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¿Tiene sentido escribir esto?

Redacción República
28 de julio, 2019

¿Tiene sentido escribir esto?, ESTA ES LA HISTORIA URBANA DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.

El vecino sigue oyendo su radio a todo volumen.

Pasan las motos raudas, exigiendo derecho de vía donde no lo tienen.

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Los mecánicos del taller de enfrente siguen ocupando la banqueta para apretar tuercas y aceitar cadenas.

El vocero de la lotería colombiana anuncia que a las doce de la tarde se jugará el próximo sorteo.

El vendedor de rambután pregona su producto ofrecido por libra para que los compradores aprovechen y se lo lleven.

Amanecemos como el tercer país seguro para la contención de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, por obra y gracia de la firma del ministro Enrique Degenhart bajo la atenta mirada del patrón Donald J. Trump y ya ven, la vida sigue igual.

Aquí me pregunto si tiene sentido escribir estas líneas.

Y recuerdo al poeta Julio Fausto Aguilera cuando definió la patria que él ansió. Iba a ser un granero bien provisto, donde no faltaría el trabajo para las manos honradas:

De todos lados de la tierra vengan

con vino y con canción de todos lados

y nosotros les demos aborigen

embriaguez de marimbas, por regalo.

Sí, vendrán de Honduras, El Salvador y Nicaragua; de Cuba y Haití; de Camerún, la República Democrática del Congo y Eritrea; hasta de Nepal y Bangladés.

En lugar de recibirlos con marimba, y ofrecerles lo que no tienen en sus países, terminarán confinados quién sabe dónde.

Ya se preparan los contratistas del Estado para asistir a la licitación, a través de Guatecompras, para ofrecer láminas agujereadas, tablas de madera apolillada, muebles de ínfima calidad, sacos de maíz picado, libras de frijol con sabor a gorgojo y mucho alambre espigado, con las púas bien afiladas, para que los migrantes a recibir no se escapen, presos de la desesperación y hartos de las extorsiones.

Por supuesto, el Gobierno alegará injerencia extranjera cuando Amnistía Internacional y el relator enviado por la Organización de las Naciones Unidas denuncien las condiciones en que amontonarán a los solicitantes de asilo en Estados Unidos.

Me vuelvo a preguntar si tiene sentido escribir estas líneas.

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Pasan las motos raudas, exigiendo derecho de vía donde no lo tienen.

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El vocero de la lotería colombiana anuncia que a las doce de la tarde se jugará el próximo sorteo.

El vendedor de rambután pregona su producto ofrecido por libra para que los compradores aprovechen y se lo lleven.

Amanecemos como el tercer país seguro para la contención de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, por obra y gracia de la firma del ministro Enrique Degenhart bajo la atenta mirada del patrón Donald J. Trump y ya ven, la vida sigue igual.

Aquí me pregunto si tiene sentido escribir estas líneas.

Y recuerdo al poeta Julio Fausto Aguilera cuando definió la patria que él ansió. Iba a ser un granero bien provisto, donde no faltaría el trabajo para las manos honradas:

De todos lados de la tierra vengan

con vino y con canción de todos lados

y nosotros les demos aborigen

embriaguez de marimbas, por regalo.

Sí, vendrán de Honduras, El Salvador y Nicaragua; de Cuba y Haití; de Camerún, la República Democrática del Congo y Eritrea; hasta de Nepal y Bangladés.

En lugar de recibirlos con marimba, y ofrecerles lo que no tienen en sus países, terminarán confinados quién sabe dónde.

Ya se preparan los contratistas del Estado para asistir a la licitación, a través de Guatecompras, para ofrecer láminas agujereadas, tablas de madera apolillada, muebles de ínfima calidad, sacos de maíz picado, libras de frijol con sabor a gorgojo y mucho alambre espigado, con las púas bien afiladas, para que los migrantes a recibir no se escapen, presos de la desesperación y hartos de las extorsiones.

Por supuesto, el Gobierno alegará injerencia extranjera cuando Amnistía Internacional y el relator enviado por la Organización de las Naciones Unidas denuncien las condiciones en que amontonarán a los solicitantes de asilo en Estados Unidos.

Me vuelvo a preguntar si tiene sentido escribir estas líneas.

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