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Sonar el silbato: La denuncia corporativa

Como ya es costumbre, quisiera iniciar esta columna con una historia que facilitará introducir el tema de hoy. En una oportunidad, se atendió una llamada bastante inquietante, en la cual una persona proporcionó información muy precisa de lo ocurrido en la bodega de distribución de una organización basada en la Guyana Española (este país, para aquellos no tan diestros en geografía, es ficticio). 

Pablo Cordón
13 de febrero, 2022

Sin embargo, la situación que fue planteada en la llamada no podría ser más real. Durante esta llamada, el denunciante ofreció detalles bastante precisos sobre cómo se había llevado un robo de materiales que había significado una cuantiosa pérdida económica para la empresa. No solo fue bastante específica en el “modus operandi”, sino también señaló con nombre y apellido a los autores del hecho.  

Esta llamada, aunque anónima, fue tomada con toda la seriedad del caso por el Comité de Ética de aquella organización. Se procedió a realizar una investigación profunda de lo detallado en la conversación, e incluso, la auditoría interna logró detectar algunas anomalías adicionales sobre lo que originalmente se buscó esclarecer. Esta investigación rindió sus frutos y como resultado, se logró comprobar que los denunciados habían sido los autores del robo. 

Sobre lo actuado en contra de estos pícaros (por así decirlo), desconozco cual habrá sido el resultado. También desconozco si se recuperó la mercancía robada o si fue posible obtener algún resarcimiento económico. 

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De hecho, según ACFE (Association of Certified Fraud Examiners), las empresas latinoamericanas que no cuentan con una línea de denuncias pierden en promedio un estimado de US$200,000 en un esquema de fraude o robo y el equivalente al 5% sobre sus ventas anuales. Adicionalmente, en la región, las empresas no logran recuperar nada de las pérdidas que sufrieron en más del 60% de las ocasiones. 

Interesante historia, pero: ¿Qué tiene que ver esto con sonar un silbato?

Me explico. Sonar el silbato viene del anglicismo “whistleblowing”. Esta expresión habla de aquellas personas valientes que se atreven a hablar. A decir lo que está sucediendo dentro de la organización y que puede estar dañando, no sólo la economía de la empresa, sino también el clima laboral y el ambiente de trabajo. 

En el ejemplo, se habló de un robo de bienes propiedad de la empresa, sin embargo, el whistleblowing no se limita únicamente a la denuncia de temas económicos, fraude y corrupción. La denuncia corporativa también es sumamente efectiva para detectar temas relacionados a las personas. Entiéndase por esto el acoso sexual y laboral (bulling y mobbing). 

En la actualidad, también es importante entender que el acoso ya no es un problema que se limita únicamente al ámbito físico y verbal, también es un problema que se ha extendido al ámbito virtual. No es raro escuchar sobre los problemas ocasionados a las víctimas de “cyber-acoso”, en donde resultan afectados a causa de comentarios, fotografías, videos, etc., que pueden ser publicados y en donde se les ridiculiza o ataca de manera personal. 

Todo lo anterior representa un problema serio para las organizaciones, ya que adicional a las pérdidas económicas que ya mencioné que están relacionadas al fraude y la corrupción, las empresas se enfrentan a pérdidas asociadas a la rotación del personal y curva de aprendizaje. Esto es tan serio, que experto en el tema, estiman que estos costos pueden ascender al 2% del valor total de las ventas anuales de una empresa y rara vez son tomados en cuenta en un presupuesto. 

Los mecanismos de denuncia o líneas éticas son LA herramienta más efectiva con la que cuenta la alta gerencia para detectar todo tipo de situaciones como las que hemos discutido. Como le gusta decir a mi socia, los mecanismos de denuncia representan la columna vertebral de un programa de cumplimiento y ética, por lo que no puede considerarse que un programa sea realmente efectivo, sino se cuenta con un canal eficiente que logre captar la voz de sus colaboradores y otros grupos de interés. 

Quisiera hacer una última reflexión. Las empresas de menos de 100 colaboradores tienen una probabilidad más alta de detectar todo este tipo de problemas si cuentan con una línea de denuncias que las empresas más grandes. De hecho, según ACFE, la diferencia es del 52% con relación a las empresas de más de 100 colaboradores. Así que no descalifique a su empresa sólo porque es “pequeña”. 

Recuerde, un empresario comprometido, siempre buscará lo mejor para su gente y su organización. Contar con un mecanismo de denuncias eficiente, es una excelente forma para lograrlo. 

Sonar el silbato: La denuncia corporativa

Como ya es costumbre, quisiera iniciar esta columna con una historia que facilitará introducir el tema de hoy. En una oportunidad, se atendió una llamada bastante inquietante, en la cual una persona proporcionó información muy precisa de lo ocurrido en la bodega de distribución de una organización basada en la Guyana Española (este país, para aquellos no tan diestros en geografía, es ficticio). 

Pablo Cordón
13 de febrero, 2022

Sin embargo, la situación que fue planteada en la llamada no podría ser más real. Durante esta llamada, el denunciante ofreció detalles bastante precisos sobre cómo se había llevado un robo de materiales que había significado una cuantiosa pérdida económica para la empresa. No solo fue bastante específica en el “modus operandi”, sino también señaló con nombre y apellido a los autores del hecho.  

Esta llamada, aunque anónima, fue tomada con toda la seriedad del caso por el Comité de Ética de aquella organización. Se procedió a realizar una investigación profunda de lo detallado en la conversación, e incluso, la auditoría interna logró detectar algunas anomalías adicionales sobre lo que originalmente se buscó esclarecer. Esta investigación rindió sus frutos y como resultado, se logró comprobar que los denunciados habían sido los autores del robo. 

Sobre lo actuado en contra de estos pícaros (por así decirlo), desconozco cual habrá sido el resultado. También desconozco si se recuperó la mercancía robada o si fue posible obtener algún resarcimiento económico. 

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De hecho, según ACFE (Association of Certified Fraud Examiners), las empresas latinoamericanas que no cuentan con una línea de denuncias pierden en promedio un estimado de US$200,000 en un esquema de fraude o robo y el equivalente al 5% sobre sus ventas anuales. Adicionalmente, en la región, las empresas no logran recuperar nada de las pérdidas que sufrieron en más del 60% de las ocasiones. 

Interesante historia, pero: ¿Qué tiene que ver esto con sonar un silbato?

Me explico. Sonar el silbato viene del anglicismo “whistleblowing”. Esta expresión habla de aquellas personas valientes que se atreven a hablar. A decir lo que está sucediendo dentro de la organización y que puede estar dañando, no sólo la economía de la empresa, sino también el clima laboral y el ambiente de trabajo. 

En el ejemplo, se habló de un robo de bienes propiedad de la empresa, sin embargo, el whistleblowing no se limita únicamente a la denuncia de temas económicos, fraude y corrupción. La denuncia corporativa también es sumamente efectiva para detectar temas relacionados a las personas. Entiéndase por esto el acoso sexual y laboral (bulling y mobbing). 

En la actualidad, también es importante entender que el acoso ya no es un problema que se limita únicamente al ámbito físico y verbal, también es un problema que se ha extendido al ámbito virtual. No es raro escuchar sobre los problemas ocasionados a las víctimas de “cyber-acoso”, en donde resultan afectados a causa de comentarios, fotografías, videos, etc., que pueden ser publicados y en donde se les ridiculiza o ataca de manera personal. 

Todo lo anterior representa un problema serio para las organizaciones, ya que adicional a las pérdidas económicas que ya mencioné que están relacionadas al fraude y la corrupción, las empresas se enfrentan a pérdidas asociadas a la rotación del personal y curva de aprendizaje. Esto es tan serio, que experto en el tema, estiman que estos costos pueden ascender al 2% del valor total de las ventas anuales de una empresa y rara vez son tomados en cuenta en un presupuesto. 

Los mecanismos de denuncia o líneas éticas son LA herramienta más efectiva con la que cuenta la alta gerencia para detectar todo tipo de situaciones como las que hemos discutido. Como le gusta decir a mi socia, los mecanismos de denuncia representan la columna vertebral de un programa de cumplimiento y ética, por lo que no puede considerarse que un programa sea realmente efectivo, sino se cuenta con un canal eficiente que logre captar la voz de sus colaboradores y otros grupos de interés. 

Quisiera hacer una última reflexión. Las empresas de menos de 100 colaboradores tienen una probabilidad más alta de detectar todo este tipo de problemas si cuentan con una línea de denuncias que las empresas más grandes. De hecho, según ACFE, la diferencia es del 52% con relación a las empresas de más de 100 colaboradores. Así que no descalifique a su empresa sólo porque es “pequeña”. 

Recuerde, un empresario comprometido, siempre buscará lo mejor para su gente y su organización. Contar con un mecanismo de denuncias eficiente, es una excelente forma para lograrlo.