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Historias Urbanas: Casi todo el continente

Volví a pensar que no estamos exentos de que algún día vendamos nuestras posesiones más deseadas, nos endeudemos con el coyote y con el familiar que se decida a patrocinarnos.

Venezolanos, nicaragüenses, haitianos y cubanos, así como otros extranjeros buscan llegar a Estados Unidos.
Invitado
29 de enero, 2023
Casi todo el continente. Literatura, música, historia y asuntos cotidianos, hallará en el blog dominical de José Vicente Solórzano Aguilar.

Ya no acampan en grandes cantidades en la Central de Mayoreo de la zona 12, pero sigue el movimiento de hombres, mujeres y familias enteras procedentes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua de una frontera a otra. El mal clima político, la inestabilidad económica y la ilusión de una vida digna en tierra ajena seguirán impulsando a millones de personas a exponerse a la travesía por tierra hacia Estados Unidos.

A finales del año pasado me encontré con un venezolano que intentaba reunirse por segunda vez con su esposa y su hijo en Estados Unidos. Estuvo varios años en Ecuador (olvidé preguntarle en cuál ciudad), después se mudó a Santiago de Chile. Vivió en lo alto de un edificio de 12 pisos; ahí lo sorprendió el terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter que sacudió a la porción central del país el 27 de febrero de 2010 y corrió el eje de la Tierra, según lo afirmó el científico Richard Gross. Al escasear las oportunidades laborales se lanzó a recorrer buena parte del continente junto a varios de sus compatriotas.

Planeaban descansar esa noche en la Central de Mayoreo e irse de madrugada en la primera pulman que saliera a Ciudad Tecún Umán. Mantenía comunicación constante con su esposa para informarle de su recorrido y pedirle que les depositaran dinero para continuar su viaje.

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Para qué hablar de los acosos y chantajes padecidos en el camino. Todavía les quedaba sortear los puestos de registro instalados en la carretera al Pacífico antes de asomarse a la orilla guatemalteca del río Suchiate. De ahí repondrían sus fuerzas para emprender la travesía de México hasta el límite con el estado de Texas, a la espera de solicitar asilo o animarse a cruzar el río Bravo, si no es que se topaban con la policía local o con los rangers del otro lado.

Sólo me quedó pedir que sus caminos se despejaran de obstáculos y dejarles un puñado de quetzales para lo que necesitaran. Volví a pensar que no estamos exentos de que algún día vendamos nuestras posesiones más deseadas, nos endeudemos con el coyote y con el familiar que se decida a patrocinarnos (si lo tenemos), y salgamos cierto día a exponernos al viaje amontonados en camiones de carga con tal de evadir el celo de las autoridades migratorias. Motivos seguirán habiendo para dejar atrás al suelo natal, ya sea por algunos años o para siempre.

Posdata. El guitarrista Francisco Toky Marroquín se recupera de graves quebrantos de salud en el Hospital Nacional de Sololá. Muchos recordamos su paso por el grupo Viernes Verde y su participación en discos como Remedios para el alma y Con piedras, palos y flores. Quien desee ayudar con el tratamiento médico puede hacerlo en la cuenta monetaria 3033463805 de Banrural, a nombre de Rómulo Marroquín Fino.

 

 

Historias Urbanas: Casi todo el continente

Volví a pensar que no estamos exentos de que algún día vendamos nuestras posesiones más deseadas, nos endeudemos con el coyote y con el familiar que se decida a patrocinarnos.

Venezolanos, nicaragüenses, haitianos y cubanos, así como otros extranjeros buscan llegar a Estados Unidos.
Invitado
29 de enero, 2023
Casi todo el continente. Literatura, música, historia y asuntos cotidianos, hallará en el blog dominical de José Vicente Solórzano Aguilar.

Ya no acampan en grandes cantidades en la Central de Mayoreo de la zona 12, pero sigue el movimiento de hombres, mujeres y familias enteras procedentes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua de una frontera a otra. El mal clima político, la inestabilidad económica y la ilusión de una vida digna en tierra ajena seguirán impulsando a millones de personas a exponerse a la travesía por tierra hacia Estados Unidos.

A finales del año pasado me encontré con un venezolano que intentaba reunirse por segunda vez con su esposa y su hijo en Estados Unidos. Estuvo varios años en Ecuador (olvidé preguntarle en cuál ciudad), después se mudó a Santiago de Chile. Vivió en lo alto de un edificio de 12 pisos; ahí lo sorprendió el terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter que sacudió a la porción central del país el 27 de febrero de 2010 y corrió el eje de la Tierra, según lo afirmó el científico Richard Gross. Al escasear las oportunidades laborales se lanzó a recorrer buena parte del continente junto a varios de sus compatriotas.

Planeaban descansar esa noche en la Central de Mayoreo e irse de madrugada en la primera pulman que saliera a Ciudad Tecún Umán. Mantenía comunicación constante con su esposa para informarle de su recorrido y pedirle que les depositaran dinero para continuar su viaje.

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Para qué hablar de los acosos y chantajes padecidos en el camino. Todavía les quedaba sortear los puestos de registro instalados en la carretera al Pacífico antes de asomarse a la orilla guatemalteca del río Suchiate. De ahí repondrían sus fuerzas para emprender la travesía de México hasta el límite con el estado de Texas, a la espera de solicitar asilo o animarse a cruzar el río Bravo, si no es que se topaban con la policía local o con los rangers del otro lado.

Sólo me quedó pedir que sus caminos se despejaran de obstáculos y dejarles un puñado de quetzales para lo que necesitaran. Volví a pensar que no estamos exentos de que algún día vendamos nuestras posesiones más deseadas, nos endeudemos con el coyote y con el familiar que se decida a patrocinarnos (si lo tenemos), y salgamos cierto día a exponernos al viaje amontonados en camiones de carga con tal de evadir el celo de las autoridades migratorias. Motivos seguirán habiendo para dejar atrás al suelo natal, ya sea por algunos años o para siempre.

Posdata. El guitarrista Francisco Toky Marroquín se recupera de graves quebrantos de salud en el Hospital Nacional de Sololá. Muchos recordamos su paso por el grupo Viernes Verde y su participación en discos como Remedios para el alma y Con piedras, palos y flores. Quien desee ayudar con el tratamiento médico puede hacerlo en la cuenta monetaria 3033463805 de Banrural, a nombre de Rómulo Marroquín Fino.