Nueva voz a la vista. Esta es la historia urbana de José Vicente Solórzano Aguilar.
Decenas de canciones se incorporan cada semana al repertorio en plataformas digitales. Ahí están a la espera de que alguien se detenga frente al mostrador.
Que pase revista a los artículos puestos a la venta y se decida a elegir el que está en la esquina del lado derecho. El que está entre la segunda y tercera fila: no, ese no; ése, ese mero.
Cierto día buscaba a nuevos artistas británicos. Me encontré con el nombre de Robin Ashcroft. Escuché su canción titulada «I Luv U». Me gustó. La volví a escuchar y me siguió gustando.
No hay que ser demasiado exigente con la letra. Canta a la felicidad de recibir los besos de la persona a quien se ama desde lo más profundo del corazón, in pasar por el apuro de presentarlo ante la madre y los hermanos. A cambio, nos encontramos con una voz que se hace escuchar entre las miles de propuestas que circulan por el ciberespacio.
La voz de Castlemik
Robin Ashcroft tiene 17 años. Nació en el distrito de Castlemilk, perteneciente al área metropolitana de Glasgow, la mayor ciudad de Escocia.
A los 12 aprendió a tocar guitarra con ayuda de los tutoriales subidos a Internet. Después se interesó por el piano y el ukulele.
Combinó sus estudios en la escuela secundaria St. Margaret Mary con sus presentaciones en locales como el King Tuts, Clutha y The Barrowlands. A los 13 se convirtió en la artista más joven invitada a tocar en el escenario principal del Pride Festival.
Acumuló sus primeras millas frente al público cuando entretuvo a los pasajeros del tren de Glasgow a Edimburgo junto a su colega Connor Fyfe. Pronto cultivó su sello distintivo: sale a escena ataviada con sombrero rojo, fucsia o negro.
El año pasado, antes que la pandemia surgida en Wuhan mandara a parar todo, Robin se metió al estudio de grabación para registrar su primer sencillo.
Los productores Johnny Madden y Jamie Holmes se sentaron ante las consolas. El guitarrista John Hewitson, el bajista Craig Morrisson y el baterista Robert Lang, todos de la banda Dogtooth, pusieron los instrumentos.
«I Luv U», que recibió la aprobación del público seguidor de Robin, fue la canción elegida para divulgarse el 2 de febrero de 2021.
Los críticos Olaf Furniss y Derick Mackinnon la describieron al unísono como «el retrato sonoro de Kate Perry acompañada por la guitarra de The Jesus & Mary Chain».
«Si sus demás canciones son tan buenas como “I Luv U”, Escocia tiene a una nueva estrella del pop en marcha», anunciaron en las páginas del periódico The Scotsman.
Robin declara que sus artistas favoritos son Prince, Lady Gaga y Oasis. Sueña con lograr idéntico reconocimiento al de su paisano Gerry Cinnamon, el cantautor de mayor proyección en la escena independiente de Glasgow.
Está convencida de la importancia de las redes sociales para divulgar sus creaciones. «Mientras más veces vean mis videos, significa que hay más personas que saben quién soy», afirmó para el portal electrónico glasgowlive.co.uk.
La búsqueda de contactos está a cargo de su mamá, Karen O’Hanon, quien renunció a su trabajo como directora de ventas para impulsar la carrera de su hija.
Los años dirán si Robin Ashcroft se muda a Londres, firma contrato con una multinacional, apuesta por la edición física de su catálogo, obtiene presencia en los medios de Estados Unidos, gana seguidores al sur del río Bravo y edita canciones exclusivas para el mercado japonés. Apenas está en el amanecer de su carrera: pronto se apoderará de sus referentes y obtendrá las experiencias que volcará en sus letras.
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Nueva voz a la vista. Esta es la historia urbana de José Vicente Solórzano Aguilar.
Decenas de canciones se incorporan cada semana al repertorio en plataformas digitales. Ahí están a la espera de que alguien se detenga frente al mostrador.
Que pase revista a los artículos puestos a la venta y se decida a elegir el que está en la esquina del lado derecho. El que está entre la segunda y tercera fila: no, ese no; ése, ese mero.
Cierto día buscaba a nuevos artistas británicos. Me encontré con el nombre de Robin Ashcroft. Escuché su canción titulada «I Luv U». Me gustó. La volví a escuchar y me siguió gustando.
No hay que ser demasiado exigente con la letra. Canta a la felicidad de recibir los besos de la persona a quien se ama desde lo más profundo del corazón, in pasar por el apuro de presentarlo ante la madre y los hermanos. A cambio, nos encontramos con una voz que se hace escuchar entre las miles de propuestas que circulan por el ciberespacio.
La voz de Castlemik
Robin Ashcroft tiene 17 años. Nació en el distrito de Castlemilk, perteneciente al área metropolitana de Glasgow, la mayor ciudad de Escocia.
A los 12 aprendió a tocar guitarra con ayuda de los tutoriales subidos a Internet. Después se interesó por el piano y el ukulele.
Combinó sus estudios en la escuela secundaria St. Margaret Mary con sus presentaciones en locales como el King Tuts, Clutha y The Barrowlands. A los 13 se convirtió en la artista más joven invitada a tocar en el escenario principal del Pride Festival.
Acumuló sus primeras millas frente al público cuando entretuvo a los pasajeros del tren de Glasgow a Edimburgo junto a su colega Connor Fyfe. Pronto cultivó su sello distintivo: sale a escena ataviada con sombrero rojo, fucsia o negro.
El año pasado, antes que la pandemia surgida en Wuhan mandara a parar todo, Robin se metió al estudio de grabación para registrar su primer sencillo.
Los productores Johnny Madden y Jamie Holmes se sentaron ante las consolas. El guitarrista John Hewitson, el bajista Craig Morrisson y el baterista Robert Lang, todos de la banda Dogtooth, pusieron los instrumentos.
«I Luv U», que recibió la aprobación del público seguidor de Robin, fue la canción elegida para divulgarse el 2 de febrero de 2021.
Los críticos Olaf Furniss y Derick Mackinnon la describieron al unísono como «el retrato sonoro de Kate Perry acompañada por la guitarra de The Jesus & Mary Chain».
«Si sus demás canciones son tan buenas como “I Luv U”, Escocia tiene a una nueva estrella del pop en marcha», anunciaron en las páginas del periódico The Scotsman.
Robin declara que sus artistas favoritos son Prince, Lady Gaga y Oasis. Sueña con lograr idéntico reconocimiento al de su paisano Gerry Cinnamon, el cantautor de mayor proyección en la escena independiente de Glasgow.
Está convencida de la importancia de las redes sociales para divulgar sus creaciones. «Mientras más veces vean mis videos, significa que hay más personas que saben quién soy», afirmó para el portal electrónico glasgowlive.co.uk.
La búsqueda de contactos está a cargo de su mamá, Karen O’Hanon, quien renunció a su trabajo como directora de ventas para impulsar la carrera de su hija.
Los años dirán si Robin Ashcroft se muda a Londres, firma contrato con una multinacional, apuesta por la edición física de su catálogo, obtiene presencia en los medios de Estados Unidos, gana seguidores al sur del río Bravo y edita canciones exclusivas para el mercado japonés. Apenas está en el amanecer de su carrera: pronto se apoderará de sus referentes y obtendrá las experiencias que volcará en sus letras.
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