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El aumento de las estafas cibernéticas azota a América Latina, las autoridades emiten advertencias

Actualmente, América Latina está presenciando un aumento preocupante de las estafas cibernéticas, lo que deja a las personas y las empresas vulnerables a diversas actividades fraudulentas.

Estafas virtuales.
Noris Argotte Soto
02 de junio, 2023

A medida que la tecnología continúa avanzando y las transacciones en línea se vuelven más frecuentes, los ciberdelincuentes están explotando el creciente panorama digital de la región para defraudar a las víctimas desprevenidas. Las autoridades están cada vez más preocupadas por la tendencia al alza y han emitido advertencias urgentes para crear conciencia y promover la vigilancia entre el público.

Con la adopción generalizada de los teléfonos inteligentes, el aumento de la penetración de Internet y el aumento de las actividades de comercio electrónico, América Latina se ha convertido en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. Los estafadores están implementando técnicas sofisticadas, que incluyen phishing, robo de identidad y ataques de ransomware, para engañar a las personas y obtener acceso no autorizado a su información confidencial y recursos financieros.

Según el experto en riesgo y seguridad, José Vicente Herrera, una estafa frecuente en la región involucra a delincuentes que se hacen pasar por instituciones financieras, engañando a las víctimas para que divulguen sus credenciales bancarias o datos personales a través de correos electrónicos o mensajes de texto de phishing bien elaborados. Una vez obtenidos, estos detalles se explotan para vaciar las cuentas de las víctimas o realizar transacciones fraudulentas. En algunos casos, se emplean ataques de ransomware, reteniendo los datos de las víctimas como rehenes hasta que se paga un rescate.

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“La población de la tercera edad, a menudo menos familiarizada con la tecnología y las medidas de seguridad digital, se ha vuelto particularmente susceptible a estas estafas. Los delincuentes se aprovechan de su conocimiento y confianza limitados, aprovechándose de su vulnerabilidad y estafándolos con sus ahorros ganados con tanto esfuerzo”, aseguró Herrera. 

Para combatir esta creciente amenaza, los gobiernos de América Latina están colaborando con las agencias de aplicación de la ley, las instituciones financieras y las empresas de seguridad cibernética. Se están realizando esfuerzos conjuntos para mejorar la detección y prevención de estafas cibernéticas, así como aumentar la conciencia pública a través de campañas y talleres educativos. Además, las autoridades instan a los ciudadanos a tener cuidado al compartir información personal en línea y verificar la legitimidad de cualquier comunicación digital que reciban.

Según un artículo de la Voz de la América, Colombia registró en 2022 más de 54.000 denuncias por delitos cibernéticos, superando ampliamente la cifra de 2021, cuando se documentaron 11.223. Los casos más comunes son a través de computadoras, tablets y teléfonos celulares.

En el caso de Venezuela, las estafas cibernéticas por excelencia se basan en atacar a bancos y a entidades financieras, así como estafas mediante el hackeo de Whatsapp para la compra y venta de dólares. Normalmente estas estafas las efectúan bandas delictivas que operan desde las cárceles venezolanas. 

“Soy nutricionista y normalmente manejo a mis pacientes vía Whatsapp. Un día, una persona haciéndose pasar por paciente me llamaba insistentemente, cuando le respondí me dijo que tenía toda la información personal de mi familia y amenazaba con hacerme daño a mí y a mis familiares si no daba una suma de dinero. Al rastrear la llamada con la policía descubrimos que se trataba de un delincuente desde la cárcel que había robado mi información desde mis redes sociales y de Whatsapp”, así lo relató la licenciada Kharem Marín para República. 

De acuerdo con una encuesta realizada por la empresa tecnológica Welivesecurity, en Venezuela el 81% de los participantes aseguró que el último año recibió al menos un intento de engaño, pero logró detectarlo a tiempo, mientras que el 6% cayó en la trampa.

Las instituciones financieras también están intensificando sus esfuerzos para proteger a los clientes. Los bancos y otros proveedores de servicios están implementando medidas de autenticación multifactor, protocolos de encriptación sólidos y sistemas de monitoreo mejorados para proteger las cuentas y transacciones de los usuarios. Además, están invirtiendo en infraestructura de ciberseguridad para detectar y prevenir el acceso no autorizado a los datos de los clientes.

A la luz de estos desarrollos, las empresas de ciberseguridad están trabajando diligentemente para desarrollar herramientas y soluciones avanzadas de inteligencia de amenazas para detectar y mitigar proactivamente las ciberamenazas. La colaboración entre los sectores público y privado se considera crucial en la batalla contra el ciberdelito, ya que permite un enfoque más integral de la ciberseguridad.

Sin embargo, combatir las estafas cibernéticas requiere un esfuerzo colectivo que involucre a individuos, empresas y agencias gubernamentales. Es imperativo que los ciudadanos permanezcan atentos y escépticos cuando se encuentren con actividades sospechosas en línea. Actualizar regularmente el software de seguridad, usar contraseñas seguras y ser cauteloso al compartir información personal puede reducir significativamente el riesgo de ser víctima de estafas cibernéticas.

El peligroso juego del amor cibernético 

En un mundo cada vez más interconectado, Internet ha abierto nuevas vías para la conexión y las relaciones humanas. Desafortunadamente, también ha dado lugar a un fenómeno preocupante conocido como estafas cibernéticas románticas. Estas estafas explotan la vulnerabilidad y la confianza de las personas que buscan amor o compañía en línea, lo que a menudo resulta en pérdidas financieras y emocionales significativas.

De acuerdo con una encuesta de la empresa Kaspersky, al menos 53 % de los latinoamericanos ha utilizado una app de citas en alguna ocasión y cerca del 20 % de ellos admitió haber sido estafados o engañados con un perfil falso.

Las estafas cibernéticas románticas generalmente involucran a un estafador que crea una persona falsa en línea, a menudo haciéndose pasar por una posible pareja romántica. Explotan el deseo de compañía al entablar conversaciones prolongadas, generar confianza y crear un vínculo emocional con sus objetivos. A medida que avanza la relación, el estafador introducirá varios pretextos para extorsionar a sus víctimas con dinero o información sensible.

Técnicas comunes utilizadas

  • Catfishing: los estafadores a menudo usan perfiles falsos con fotos atractivas e historias personales convincentes para atraer a las víctimas a su red de engaño. Pueden robar imágenes de otras cuentas de redes sociales o usar fotos de archivo para crear una fachada atractiva.
  • Phishing: los estafadores pueden emplear técnicas de phishing para engañar a sus víctimas para que divulguen información personal, como detalles de cuentas bancarias o números de seguro social. Pueden enviar correos electrónicos o mensajes que parecen auténticos haciéndose pasar por organizaciones legítimas o agencias gubernamentales, aprovechándose de los miedos o deseos de las víctimas.
  • Solicitudes de dinero: una vez que se establece la confianza, los estafadores a menudo les piden a sus víctimas asistencia financiera, citando emergencias, facturas médicas o gastos de viaje. Incluso pueden crear escenarios elaborados para ganar simpatía y convencer a las víctimas de que envíen dinero.
  • Fraude de pago avanzado: esta técnica consiste en atraer a las víctimas con promesas de riqueza, herencia u oportunidades comerciales lucrativas. Los estafadores solicitan pagos por adelantado o tarifas para facilitar la transacción, solo para desaparecer una vez que se envía el dinero.

En conclusión, a medida que América Latina navega por la era digital, es de suma importancia abordar la creciente amenaza de las estafas cibernéticas. A través de esfuerzos continuos de concientización, educación y colaboración, la región puede forjar una defensa más sólida contra los ciberdelincuentes y proteger el bienestar digital de sus ciudadanos.

El aumento de las estafas cibernéticas azota a América Latina, las autoridades emiten advertencias

Actualmente, América Latina está presenciando un aumento preocupante de las estafas cibernéticas, lo que deja a las personas y las empresas vulnerables a diversas actividades fraudulentas.

Estafas virtuales.
Noris Argotte Soto
02 de junio, 2023

A medida que la tecnología continúa avanzando y las transacciones en línea se vuelven más frecuentes, los ciberdelincuentes están explotando el creciente panorama digital de la región para defraudar a las víctimas desprevenidas. Las autoridades están cada vez más preocupadas por la tendencia al alza y han emitido advertencias urgentes para crear conciencia y promover la vigilancia entre el público.

Con la adopción generalizada de los teléfonos inteligentes, el aumento de la penetración de Internet y el aumento de las actividades de comercio electrónico, América Latina se ha convertido en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. Los estafadores están implementando técnicas sofisticadas, que incluyen phishing, robo de identidad y ataques de ransomware, para engañar a las personas y obtener acceso no autorizado a su información confidencial y recursos financieros.

Según el experto en riesgo y seguridad, José Vicente Herrera, una estafa frecuente en la región involucra a delincuentes que se hacen pasar por instituciones financieras, engañando a las víctimas para que divulguen sus credenciales bancarias o datos personales a través de correos electrónicos o mensajes de texto de phishing bien elaborados. Una vez obtenidos, estos detalles se explotan para vaciar las cuentas de las víctimas o realizar transacciones fraudulentas. En algunos casos, se emplean ataques de ransomware, reteniendo los datos de las víctimas como rehenes hasta que se paga un rescate.

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“La población de la tercera edad, a menudo menos familiarizada con la tecnología y las medidas de seguridad digital, se ha vuelto particularmente susceptible a estas estafas. Los delincuentes se aprovechan de su conocimiento y confianza limitados, aprovechándose de su vulnerabilidad y estafándolos con sus ahorros ganados con tanto esfuerzo”, aseguró Herrera. 

Para combatir esta creciente amenaza, los gobiernos de América Latina están colaborando con las agencias de aplicación de la ley, las instituciones financieras y las empresas de seguridad cibernética. Se están realizando esfuerzos conjuntos para mejorar la detección y prevención de estafas cibernéticas, así como aumentar la conciencia pública a través de campañas y talleres educativos. Además, las autoridades instan a los ciudadanos a tener cuidado al compartir información personal en línea y verificar la legitimidad de cualquier comunicación digital que reciban.

Según un artículo de la Voz de la América, Colombia registró en 2022 más de 54.000 denuncias por delitos cibernéticos, superando ampliamente la cifra de 2021, cuando se documentaron 11.223. Los casos más comunes son a través de computadoras, tablets y teléfonos celulares.

En el caso de Venezuela, las estafas cibernéticas por excelencia se basan en atacar a bancos y a entidades financieras, así como estafas mediante el hackeo de Whatsapp para la compra y venta de dólares. Normalmente estas estafas las efectúan bandas delictivas que operan desde las cárceles venezolanas. 

“Soy nutricionista y normalmente manejo a mis pacientes vía Whatsapp. Un día, una persona haciéndose pasar por paciente me llamaba insistentemente, cuando le respondí me dijo que tenía toda la información personal de mi familia y amenazaba con hacerme daño a mí y a mis familiares si no daba una suma de dinero. Al rastrear la llamada con la policía descubrimos que se trataba de un delincuente desde la cárcel que había robado mi información desde mis redes sociales y de Whatsapp”, así lo relató la licenciada Kharem Marín para República. 

De acuerdo con una encuesta realizada por la empresa tecnológica Welivesecurity, en Venezuela el 81% de los participantes aseguró que el último año recibió al menos un intento de engaño, pero logró detectarlo a tiempo, mientras que el 6% cayó en la trampa.

Las instituciones financieras también están intensificando sus esfuerzos para proteger a los clientes. Los bancos y otros proveedores de servicios están implementando medidas de autenticación multifactor, protocolos de encriptación sólidos y sistemas de monitoreo mejorados para proteger las cuentas y transacciones de los usuarios. Además, están invirtiendo en infraestructura de ciberseguridad para detectar y prevenir el acceso no autorizado a los datos de los clientes.

A la luz de estos desarrollos, las empresas de ciberseguridad están trabajando diligentemente para desarrollar herramientas y soluciones avanzadas de inteligencia de amenazas para detectar y mitigar proactivamente las ciberamenazas. La colaboración entre los sectores público y privado se considera crucial en la batalla contra el ciberdelito, ya que permite un enfoque más integral de la ciberseguridad.

Sin embargo, combatir las estafas cibernéticas requiere un esfuerzo colectivo que involucre a individuos, empresas y agencias gubernamentales. Es imperativo que los ciudadanos permanezcan atentos y escépticos cuando se encuentren con actividades sospechosas en línea. Actualizar regularmente el software de seguridad, usar contraseñas seguras y ser cauteloso al compartir información personal puede reducir significativamente el riesgo de ser víctima de estafas cibernéticas.

El peligroso juego del amor cibernético 

En un mundo cada vez más interconectado, Internet ha abierto nuevas vías para la conexión y las relaciones humanas. Desafortunadamente, también ha dado lugar a un fenómeno preocupante conocido como estafas cibernéticas románticas. Estas estafas explotan la vulnerabilidad y la confianza de las personas que buscan amor o compañía en línea, lo que a menudo resulta en pérdidas financieras y emocionales significativas.

De acuerdo con una encuesta de la empresa Kaspersky, al menos 53 % de los latinoamericanos ha utilizado una app de citas en alguna ocasión y cerca del 20 % de ellos admitió haber sido estafados o engañados con un perfil falso.

Las estafas cibernéticas románticas generalmente involucran a un estafador que crea una persona falsa en línea, a menudo haciéndose pasar por una posible pareja romántica. Explotan el deseo de compañía al entablar conversaciones prolongadas, generar confianza y crear un vínculo emocional con sus objetivos. A medida que avanza la relación, el estafador introducirá varios pretextos para extorsionar a sus víctimas con dinero o información sensible.

Técnicas comunes utilizadas

  • Catfishing: los estafadores a menudo usan perfiles falsos con fotos atractivas e historias personales convincentes para atraer a las víctimas a su red de engaño. Pueden robar imágenes de otras cuentas de redes sociales o usar fotos de archivo para crear una fachada atractiva.
  • Phishing: los estafadores pueden emplear técnicas de phishing para engañar a sus víctimas para que divulguen información personal, como detalles de cuentas bancarias o números de seguro social. Pueden enviar correos electrónicos o mensajes que parecen auténticos haciéndose pasar por organizaciones legítimas o agencias gubernamentales, aprovechándose de los miedos o deseos de las víctimas.
  • Solicitudes de dinero: una vez que se establece la confianza, los estafadores a menudo les piden a sus víctimas asistencia financiera, citando emergencias, facturas médicas o gastos de viaje. Incluso pueden crear escenarios elaborados para ganar simpatía y convencer a las víctimas de que envíen dinero.
  • Fraude de pago avanzado: esta técnica consiste en atraer a las víctimas con promesas de riqueza, herencia u oportunidades comerciales lucrativas. Los estafadores solicitan pagos por adelantado o tarifas para facilitar la transacción, solo para desaparecer una vez que se envía el dinero.

En conclusión, a medida que América Latina navega por la era digital, es de suma importancia abordar la creciente amenaza de las estafas cibernéticas. A través de esfuerzos continuos de concientización, educación y colaboración, la región puede forjar una defensa más sólida contra los ciberdelincuentes y proteger el bienestar digital de sus ciudadanos.