En otra oportundiad comenté que veía en el salario mínimo diferenciado una gran oportunidad para nuestros paisanos de obtener un empleo formal. El tema ha despertado la atención de muchos y creo que la percepción general (sobre todo entre los no economistas) es negativa hacia el salario diferenciado. “¡Quién puede sobrevivir con Q.1,500.00 al mes!” es un comentario recurrente en las discusiones sobre el tema.
El asunto que deberíamos tener en cuenta es que en realidad mucha gente gana eso o mucho menos que eso trabajando en un empleo informal. Bastaría con dar un vistazo a la mediana de salarios mensuales que percibe un trabajador en su primer empleo en nuestro país. En estos datos, publicados por el CIEN, veríamos que en el departamento de Guatemala esta cifra es de Q.2,000.00 mensuales, mientras que en sitios como Quiché o Alta Verapaz rondan entre Q.720.00 y Q.800.00 al mes.
Estas cifras son escandalosas para quienes tenemos la suerte de ganar arriba del salario mínimo tenemos un trabajo formal. Pero tenemos que considerar que 7 de cada 10 guatemaltecos laboran en el sector informal y que 6 de cada 10 trabajadores no tiene educación formal o apenas ha concluido la educación primaria. ¿Qué oportunidad de empleo formal a salario mínimo de Q.2,394.40 tiene una persona con escasa educación formal y sin experiencia laboral?
No olvidemos que es una tragedia que muchos de nuestros compatriotas tengan poco acceso a la educación formal. Pero tampoco debemos olvidar que un gran “activo” de un trabajador es su experiencia laboral. Cualquier persona que haya tenido la necesidad de pedir un trabajo lo tiene claro. Lamentablemente, cuando la brecha entre el salario real y el salario mínimo es tan grande, condenamos a nuestros trabajadores a vivir eternamente en la informalidad y la marginalidad pues nunca conseguirán un trabajo formal y experiencia laboral que les permita progresar.
Entendamos que si incrementamos el salario mínimo no vamos a ayudar en nada a 7 de cada 10 trabajadores informales y que le vedaremos la oportunidad de aprender un oficio remunerado a aquellos 6 de 10 trabajadores que tienen escasa o nula instrucción formal. Los salarios solo pueden aumentar allá donde la inversión por trabajador es mayor. Si no, vean ustedes cómo los salarios que se pagan en la capital son mayores que aquellos que se pagan en el interior, no porque el salario mínimo sea mayor en ciudad de Guatemala sino porque la inversión y el empleo están en la capital. Piénselo.
En otra oportundiad comenté que veía en el salario mínimo diferenciado una gran oportunidad para nuestros paisanos de obtener un empleo formal. El tema ha despertado la atención de muchos y creo que la percepción general (sobre todo entre los no economistas) es negativa hacia el salario diferenciado. “¡Quién puede sobrevivir con Q.1,500.00 al mes!” es un comentario recurrente en las discusiones sobre el tema.
El asunto que deberíamos tener en cuenta es que en realidad mucha gente gana eso o mucho menos que eso trabajando en un empleo informal. Bastaría con dar un vistazo a la mediana de salarios mensuales que percibe un trabajador en su primer empleo en nuestro país. En estos datos, publicados por el CIEN, veríamos que en el departamento de Guatemala esta cifra es de Q.2,000.00 mensuales, mientras que en sitios como Quiché o Alta Verapaz rondan entre Q.720.00 y Q.800.00 al mes.
Estas cifras son escandalosas para quienes tenemos la suerte de ganar arriba del salario mínimo tenemos un trabajo formal. Pero tenemos que considerar que 7 de cada 10 guatemaltecos laboran en el sector informal y que 6 de cada 10 trabajadores no tiene educación formal o apenas ha concluido la educación primaria. ¿Qué oportunidad de empleo formal a salario mínimo de Q.2,394.40 tiene una persona con escasa educación formal y sin experiencia laboral?
No olvidemos que es una tragedia que muchos de nuestros compatriotas tengan poco acceso a la educación formal. Pero tampoco debemos olvidar que un gran “activo” de un trabajador es su experiencia laboral. Cualquier persona que haya tenido la necesidad de pedir un trabajo lo tiene claro. Lamentablemente, cuando la brecha entre el salario real y el salario mínimo es tan grande, condenamos a nuestros trabajadores a vivir eternamente en la informalidad y la marginalidad pues nunca conseguirán un trabajo formal y experiencia laboral que les permita progresar.
Entendamos que si incrementamos el salario mínimo no vamos a ayudar en nada a 7 de cada 10 trabajadores informales y que le vedaremos la oportunidad de aprender un oficio remunerado a aquellos 6 de 10 trabajadores que tienen escasa o nula instrucción formal. Los salarios solo pueden aumentar allá donde la inversión por trabajador es mayor. Si no, vean ustedes cómo los salarios que se pagan en la capital son mayores que aquellos que se pagan en el interior, no porque el salario mínimo sea mayor en ciudad de Guatemala sino porque la inversión y el empleo están en la capital. Piénselo.