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Magdalena Guevara González, de 47 años, es enfermera y jefa de servicio del intensivo del hospital Temporal Parque de la Industria (Foto: Vinizio Rizzo)

Cómo está hoy la primera vacunada contra el covid-19 en Guatemala: una historia de ejemplo y esperanza

 La enfermera Magdalena Guevara fue el rostro de la vacunación contra el covid-19 hace un año. Hoy, armada con tres dosis nos comparte los cambios que ha vivido desde entonces. 

Magdalena Guevara González, de 47 años, enfermera y jefa de servicio del intensivo del hospital Temporal Parque de la Industria, pasó de la clandestinidad al ojo público en cuestión de segundos. Fue la primera persona en recibir la vacuna contra el nuevo virus en Guatemala, evento que fue transmitido en vivo. 

"No voy a negar que había cierto nivel de estrés, porque lo desconocido siempre produce temor, lo mismo que ocasionó el virus", reconoce un año después, inundada de más confianza y menos angustia que la que vivía el 25 de febrero de 2021 y las semanas previas por las vidas que se perdían. 

La fecha en referencia fue la electa por el Gobierno de Guatemala para arrancar el plan de vacunación y también para que Magdalena y el resto del personal médico al frente de la pandemia encabezaran la lucha armados con vacunas. 

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Asegura que fue sorpresa que la eligieran dentro del personal del Parque de la Industria para recibir la primera dosis, lo cual vio como una bendición y esperanza, "estando envuelta en esa nube negra de la pandemia que nos atormentaba", afirma.

"Lo que sí era seguro es que había necesidad de estar inmunizados y conforme más información fluyó, el miedo se desvaneció", enfatiza. 

Añadió que luego de que su vacunación fue ampliamente televisada, sus vecinos la identificaron, preguntaban y aclaraban con ella sus dudas. "Lo que más me preguntaron fue cómo me sentía, por la desinformación que prevalecía, pero todo fue bien y sin reacciones adversas", aclara.  

"Con la vacuna podemos contener el virus"

Tanto la vacunación como contribuir con la salud de los guatemaltecos en pandemia "es incomparable e inesperado", dice. "Una crece, pero también hay miedo, carga física y emocional", expresa. Sobre todo, por las largas jornadas de trabajo que entregó previo a la vacunación. 

Ella se desenvuelve profesionalmente en un ambiente altamente expuesto, "con muchos aerosoles" como lo define. No obstante, hay mayor confianza entre sus colegas porque casi el 100% esta inmunizado, aunque lamenta que eso no ocurra en las calles.

"La gente todavía rechaza la vacuna, tiene dudas y aún no es consciente de la efectividad de las dosis, cuando es evidente que hay una disminución de la sintomatología y hospitalizaciones", explica.  

Hasta el momento Guevara sigue invicta, sin contraer el virus del covid y con tres dosis encima para reforzar su inmunidad. 

La enfermera no pasa por alto mencionar el desconocimiento que antes había hasta en los protocolos para el tratamiento de la enfermedad. "Para entonces lo que más me dolía era estar lejos de mi familia porque tuve que aislarme y alejarme. Fue crítico para mí tomando en cuenta que soy una persona hogareña", añade con tono franco. 

Pero a dos años de la pandemia y uno de estar vacunada, lo que más le duele "son las muertes que se pudieron evitar por miedo a no acudir a un centro de vacunación en su momento. "Hubo gente mayor y joven que ingresó sin una vacuna, fueron ellos los que ingresaron en su mayoría a un área crítica", afirma. 

Por ello vuelve a insistir en el mismo llamado de hace un año: "Vacúnense para que el contagio sea leve, se los puedo garantizar. Hay vacuna para todos, confíen, no tengan miedo de lo que enfrentan, porque es con la vacuna que podemos contener el virus", concluye.