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La ambiciosa obra de ingeniería de 13 mil kilómetros que busca conectar Estados Unidos y China

Viviana Mutz
10 de junio, 2021

Las megaobras son una realidad en China y como prueba su emblemática y milenaria muralla. Para las ambiciosas obras de ingeniería el presupuesto no es un impedimento y menos cuando se pretende conectar cuatro de las mayores potencias, hoy separadas por 13 mil kilómetros.

Por eso, uno de los proyectos ambiciosos que está rodeado de voces escépticas, es el tren de alta velocidad que pretende unir el noroeste de China con Estados Unidos, digno de récord y en papel desde hace siete años.

El trayecto de miles de kilómetros podría conectar ambos países a través de una línea férrea, complementada con puertos y aeropuertos que actualmente ya proporcionan una conexión.

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El proyecto apareció hace siete años en un medio de comunicación público de China y anunciaba la intención de construir la línea denominada “China-Rusia-Canadá-América”.

Se trata de un corredor entre esas potencias para facilitar los intercambios comerciales, y en futuro, hasta pasajeros.

Viaje desde China de 37 horas

La distancia de la línea que promueve China es de 13 mil kilómetros, si algún día se lleva a cabo el ambicioso trazado. El esquema pretende unir el noroeste del gigante asiático con EE. UU. atravesando una parte importante de Siberia, Alaska, Canadá y al corazón de Estados Unidos.

En 2014 todo cuadraba, los ingenieros tenían planeado atravesar el Estrecho de Bering que separa Rusia de Alaska mediante un túnel sumergido de 200 kilómetros de largo. A una media de 300 kilómetros por hora, hay una duración estimada del viaje de 43 horas, casi dos días de forma ininterrumpida a esa velocidad. Sin embargo, el proyecto, sobre el papel, recogía la posibilidad de subir esa velocidad a los 350 kilómetros por hora, lo que arroja un tiempo de viaje de 37 horas.

Todos los cálculos anteriores están hechos con velocidades medias durante todo el recorrido. Algo realmente complicado -a no ser que la velocidad sea mucho mayor- si tenemos en cuenta que esta línea vertebradora tiene planeado contar con paradas intermedias.

Ya en 2014 se anunció que China y Rusia habían mantenido conversaciones acerca del proyecto en cuestión. “Rusia ha estado pensando en esto desde hace muchos años”, apuntó en su momento Wang Mengshu, experto de ferrocarriles de la Academia de Ingeniería de China. Pero desde entonces nada más ha trascendido y las declaraciones de Wang parecen que finalmente no se convirtieron en acuerdos en firme.

Cuatro veces la longitud del Eurotúnel

La complejidad económica involucrando a tantos países junto con la técnica -y quizá la geopolítica- han sido las barreras insalvables del proyecto. En cuanto al área de ingeniería, el túnel proyectado para cruzar el Estrecho de Berín se posicionaría como el más largo jamás construido bajo el agua. Para hacernos una idea, tendría 4 veces la longitud del Eurotúnel que cruza el Canal de la Mancha.

En la misma publicación de 2014, China anunciaba que esta línea era solamente una de las cuatro internacionales que tenía planeadas construir. Las otras tres tendrían como destino Londres, Alemania y Singapur.

En la actualidad, el país asiático cuenta con más de 37.900 kilómetros de líneas de alta velocidad que unen los grandes centros poblacionales. Todas ellas, además, puestas en funcionamiento desde 2008. Pero los ánimos de construcción están lejos de decaer y China abrirá 3.700 kilómetros nuevos en 2021. Muy por detrás está España, el país con mejores comunicaciones de alta velocidad de toda Europa y segunda del mundo (tan solo por detrás de la propia China) con 3.402 kilómetros.

El Eurotúnel es el tercero más grande del mundo y el proyecto chino tendría cuatro veces más de longitud. (Foto:

Un “agujero” de dinero

No obstante, el faraónico proyecto se encuentra en punto muerto. Los últimos reportes indican que el presupuesto ascendía a US$200,000 millones, cantidad que levantó algunas voces críticas.

El transporte marítimo de mercancías y los aviones cargueros son métodos mucho más económicos actualmente y no requieren de infraestructuras extra. Aunque no todo está perdido.

Hace tres años, China aprobó la construcción del primer túnel sumergido capaz de albergar uno de los denominados tren bala de alta velocidad. El proyecto consiste en la construcción de un trazado de 77 kilómetros desde una ciudad portuaria cerca de Shanghái al archipiélago de Zhousan. De esos 77 kilómetros, 16 de ellos irán en un túnel bajo el agua, según IFL Science.

Algo así como un proyecto piloto, más corto que el Eurotúnel, que podría servir para probar la tecnología en proyectos de más envergadura como el de China-Rusia-Canadá-América.

Tren de levitación magnética en Shangái. Foto: Andreas Krebs.

Con información de El Español

El BCIE hará un estudio para un ferroviario con fondos de Corea del Sur

La ambiciosa obra de ingeniería de 13 mil kilómetros que busca conectar Estados Unidos y China

Viviana Mutz
10 de junio, 2021

Las megaobras son una realidad en China y como prueba su emblemática y milenaria muralla. Para las ambiciosas obras de ingeniería el presupuesto no es un impedimento y menos cuando se pretende conectar cuatro de las mayores potencias, hoy separadas por 13 mil kilómetros.

Por eso, uno de los proyectos ambiciosos que está rodeado de voces escépticas, es el tren de alta velocidad que pretende unir el noroeste de China con Estados Unidos, digno de récord y en papel desde hace siete años.

El trayecto de miles de kilómetros podría conectar ambos países a través de una línea férrea, complementada con puertos y aeropuertos que actualmente ya proporcionan una conexión.

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El proyecto apareció hace siete años en un medio de comunicación público de China y anunciaba la intención de construir la línea denominada “China-Rusia-Canadá-América”.

Se trata de un corredor entre esas potencias para facilitar los intercambios comerciales, y en futuro, hasta pasajeros.

Viaje desde China de 37 horas

La distancia de la línea que promueve China es de 13 mil kilómetros, si algún día se lleva a cabo el ambicioso trazado. El esquema pretende unir el noroeste del gigante asiático con EE. UU. atravesando una parte importante de Siberia, Alaska, Canadá y al corazón de Estados Unidos.

En 2014 todo cuadraba, los ingenieros tenían planeado atravesar el Estrecho de Bering que separa Rusia de Alaska mediante un túnel sumergido de 200 kilómetros de largo. A una media de 300 kilómetros por hora, hay una duración estimada del viaje de 43 horas, casi dos días de forma ininterrumpida a esa velocidad. Sin embargo, el proyecto, sobre el papel, recogía la posibilidad de subir esa velocidad a los 350 kilómetros por hora, lo que arroja un tiempo de viaje de 37 horas.

Todos los cálculos anteriores están hechos con velocidades medias durante todo el recorrido. Algo realmente complicado -a no ser que la velocidad sea mucho mayor- si tenemos en cuenta que esta línea vertebradora tiene planeado contar con paradas intermedias.

Ya en 2014 se anunció que China y Rusia habían mantenido conversaciones acerca del proyecto en cuestión. “Rusia ha estado pensando en esto desde hace muchos años”, apuntó en su momento Wang Mengshu, experto de ferrocarriles de la Academia de Ingeniería de China. Pero desde entonces nada más ha trascendido y las declaraciones de Wang parecen que finalmente no se convirtieron en acuerdos en firme.

Cuatro veces la longitud del Eurotúnel

La complejidad económica involucrando a tantos países junto con la técnica -y quizá la geopolítica- han sido las barreras insalvables del proyecto. En cuanto al área de ingeniería, el túnel proyectado para cruzar el Estrecho de Berín se posicionaría como el más largo jamás construido bajo el agua. Para hacernos una idea, tendría 4 veces la longitud del Eurotúnel que cruza el Canal de la Mancha.

En la misma publicación de 2014, China anunciaba que esta línea era solamente una de las cuatro internacionales que tenía planeadas construir. Las otras tres tendrían como destino Londres, Alemania y Singapur.

En la actualidad, el país asiático cuenta con más de 37.900 kilómetros de líneas de alta velocidad que unen los grandes centros poblacionales. Todas ellas, además, puestas en funcionamiento desde 2008. Pero los ánimos de construcción están lejos de decaer y China abrirá 3.700 kilómetros nuevos en 2021. Muy por detrás está España, el país con mejores comunicaciones de alta velocidad de toda Europa y segunda del mundo (tan solo por detrás de la propia China) con 3.402 kilómetros.

El Eurotúnel es el tercero más grande del mundo y el proyecto chino tendría cuatro veces más de longitud. (Foto:

Un “agujero” de dinero

No obstante, el faraónico proyecto se encuentra en punto muerto. Los últimos reportes indican que el presupuesto ascendía a US$200,000 millones, cantidad que levantó algunas voces críticas.

El transporte marítimo de mercancías y los aviones cargueros son métodos mucho más económicos actualmente y no requieren de infraestructuras extra. Aunque no todo está perdido.

Hace tres años, China aprobó la construcción del primer túnel sumergido capaz de albergar uno de los denominados tren bala de alta velocidad. El proyecto consiste en la construcción de un trazado de 77 kilómetros desde una ciudad portuaria cerca de Shanghái al archipiélago de Zhousan. De esos 77 kilómetros, 16 de ellos irán en un túnel bajo el agua, según IFL Science.

Algo así como un proyecto piloto, más corto que el Eurotúnel, que podría servir para probar la tecnología en proyectos de más envergadura como el de China-Rusia-Canadá-América.

Tren de levitación magnética en Shangái. Foto: Andreas Krebs.

Con información de El Español

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