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Las clases presenciales volvieron en 2022.

Deserción, atraso y daños psicológicos: Las duras consecuencias del Covid-19 en la educación de Guatemala

Dos años sin clases presenciales y la falta de un plan coherente fueron el detonante de esta crisis.

Después de dos años fuera de las aulas, Alejandro, estudiante de una escuela ubicada en una aldea de Santa Catarina Pinula, Guatemala, regresó a las instalaciones de su centro educativo. Con nervios y desde lejos saludó a sus compañeros, el distanciamiento social se volvió una costumbre. Esto también trajo muchas consecuencias, algunas difíciles de reparar, sobre todo en el ámbito educativo.

Los centros educativos en Guatemala, tanto privados como públicos, dejaron de dictar clases presenciales el 16 de marzo del 2020. Para ese momento se creyó que el confinamiento duraría unos 20 días. En ese lapso de tiempo los programas quedaron en pausa para encontrar soluciones y poder reiniciar el aprendizaje.

El Ministerio de Educación (Mineduc) creó un Plan Integral de respuesta y recuperación ante el coronavirus; el cual buscaba que todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes del sector gozaran del derecho a la educación durante la emergencia provocada por la pandemia.

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En abril del 2020, el virus causaba pánico a lo largo del país; en ese punto sus consecuencias eran inciertas, por lo que el Gobierno y el Mineduc decidieron implementar las clases en línea.

Esta no fue una solución viable para el 79% de la población en Guatemala, la cual no cuenta con una computadora en casa, según un estudio del Instituto Panameño de Derecho y Nueva Tecnología.

Las clases presenciales ayudarán a recuperar la confianza de muchos niños y niñas.

Claudia Rivera, Directora de la Escuela Rural Mixta de Piedra Parada en el Municipio de Santa Catarina Pinula, comentó que en el instituto del que ella se hace cargo, las clases en línea fueron una posibilidad para muy pocos. Si se implementaron, pero la mayoría de estudiantes recibían guías de trabajo.

“Habían padres que no podían llegar, y nosotros íbamos a entregar las guías de casa en casa para que los alumnos no dejaran de estudiar y evitar la deserción escolar.” Afirmó Rivera.

Más de 186 mil niños abandonaron sus estudios

Un estudio publicado por UNICEF en 2021, citó que en el primer año de pandemia 106.192 niños y jóvenes abandonaron sus estudios. Por su parte, el Mineduc asegura que en 2021 fueron 186 mil 883 los estudiantes que no finalizaron el ciclo escolar, un número que casi duplica al año anterior.

En 2022 la presencialidad en las aulas está en reactivación.

El confinamiento afectó la salud mental de muchos

En el interior del país fue donde se vivió más deserción escolar. Julio Rodriguez, director de un instituto público en Jutiapa, asegura que ellos hicieron todo lo posible para que los estudiantes no dejaran de llegar a clase, por lo que les enviaban hojas de trabajo.

Entre las problemáticas que se enfrentaron, la salud mental también fue uno de los mayores retos.

Silvia Sarti, directora de la Escuela de Párvulos No. 66 en Chinautla, aseguró que los escolares sufrieron muchísimo las consecuencias del encierro y se demostró en la salud mental, pues esta situación ocasionó un alza en la ansiedad. “La  libertad antes del Covid-19 dejaba que ellos se desenvolvieran en un ambiente con más personas y no pasaran tanto tiempo encerrados sin saber qué iba a suceder”.

Nuevos protocolos ante la vuelta a clases.

“Muchos de los estudiantes perdieron familiares y personas cercanas por el virus, lo que en realidad afectó más su estado emocional, pues nunca se está listo para perder a un padre por una enfermedad que apareció sin aviso.” Concluyó Sarti.

El Centro de Investigaciones Educativas de la Universidad del Valle manifestó en un estudio, que el 50% de los estudiantes del país tenían un alto nivel de inestabilidad en sus emociones, presentando cuadros de ansiedad e irritabilidad.

Estudiantes de diversos centros educativos, privados y públicos le comentaron a República que regresar a clases presenciales ha sido un gran alivio, pues nuevamente pueden estar con sus compañeros y su concentración es mucho más alta.

La pandemia por el Covid-19 no ha llegado a su fin. Sin embargo, las clases presenciales se están renovando; una acción que facilita el acceso a la educación y que sin duda disminuirá los problemas de salud mental que causó el confinamiento en los estudiantes.

Producción periodística: Isabella Soler | Producción audiovisual: Vinizzio Rizzo