la computadora. Bueno, no corro, me apresuro. Redacto y cuelgo la nota en República.gt y el resto, y lo que de momento se sabe de Odebercht, para usted ya será historia.

Hoy, a una semana de la detención de Manuel Baldizón, y con la duda de si será extraditado a Guatemala por los US$3 millones que se le acusa de recibir de Odebercht, me dispongo a contar de la vez que me dio un autógrafo y por qué lo conservo.

¿Cómo te llamás?

Era octubre de 2011 cuando entrevisté a Baldizón. En ese entonces el periódico Siglo XXI, así se llamaba en aquel momento y aún no era de Roxana Baldetti, se propuso entrevistar a los cuatro presidenciables más fuertes, de cara a las elección de 2012. Los editores de Nacionales, Economía y demás les realizarán entrevistas intensas. Hablamos de interrogatorios de al menos dos horas. Por último, y si los candidatos tenían ganas, Vida, la sección de cultura y entretenimiento los entrevistaría. Así fue que terminé aprentando la mano supersudada de Manuel Baldizón.

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La nota se llamó: Manuel Baldizón “Soy un hombre que aspira a cambiar las cosas”

Rigoberta Menchú y Eduardo Suger, fueron muy amables, Otto Pérez no tuvo tiempo para atenderme en ese momento y el día que le tocó a Manuel Baldizón, tuve los 20 minutos que necesitaba.

La meta era realizar la misma entrevista, las mismas preguntas para todos. Desde su comida favorita, hasta sus recuerdos de infancia. Preguntas que para ese momento, no se les hacían a los presidenciables.

Baldizón fue el segundo entrevistado y, aunque incluyo en esta crónica algunas de las preguntas que le realicé entonces, resumo con los siguientes elementos: aseguró que tuvo una infancia sin risas en la escuela, de su respeto por la Biblia y a Jesucristo que los mencionó a cada momento.

Vehículos de lujo hallados en una de las propiedades de Manuel Baldizón.

¿Cuál es la broma que recuerda que le hicieron o que hizo en su vida de estudiante?

No hubo. En la escuela José Miguel Castellanos Pacheco sufríamos mucho, no había oportunidad para las bromas. Era un pueblo muy pobre, con una comunidad estudiantil que lo que pensaba realmente, era en salir adelante y desarrollarse y tener algo que llevarse a la boca, fue muy difícil. Fueron tiempos difíciles, no habían risas, había tristeza, eran tiempos de pobreza.

Recuerdo que en el caso de Baldizón, la entrevista duró dos horas. Estaba seguro que no me atendería, pero por fortuna me equivoqué. Cuando llegué a la sala de sesiones iba sin preconcepciones. De oídas sabía que su ego era inmenso, pero lo traté como a todos los entrevistados, como si no supiera nada de él.

Cuando nos dimos la mano, sentí como se resbalaba. El sudor era demasiado, casi destilaba era tibio… y para un sujeto lleno de mierdas como yo, repugnante. Luego de años de practicar mi poker face, inmutable proseguí con el saludo. Entonces esas ridiculez del Fist Punch no existía, de lo contrario seguro él lo hubiera provocado.

Nos sentamos, de su lado, lo acompaña un asesor y el de comunicación. Uno de ellos le llevó un pañuelo. Se secó el cuello, la nuca, la frente, la boca. Luego las manos.

Lo primero que pensé fue: ¡¿Por qué no lo hizo antes?!… Comencé a hablar.

-Señor candidato, gracias por atenderme, sé que mis compañeros de nacionales….

Me interrumpió. Con una mano hacia mí, a modo de atención me dice:

-¿Cómo te llamás?-

Me pareció rara la pregunta. En esos niveles, les dicen tu nombre a los artistas o políticos para que te saluden, sin embargo le dije, “Gabriel Arana, soy el coeditor de Vida”. Pero antes de responder, con la mano que no dirigía a mí, la mantuvo alzada hasta que uno de sus asistentes le entregó, lo que parecía, un libro de estudios.

¿Cuándo está con su familia qué hace en su tiempo libre?

Lo disfruto enormemente, jugamos futbol, vemos cine y leemos la Biblia.

¿Qué le gusta del cine?¿Algún género en específico?

La película Gladiador, e historias aspiracionales que me permiten motivarme. Y de cine nacional, Gerardi.

Cuando nadie lo ve ¿Cómo está vestido?

Como dice Alejandro Sanz, “cuando nadie nos ve” (ríe)… pues relajado. Uso jeans, tennis, camiseta. Cuando estoy en casa, trato de usar mi pantalón para dormir. Aunque en estos últimos días no he tenido la oportunidad.

El Ministerio Público analiza si estos vehículos fueron adquiridos con dinero de origen ilícito.

Para cuando respondí mi nombre, ya tenía el supuesto libro en la mesa. Lo abrió, pasó de la portada y en la primera página, comenzó a escribir. “Noooo, neeeel… no creo que sea capaz”, pensaba, claro, no dejaba de sospechar, “la mara y su ego”. Aunque mis manos estaban con la libreta y la grabadora en mano, y aunque mi rostro seguía sin moverse, seguro hice una mueca con los ojos.

Terminó de escribir, cerró el libro Plan Nacional para le Cambio, un Plan Participativo y me lo entregó. Lo recibí. Baldizón asentó la cabeza y me dijo: “Adelante. “Haceme la preguntas que tengás”.

¿Qué música necesita para sobrevivir al tránsico?

Me gusta mucho la música cristiana. También escucho a Andrea Boscelli. Me gusta la marimba en mis tiempos de relax. Hay muchos músicos o canciones como Paz en medio de la tormenta.

¿Se considera un hombre aventurero?
Soy un hombre que aspira a cambiar las cosas pero que tiene los pies sobre la tierra.

¿Cómo es un domingo perfecto?

Levantarme por la mañana, darle un beso en la frente a mis hijos, salir a caminar con mis perros, regresar, ir a la iglesia, orar. Almorzar en mi churrasquera, comerme un mi buen caldo de gallina, comerme unos mis tamalitos peteneros y estar con mi esposa y mi familia.

En el colegio nos enseñan de Miguel Ángel Asturias, Mario Monteforte pero además de esos exponentes ¿Qué conoce de la literatura guatemalteca?

A Virgilio Rodríguez Macal, creo que es quien más tuve la oportunidad de darle lectura, porque relaciona mucho el departamento más pobre de la nación.

¿En su vida se ha regido por alguna filosofía?

Sí, soy humanista, creo en el ser humano, y al principal al que yo admiro, soy devoto, al cual le doy toda la honra y gloria y que a los 33 años cambió el mundo y que a partir de ahí se habla de un antes y un después: Jesucristo.

Alguna frase o versículo que le recuerde a Jesucristo

Mt. 19, 16: “Lo que para los seres humanos es imposible, para mi padre es posible”.

Mt. 20, 16: “Los últimos serán los primeros”.

“Bienaventurados los que quieren a los pobres, porque ellos serán bien recibidos en el reino de mi padre”

Si fuera una pieza de ajedrez, ¿Cuál sería y porqué?

Creo que sería el alfil. Para entrar y salir y moverme, y ser la pieza que conecta e interrelaciona las demás.

En los allanamientos en la casa de Manuel Baldizón también se incautó dinero en efectivo.

¿Cómo cree que va ser recordado?

Como la persona que ayudó a los viejitos.

Pasaron los 20 minutos que tenía asignados. Agradecí el tiempo de nuevo. Tomé mis cosas, junto al plan de gobierno. Me levanté y por inercia extendí la mano, recordé muy tarde que me la empaparía con su sudor.

Salí de la sala de reuniones y me fui directo al ascensor. Solo y hasta que se cerraron las puertas abrí el libro: “Para Gabriel, con aprecio”, y la firma del Manuel Baldizón. Como todos los libros, fotos y autógrafos que tengo, me dije. “Quizá, algún día, y con un poco de suerte, este autógrafo me sirva para algo”.

Regresé a la redacción y seguí con la rutina. Aún ahora, diría que parecía un buen sujeto. Un poco desubicado y agrandado pero nada más. Sospeché mucho con eso de que los niños de su escuela no reían pero al final, era su versión, su verdad, era una entrevista de periodismo de variedades, nada incisivo, pero con las preguntas más simples se conocen a las personas. ¿Quién soy yo para acusarlo de mentiroso? Todos tenemos nuestra propia versión de la realidad.

Hay algo más que quiero agregar. De los presidenciables, los cuatro respondieron la última pregunta. Solo Otto Pérez dijo que sería recordado como presidente.

Última pregunta Otto: ¿Cómo cree que va ser recordado?

Voy a trabajar para ser recordado como un buen presidente. Uno que trabajó por los guatemaltecos, que logró bajar los índices de violencia, que logró hacer que la economía creciera, y que llevó programas al área rural, programas de inclusión social y desarrollo humano. Eso es lo que yo me propongo hacer.

Un presidente que actuó con transparencia y honestidad y que le dio la cara a los guatemaltecos para trabajar junto con ellos.

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Aún tengo el autógrafo de Manuel Baldizón

Gabriel Arana Fuentes
28 de enero, 2018

Domingo 21 de enero de 2018, 7 de la mañana. El chat del trabajo empieza a sonar y estoy de turno. La somnolencia la pierdo al leer que el expresidenciable Manuel Baldizón había intentado ingresar de manera ilegal en EE.UU. Me incorporo y corro hacia la computadora. Bueno, no corro, me apresuro. Redacto y cuelgo la nota en República.gt y el resto, y lo que de momento se sabe de Odebercht, para usted ya será historia.

Hoy, a una semana de la detención de Manuel Baldizón, y con la duda de si será extraditado a Guatemala por los US$3 millones que se le acusa de recibir de Odebercht, me dispongo a contar de la vez que me dio un autógrafo y por qué lo conservo.

¿Cómo te llamás?

Era octubre de 2011 cuando entrevisté a Baldizón. En ese entonces el periódico Siglo XXI, así se llamaba en aquel momento y aún no era de Roxana Baldetti, se propuso entrevistar a los cuatro presidenciables más fuertes, de cara a las elección de 2012. Los editores de Nacionales, Economía y demás les realizarán entrevistas intensas. Hablamos de interrogatorios de al menos dos horas. Por último, y si los candidatos tenían ganas, Vida, la sección de cultura y entretenimiento los entrevistaría. Así fue que terminé aprentando la mano supersudada de Manuel Baldizón.

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La nota se llamó: Manuel Baldizón “Soy un hombre que aspira a cambiar las cosas”

Rigoberta Menchú y Eduardo Suger, fueron muy amables, Otto Pérez no tuvo tiempo para atenderme en ese momento y el día que le tocó a Manuel Baldizón, tuve los 20 minutos que necesitaba.

La meta era realizar la misma entrevista, las mismas preguntas para todos. Desde su comida favorita, hasta sus recuerdos de infancia. Preguntas que para ese momento, no se les hacían a los presidenciables.

Baldizón fue el segundo entrevistado y, aunque incluyo en esta crónica algunas de las preguntas que le realicé entonces, resumo con los siguientes elementos: aseguró que tuvo una infancia sin risas en la escuela, de su respeto por la Biblia y a Jesucristo que los mencionó a cada momento.

Vehículos de lujo hallados en una de las propiedades de Manuel Baldizón.

¿Cuál es la broma que recuerda que le hicieron o que hizo en su vida de estudiante?

No hubo. En la escuela José Miguel Castellanos Pacheco sufríamos mucho, no había oportunidad para las bromas. Era un pueblo muy pobre, con una comunidad estudiantil que lo que pensaba realmente, era en salir adelante y desarrollarse y tener algo que llevarse a la boca, fue muy difícil. Fueron tiempos difíciles, no habían risas, había tristeza, eran tiempos de pobreza.

Recuerdo que en el caso de Baldizón, la entrevista duró dos horas. Estaba seguro que no me atendería, pero por fortuna me equivoqué. Cuando llegué a la sala de sesiones iba sin preconcepciones. De oídas sabía que su ego era inmenso, pero lo traté como a todos los entrevistados, como si no supiera nada de él.

Cuando nos dimos la mano, sentí como se resbalaba. El sudor era demasiado, casi destilaba era tibio… y para un sujeto lleno de mierdas como yo, repugnante. Luego de años de practicar mi poker face, inmutable proseguí con el saludo. Entonces esas ridiculez del Fist Punch no existía, de lo contrario seguro él lo hubiera provocado.

Nos sentamos, de su lado, lo acompaña un asesor y el de comunicación. Uno de ellos le llevó un pañuelo. Se secó el cuello, la nuca, la frente, la boca. Luego las manos.

Lo primero que pensé fue: ¡¿Por qué no lo hizo antes?!… Comencé a hablar.

-Señor candidato, gracias por atenderme, sé que mis compañeros de nacionales….

Me interrumpió. Con una mano hacia mí, a modo de atención me dice:

-¿Cómo te llamás?-

Me pareció rara la pregunta. En esos niveles, les dicen tu nombre a los artistas o políticos para que te saluden, sin embargo le dije, “Gabriel Arana, soy el coeditor de Vida”. Pero antes de responder, con la mano que no dirigía a mí, la mantuvo alzada hasta que uno de sus asistentes le entregó, lo que parecía, un libro de estudios.

¿Cuándo está con su familia qué hace en su tiempo libre?

Lo disfruto enormemente, jugamos futbol, vemos cine y leemos la Biblia.

¿Qué le gusta del cine?¿Algún género en específico?

La película Gladiador, e historias aspiracionales que me permiten motivarme. Y de cine nacional, Gerardi.

Cuando nadie lo ve ¿Cómo está vestido?

Como dice Alejandro Sanz, “cuando nadie nos ve” (ríe)… pues relajado. Uso jeans, tennis, camiseta. Cuando estoy en casa, trato de usar mi pantalón para dormir. Aunque en estos últimos días no he tenido la oportunidad.

El Ministerio Público analiza si estos vehículos fueron adquiridos con dinero de origen ilícito.

Para cuando respondí mi nombre, ya tenía el supuesto libro en la mesa. Lo abrió, pasó de la portada y en la primera página, comenzó a escribir. “Noooo, neeeel… no creo que sea capaz”, pensaba, claro, no dejaba de sospechar, “la mara y su ego”. Aunque mis manos estaban con la libreta y la grabadora en mano, y aunque mi rostro seguía sin moverse, seguro hice una mueca con los ojos.

Terminó de escribir, cerró el libro Plan Nacional para le Cambio, un Plan Participativo y me lo entregó. Lo recibí. Baldizón asentó la cabeza y me dijo: “Adelante. “Haceme la preguntas que tengás”.

¿Qué música necesita para sobrevivir al tránsico?

Me gusta mucho la música cristiana. También escucho a Andrea Boscelli. Me gusta la marimba en mis tiempos de relax. Hay muchos músicos o canciones como Paz en medio de la tormenta.

¿Se considera un hombre aventurero?
Soy un hombre que aspira a cambiar las cosas pero que tiene los pies sobre la tierra.

¿Cómo es un domingo perfecto?

Levantarme por la mañana, darle un beso en la frente a mis hijos, salir a caminar con mis perros, regresar, ir a la iglesia, orar. Almorzar en mi churrasquera, comerme un mi buen caldo de gallina, comerme unos mis tamalitos peteneros y estar con mi esposa y mi familia.

En el colegio nos enseñan de Miguel Ángel Asturias, Mario Monteforte pero además de esos exponentes ¿Qué conoce de la literatura guatemalteca?

A Virgilio Rodríguez Macal, creo que es quien más tuve la oportunidad de darle lectura, porque relaciona mucho el departamento más pobre de la nación.

¿En su vida se ha regido por alguna filosofía?

Sí, soy humanista, creo en el ser humano, y al principal al que yo admiro, soy devoto, al cual le doy toda la honra y gloria y que a los 33 años cambió el mundo y que a partir de ahí se habla de un antes y un después: Jesucristo.

Alguna frase o versículo que le recuerde a Jesucristo

Mt. 19, 16: “Lo que para los seres humanos es imposible, para mi padre es posible”.

Mt. 20, 16: “Los últimos serán los primeros”.

“Bienaventurados los que quieren a los pobres, porque ellos serán bien recibidos en el reino de mi padre”

Si fuera una pieza de ajedrez, ¿Cuál sería y porqué?

Creo que sería el alfil. Para entrar y salir y moverme, y ser la pieza que conecta e interrelaciona las demás.

En los allanamientos en la casa de Manuel Baldizón también se incautó dinero en efectivo.

¿Cómo cree que va ser recordado?

Como la persona que ayudó a los viejitos.

Pasaron los 20 minutos que tenía asignados. Agradecí el tiempo de nuevo. Tomé mis cosas, junto al plan de gobierno. Me levanté y por inercia extendí la mano, recordé muy tarde que me la empaparía con su sudor.

Salí de la sala de reuniones y me fui directo al ascensor. Solo y hasta que se cerraron las puertas abrí el libro: “Para Gabriel, con aprecio”, y la firma del Manuel Baldizón. Como todos los libros, fotos y autógrafos que tengo, me dije. “Quizá, algún día, y con un poco de suerte, este autógrafo me sirva para algo”.

Regresé a la redacción y seguí con la rutina. Aún ahora, diría que parecía un buen sujeto. Un poco desubicado y agrandado pero nada más. Sospeché mucho con eso de que los niños de su escuela no reían pero al final, era su versión, su verdad, era una entrevista de periodismo de variedades, nada incisivo, pero con las preguntas más simples se conocen a las personas. ¿Quién soy yo para acusarlo de mentiroso? Todos tenemos nuestra propia versión de la realidad.

Hay algo más que quiero agregar. De los presidenciables, los cuatro respondieron la última pregunta. Solo Otto Pérez dijo que sería recordado como presidente.

Última pregunta Otto: ¿Cómo cree que va ser recordado?

Voy a trabajar para ser recordado como un buen presidente. Uno que trabajó por los guatemaltecos, que logró bajar los índices de violencia, que logró hacer que la economía creciera, y que llevó programas al área rural, programas de inclusión social y desarrollo humano. Eso es lo que yo me propongo hacer.

Un presidente que actuó con transparencia y honestidad y que le dio la cara a los guatemaltecos para trabajar junto con ellos.

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