Luisito de 9 años: “Toda mi familia se contagió, todos fueron al hospital, mi mamá me curó antes que la hospitalizaran”
Recién pasaba una semana de intensa lluvia en la última quincena de julio, pero ese domingo era el más oscuro y nublado para Luisito, así lo llama su madre. Ese día por la mañana acompañó a su padre al Hospital Temporal del Parque de la Industria de Covid-19 a ingresar a su mamá porque su estado era delicado a causa del virus. Ella era la tercera integrante de la familia de Luisito en ser ingresada en esos días.
El primero en contagiarse fue Carlos, el tío de Luisito, a los días “La Yaya”, la abuela, así la llama de cariño, luego él -Luisito- y la última Fernanda, su madre. “Yo pensé que moriría, repetía que no quería morir de covid-19. Empecé con fiebre y malestar en la garganta. Mi mamá siempre me cuidó, me llevó al IGSS, pero no hicieron mucho; pero me llevó a otro hospital”, narró Luisito.
Para él no fue fácil. Después de irse recuperando del virus, su infierno apenas empezaba. Ese domingo de julio fue el día en que ingresaron a su mamá al hospital. Fue la primera vez que se separó y durmió sin su madre.
“Me quedé en el carro, mis papás se alejaban, noté que a mi mamá le costaba respirar. Para no preocuparla me hice el fuerte y no lloré frente a ella, pero cuando ellos se alejaban lloré y lloré frente a la ventana del carro, no quería que muriera”, contó Luisito.
Luisito: “lloraba por las noches“
Después que ingresaron a su mamá, se fue a casa de Jorge, el padre de Luisito, el día era más gris, contó. Llegó la noche, la primera sin su madre. No pudo evitar hacerse el dormido y luego de asegurarse que su papá estaba descansando, lloró hasta quedarse dormido. Vendría una semana difícil para él. Como su padre trabajaba, una de sus madrinas lo cuidó.
La madrina contó que Luisito llegó aún con secuelas del covid-19. Aunque trataba de distraerse con algunos juegos en el celular, su tristeza era evidente. Salía al jardín a caminar sin parar hasta por una hora. “Mi mamá está mejor. Me escribió que ya se siente bien, y que pronto saldrá. Pero no decía cuándo”, añadió Luisito.
Pero había algo que también le preocupaba, sus mascotas, un gato y unos pollitos. Pedía a Dios para que su tío que ya había salido del hospital, les diera de comer. “Te voy a contar algo, casi no he podido dormir porque me preocupa mi mamá y La Yaya, pero cuando mi papá se duerme lloro, para que no se preocupe y no me regañe”, contó la madrina de Luisito.
Es muy valiente
“Él es muy valiente, para mí es un héroe. Superó el covid- 19, y también tuvo que ver cómo cada uno éramos ingresados al hospital por las complicaciones del virus. Prácticamente por una semana sé quedó en otra casa y con otras personas, que también lo aman. Para mí todo lo que pasó y pasamos fue el infierno en la tierra, esa enfermedad nos separó a toda la familia de la noche a la mañana”, manifestó Fernanda, la madre de Luisito.
Añadió que después de una semana salió del hospital y poco a poco toda la familia regresó a casa a recuperarse, incluso Luisito volvió a casa con ella. La última en salir del centro hospitalario fue la abuela de Luisito, pero el covid- 19 le causó otros problemas de salud.
Después de tres meses aún las secuelas físicas, psicológicas y emocionales acechan a la familia de Luisito, pero como todo un niño valiente trata de superar esos recuerdos y ganar la batalla.
En Guatemala se registran 601 mil 657 personas que se han contagiado de covid-19 de marzo de 2020 al 31 de 2021. De esa cifra se han recuperado 581 mil 127 y 15 mil 137 fallecieron, según el registro del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).
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El primero en contagiarse fue Carlos, el tío de Luisito, a los días “La Yaya”, la abuela, así la llama de cariño, luego él -Luisito- y la última Fernanda, su madre. “Yo pensé que moriría, repetía que no quería morir de covid-19. Empecé con fiebre y malestar en la garganta. Mi mamá siempre me cuidó, me llevó al IGSS, pero no hicieron mucho; pero me llevó a otro hospital”, narró Luisito.
Para él no fue fácil. Después de irse recuperando del virus, su infierno apenas empezaba. Ese domingo de julio fue el día en que ingresaron a su mamá al hospital. Fue la primera vez que se separó y durmió sin su madre.
“Me quedé en el carro, mis papás se alejaban, noté que a mi mamá le costaba respirar. Para no preocuparla me hice el fuerte y no lloré frente a ella, pero cuando ellos se alejaban lloré y lloré frente a la ventana del carro, no quería que muriera”, contó Luisito.
Luisito: “lloraba por las noches“
Después que ingresaron a su mamá, se fue a casa de Jorge, el padre de Luisito, el día era más gris, contó. Llegó la noche, la primera sin su madre. No pudo evitar hacerse el dormido y luego de asegurarse que su papá estaba descansando, lloró hasta quedarse dormido. Vendría una semana difícil para él. Como su padre trabajaba, una de sus madrinas lo cuidó.
La madrina contó que Luisito llegó aún con secuelas del covid-19. Aunque trataba de distraerse con algunos juegos en el celular, su tristeza era evidente. Salía al jardín a caminar sin parar hasta por una hora. “Mi mamá está mejor. Me escribió que ya se siente bien, y que pronto saldrá. Pero no decía cuándo”, añadió Luisito.
Pero había algo que también le preocupaba, sus mascotas, un gato y unos pollitos. Pedía a Dios para que su tío que ya había salido del hospital, les diera de comer. “Te voy a contar algo, casi no he podido dormir porque me preocupa mi mamá y La Yaya, pero cuando mi papá se duerme lloro, para que no se preocupe y no me regañe”, contó la madrina de Luisito.
Es muy valiente
“Él es muy valiente, para mí es un héroe. Superó el covid- 19, y también tuvo que ver cómo cada uno éramos ingresados al hospital por las complicaciones del virus. Prácticamente por una semana sé quedó en otra casa y con otras personas, que también lo aman. Para mí todo lo que pasó y pasamos fue el infierno en la tierra, esa enfermedad nos separó a toda la familia de la noche a la mañana”, manifestó Fernanda, la madre de Luisito.
Añadió que después de una semana salió del hospital y poco a poco toda la familia regresó a casa a recuperarse, incluso Luisito volvió a casa con ella. La última en salir del centro hospitalario fue la abuela de Luisito, pero el covid- 19 le causó otros problemas de salud.
Después de tres meses aún las secuelas físicas, psicológicas y emocionales acechan a la familia de Luisito, pero como todo un niño valiente trata de superar esos recuerdos y ganar la batalla.
En Guatemala se registran 601 mil 657 personas que se han contagiado de covid-19 de marzo de 2020 al 31 de 2021. De esa cifra se han recuperado 581 mil 127 y 15 mil 137 fallecieron, según el registro del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).
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