Desde la llegada del socialismo Venezuela ha estado luchando contra la hiperinflación, la escasez de bienes básicos y una infraestructura en deterioro, lo que ha llevado a una pobreza generalizada y malestar social. La situación se ha visto exacerbada por la inestabilidad política, la corrupción y las sanciones internacionales.
El Banco Central de Venezuela no ofrece balances macroeconómicos ni cifras desde el año 2019, lo que ha impulsado que organizaciones independientes como el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) publiquen sus propias estimaciones y cifras.
Según un reporte de marzo de 2023 del OVF la tasa de inflación mensual en Venezuela alcanzó a 15,40%, la acumulada a 60,61% y la anualizada 512%, superior ésta al 440% de febrero.
En ese sentido, Ángel Alvarado, economista Senior Fellow de la Universidad de Pennsylvania y Fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas aseguró en entrevista para República que el panorama económico de Venezuela para 2023 luce “más complicado que el de 2022”
“Aunque todavía queda un largo camino por recorrer durante el año 2023, el panorama luce más complicado que el del año 2022, donde los precios del petróleo promediaron en el primer semestre del año US105$ por barril después de la invasión de Rusia a Ucrania.
Asimismo, el economista destaca que la inflación del país ronda los 500 puntos porcentuales. “No podemos decir que es una hiperinflación, pero sí es un número altísimo y es la inflación más grande del mundo”. Igualmente advierte que la nación podría estar en puertas nuevamente de una hiperinflación que ya vivió desde el 2014 hasta mediados de 2019.
El poder adquisitivo venezolano es inexistente
Actualmente, El salario mínimo en Venezuela es de Bs. 130 mensuales, según el último decreto promulgado en marzo de 2022. Esto equivale a 6,14 dólares conforme a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela. Esto lo ubica como el salario más bajo de toda la región.
Con respecto a esto Alvarado explicó que, “el salario sigue destruido, básicamente el venezolano, con alta inflación, sigue teniendo un salario muy bajo. Esto ocurre tanto con los que ganan en bolívares y los que ganan en dólares. Aunado a esto, la economía está experimentando una inflación en dólares porque está dolarizada de facto. Eso no solo resta competitividad a la economía, sino que además hace que la capacidad de compra sea baja”.
La dolarización de facto en Venezuela (que comenzó a sentirse más durante el apagón general de 2019) ayudó a resolver algunos problemas como la escasez de moneda venezolana, pero a su vez, trajo grandes desigualdades y expandió aún más la brecha social en el país.
Ante este escenario el especialista afirma que, “de corto plazo, tal vez la mejor medida para acabar con la desigualdad es mejorar el salario del sector público, los maestros, los trabajadores, de la administración pública, de los policías, de las enfermeras, y de los pensionados. Allí se generó una gran desigualdad, una gran brecha entre ellos y el resto de la de la sociedad. Un asalariado del sector público puede ganar US 10, y en el sector privado, el obrero, que es el que menos gana, puede obtener diez veces más. Eso está generando una gran brecha".
El Socialismo: origen de la debacle en Venezuela
El colapso económico de Venezuela se remonta a fines de la década de 1990 cuando el gobierno, encabezado por Hugo Chávez, implementó un modelo económico socialista.
El modelo implicó la nacionalización de industrias, la imposición de controles de precios y el aumento del gasto público en programas sociales. Si bien estas políticas ayudaron a reducir la pobreza y la desigualdad en el corto plazo, también provocaron un aumento significativo de la deuda pública, la inflación y una disminución de la inversión privada.
El colapso de los precios del petróleo en 2014, que representa el 95% de los ingresos por exportaciones del país, agravó aún más la crisis económica. El país, incapaz de generar suficiente moneda extranjera para pagar las importaciones, recurrió a imprimir dinero, lo que provocó una hiperinflación. En 2018, la tasa de inflación alcanzó un asombroso 1.300.000%, lo que hizo que los bienes básicos fueran inasequibles para la mayoría de los venezolanos.
El papel de las sanciones internacionales
Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto varias sanciones al Estado venezolano, incluidas sanciones financieras, prohibiciones de viaje y congelamiento de activos. Las sanciones tienen como objetivo presionar al régimen para que restablezca la democracia, respete los derechos humanos y aborde la crisis económica.
Sin embargo, algunos expertos argumentan que las sanciones han exacerbado la crisis económica al restringir el acceso a divisas, bloquear las exportaciones de petróleo y desalentar la inversión extranjera. Las sanciones también se han dirigido al sector privado, lo que ha provocado la pérdida de puestos de trabajo y una disminución de la actividad económica.
El camino a seguir para que "Venezuela se arregle"
Ante los posibles escenarios que podría enfrentar Venezuela, Henkel García economista y fundador de la empresa de análisis Albusdata (basada en Caracas) aseguró a República que, “esta apertura económica que han llevado ellos (el régimen de Nicolás Maduro) que viene desde 2018, que en 2019 también se vio un poco y después cayó la pandemia, entre la recuperación de la normalidad y este mejor ambiente económico, donde ya se abandonó la hostilidad a la empresa venezolana, son dos razones que pueden explicar buena parte del crecimiento del país durante un tiempo, pero esto ya se agotó, a la economía venezolana le hace falta más, mucho más, esa discusión ya es mucho es compleja, porque tiene que ver con lo político, la institucionalidad, la confianza la llegada de financiamiento y nuevas inversiones”.
Igualmente señala dentro de sus predicciones que, al país le espera un rumbo incierto. “Nosotros no descartamos que un escenario más pesimista y que hasta la economía venezolana comience a decrecer en algún momento de 2023, no es lo más probable, pero sí es algo que poco a poco le estamos haciendo mayor seguimiento. Eso con respecto a la economía real, al PIB y con respecto a la inflación (…) tenemos una estimación de inflación de cierre de año de entre el 500 y 600% en nuestro escenario base muy parecida a la que tenemos ahora, por cierto, y un cierre de año con un tipo de cambio entre Bs.110 y 120”.
Para enfrentar la crisis económica, Venezuela necesita implementar reformas estructurales que promuevan el crecimiento económico, reduzcan la inflación y atraigan inversión extranjera. Esto requiere alejarse del modelo económico socialista, incluida la privatización de industrias, la eliminación de los controles de precios y la reducción del gasto público.
Venezuela también debe abordar la corrupción, mejorar el estado de derecho y respetar los derechos humanos. Estas reformas son necesarias para restaurar la confianza en la economía, promover la estabilidad social y fomentar el retorno de los profesionales calificados y la inversión.
En conclusión, la situación económica actual de Venezuela es un trágico ejemplo de las consecuencias de las políticas económicas insostenibles, la inestabilidad política y las presiones externas. Abordar la crisis requiere un esfuerzo integral y coordinado por parte del Estado, el sector privado y la comunidad internacional.