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Los sufrimientos de los sistemas educativos del primer mundo.

Redacción
21 de abril, 2015

Los sistemas educativos del primer mundo también sufren de desigualdades, carencias, y de la necesidad de más presupuesto. En la edición de la semana del 11 al 17 de abril de la revista The Economist, se analiza la situación de Gran Bretaña, y dedica un articulo su sistema educativo y sus reformas.

Comenta el artículo sobre las discusiones de los lideres del momento que establecían cuál es la educación que tiene que proveérsele a la niñez de la clase media; ésta deba ser más que el conocimiento mínimo necesario para trabajar en una fábrica. Seguidamente, se luchó por un currículo nacional, acompañado por una inspección rigurosa de la entrega de la educación nacional. Estas luchas se vieron frenadas por los sindicatos de maestros y las autoridades educativas locales   que llevaban la supervisión de las escuelas. Las pruebas PISA arrojaron la dura realidad: aunque Britania eroga más fondos que muchos otros países en su sistema educativo, los alumnos ingleses de 15 años demostraban competencias no extraordinarias, sin mejora notable a través de los años. Durante el mismo periodo, Polonia y Corea del Sur salieron avante.

En rescate de la situación, se construyó una nueva reforma educativa a gran escala. Se transformó la estructura escolar a ser “academias” que contaban con más libertad operacional, y gozaban del criterio propio de cada institución de cómo distribuir los fondos asignados. Creció la figura de “academias” de las iniciales 200 a 4000. Paralelamente, nacieron a la vida escolar instituciones educativas fundadas por padres de familia, iglesias o grupos comunitarios, sin el problema de la burocracia oficial.

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Se dedicó, en su gran mayoría, a atender a los alumnos de familias con retos económicos. Las instituciones educativas que se dedicaban totalmente a esa población recibían más apoyo financiera, el cual algunas instituciones aplicaban a salarios de docentes, otras a estrategias para atraer y detener al alumnado. Se envió docentes practicantes a trabajar en las comunidades de más pobreza.

Durante en periodo de 2010 a 2014 se enfatizó el uso de exámenes y la profundización el contenido curricular. El consiguiente aumento en la carga de trabajo para los docentes provocó disgusto dentro del magisterio organizado. A pesar de que esa iniciativa cesó en el 2014 por las presiones políticas, se ha registrado una mejora en la entrega académica. No es total, pero si indica de que el cambio de gestión y enfoque metodológico refleja mejora. El entorno de la ubicación de la comunidad es significativo, sobre todo las diferencias entre las áreas rurales y áreas metropolitanas, que necesidades no iguales pero si exigentes.

Se observan las mismas necesidades: la prueba PISA diagnosticó las carencias en las políticas públicas; y una reforma educativa decisiva inició un cambio medible. Todo depende de la voluntad política, y la participación de la sociedad civil, en solicitar lo necesario, y monitorear su entrega.

El comentario se puede leer en el siguiente enlace: http://www.economist.com/news/special-report/21647795-coalition-has-reformed-schools-more-anything-else-repeat-after-

 

¿Qué tiene que ver el sistema educativo del primer mundo con el sistema guatemalteco?

Las pruebas anuales de diagnóstico que se aplican en Guatemala han reflejado una leve mejora en los niveles de aprobación en matemática y lectura; no la deseada si se aplicara una reforma decidida. La futura participación en PISA-D podrá alumbrar las rutas posibles, y sobre todo, si se cuenta con la firmeza de una decidida decisión política se podría cambiar el rumbo de la educación guatemalteca.

Todos los países del mundo relatan su proceso de mejora educativa; no existe una receta mágica. Sí, los ingredientes inamovibles son una visión objetiva y medible de las necesidades; una decisión política consolidada con la participación de la comunidad; un presupuesto adecuado; y la certeza que el modelo educativo y su entrega es lo que demanda el país, que responda a sus características sui generis. El sueño de cada alumno tiene que poder cumplirse; la educación es su ruta.

Los sufrimientos de los sistemas educativos del primer mundo.

Redacción
21 de abril, 2015

Los sistemas educativos del primer mundo también sufren de desigualdades, carencias, y de la necesidad de más presupuesto. En la edición de la semana del 11 al 17 de abril de la revista The Economist, se analiza la situación de Gran Bretaña, y dedica un articulo su sistema educativo y sus reformas.

Comenta el artículo sobre las discusiones de los lideres del momento que establecían cuál es la educación que tiene que proveérsele a la niñez de la clase media; ésta deba ser más que el conocimiento mínimo necesario para trabajar en una fábrica. Seguidamente, se luchó por un currículo nacional, acompañado por una inspección rigurosa de la entrega de la educación nacional. Estas luchas se vieron frenadas por los sindicatos de maestros y las autoridades educativas locales   que llevaban la supervisión de las escuelas. Las pruebas PISA arrojaron la dura realidad: aunque Britania eroga más fondos que muchos otros países en su sistema educativo, los alumnos ingleses de 15 años demostraban competencias no extraordinarias, sin mejora notable a través de los años. Durante el mismo periodo, Polonia y Corea del Sur salieron avante.

En rescate de la situación, se construyó una nueva reforma educativa a gran escala. Se transformó la estructura escolar a ser “academias” que contaban con más libertad operacional, y gozaban del criterio propio de cada institución de cómo distribuir los fondos asignados. Creció la figura de “academias” de las iniciales 200 a 4000. Paralelamente, nacieron a la vida escolar instituciones educativas fundadas por padres de familia, iglesias o grupos comunitarios, sin el problema de la burocracia oficial.

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Se dedicó, en su gran mayoría, a atender a los alumnos de familias con retos económicos. Las instituciones educativas que se dedicaban totalmente a esa población recibían más apoyo financiera, el cual algunas instituciones aplicaban a salarios de docentes, otras a estrategias para atraer y detener al alumnado. Se envió docentes practicantes a trabajar en las comunidades de más pobreza.

Durante en periodo de 2010 a 2014 se enfatizó el uso de exámenes y la profundización el contenido curricular. El consiguiente aumento en la carga de trabajo para los docentes provocó disgusto dentro del magisterio organizado. A pesar de que esa iniciativa cesó en el 2014 por las presiones políticas, se ha registrado una mejora en la entrega académica. No es total, pero si indica de que el cambio de gestión y enfoque metodológico refleja mejora. El entorno de la ubicación de la comunidad es significativo, sobre todo las diferencias entre las áreas rurales y áreas metropolitanas, que necesidades no iguales pero si exigentes.

Se observan las mismas necesidades: la prueba PISA diagnosticó las carencias en las políticas públicas; y una reforma educativa decisiva inició un cambio medible. Todo depende de la voluntad política, y la participación de la sociedad civil, en solicitar lo necesario, y monitorear su entrega.

El comentario se puede leer en el siguiente enlace: http://www.economist.com/news/special-report/21647795-coalition-has-reformed-schools-more-anything-else-repeat-after-

 

¿Qué tiene que ver el sistema educativo del primer mundo con el sistema guatemalteco?

Las pruebas anuales de diagnóstico que se aplican en Guatemala han reflejado una leve mejora en los niveles de aprobación en matemática y lectura; no la deseada si se aplicara una reforma decidida. La futura participación en PISA-D podrá alumbrar las rutas posibles, y sobre todo, si se cuenta con la firmeza de una decidida decisión política se podría cambiar el rumbo de la educación guatemalteca.

Todos los países del mundo relatan su proceso de mejora educativa; no existe una receta mágica. Sí, los ingredientes inamovibles son una visión objetiva y medible de las necesidades; una decisión política consolidada con la participación de la comunidad; un presupuesto adecuado; y la certeza que el modelo educativo y su entrega es lo que demanda el país, que responda a sus características sui generis. El sueño de cada alumno tiene que poder cumplirse; la educación es su ruta.